4- La tormenta

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Pase un brazo por mis ojos, para luego restregarlos con las manos. La claridad me estaba pegando en los ojos, gire sobre la cama quedando del lado contrario a donde me había acostado, de repente volvió la claridad a mi cabeza y me levante exaltada, aún estaba un poco desorientada.

Me senté en la esquina aun sobre la cama miré a mi alrededor tratado de ubicarme, ya era de día, quizás un poco pasado las siete de la mañana.

Cuando la razón volvió a mi mente recordé que ya debía irme, así tendría más tiempo para salir de aquí y aprovechar la luz del día no podía permitir pasar otra noche aquí dentro.

Había dormido tanto cómoda que me resulto extraño que nada pudo despertarme, aun cuando tengo el sueño ligero pude descansar y más cuando mi cerebro tenía que estar alerta a cualquier actividad.

Recogí del suelo un par de cosas que había dejado en la noche y las tiré en el bolso, no quiera que los dueños pensaran que alguien había entrado a robar. Salí rápidamente del cuarto acomodándome la ropa y el bolso sobre el cuerpo cuando unos golpes en la cocina llamaron mi atención.

Había alguien en la cabaña.

Eso podía ser una gran noticia para mí y para mi nula sobrevivencia, que realmente no sé cómo puedo aun estar viva. Quizás supiera como salir de aquí, que estúpida me había levantado hoy seguramente fue el sereno que me puso así, claro que sabía cómo salir de aquí sí tienen una casa aquí deben saber el camino de regreso.

La pequeña cocina solo estaba separada por una puerta, con ambas manos la empuje y entre en ella tan rápido como pude con gran desesperación casi me fue de cara contra el suelo, pero nada podía importarme, un golpe más o un golpe menos, qué más da.

Un hombre bastante alto y rubio estaba parado de espaldas a mí, mis ojos recorrieron sus brazos tan fuertes enfundados en una camisa azul y el resto de su cuerpo también lo recorrí. Estaba siendo una acosadora por mirarlo así, pero realmente sentí algo y no quería dejar de mirarlo.

No había visto su rostro completo pero su perfil era atractivo.

Sus ojos claro resaltaban bajo los lentes de lectura, pestañas negras y largas, con unos labios bastante llamativos, si, está decidido quiero besarlo.

Mi corazón estaba latiendo tan rápido y mi respiración forzosa, me sentía como una joven adolescente que estaba enamorada del hermano mayor de su mejor amiga y este seguramente nunca le haría caso.

No era un adolescente, su contextura me hacía ver que era un hombre hecho y derecho.

Esta repentina atracción por este desconocido me tomo por sorpresa. No podía negar que me solía enamorar de manera muy rápida, pero sentía que esto era diferente.

Sus cejas se levantaron cuando conecto sus ojos con los míos

- Hola -mi voz no salía, las manos me temblaban, parecía una idiota seguramente.

- Hola, intrusa - su voz salió ronca. Joder, su voz era la mejor cosa que nunca había escuchado, quiero tenerlo hablándome al oído siempre.

Comencé hablar rápidamente cuando él me dio la espalda para seguir atendiendo su desayuno- yo me perdí, estaba con un grupo de guías y me quedé atrás cuando me di cuenta ya no estaban. 

-eso te pasa por quedarte atrás, pudiste morir. Cientos de excursión mueren en estas montañas- Lo que tenía de atractivo, lo tenía amargado, no podía ser el paquete completo y perfecto. lo que tiene solo habíamos tenido dos palabras y ya me estaba regañando como si fuera mi padre.

Levante el mentó para no dejarme, podía ser guapo y atraerme, pero no iba dejar que me tratara como una irresponsable- me sentía mal y nadie me presto atención, casi me desmayo, no puedes juzgarme. Además, yo ni quería venir.

Una excursión fallidaWhere stories live. Discover now