Taylor estaba a unos metros de nosotros, mirándonos en silencio.

Sus expresiones eran ilegibles.

¡No podíamos confiar en ella!

No era un secreto que Taylor, por mucho que se veía linda como el infierno, también era una pequeña demonio, a diferencia de Chris, que parecía ser frío por fuera pero se preocupaba por la gente y le gustaba mantener la distancia porque no le gustaba lo que su familia le estaba haciendo a personas inocentes.

Taylor sin duda nos delataría.

No me creía capaz de soportar otra ronda del episodio de "rompamos las piernas de Camila".

Lauren me colocó lentamente en el suelo, mis talones tocaron el suelo. Caminé donde estaba parada su hermana pequeña, sus grandes ojos mirándome mientras me ponía frente a ella.

- Taylor, lo que viste aquí no fue nada. Lauren y yo solo estábamos hablando entre nosotras -

- ¿Con sus manos en tus bragas? - Ella chasqueó.

Me quedé allí, conmocionada.

Eso sonaba desagradable viniendo de una mocosa rica malcriada.

- No es lo que piensas. Te lo prometo. Lauren no se sentía bien dentro del salón de baile, así que la traje aquí - expliqué.

Miró directamente a Lauren, ignorando lo que acababa de decir. - Donovan dijo que nos vamos de la fiesta pronto. Será mejor que te comas la cena o te estarás muriendo de hambre cuando llegues a casa -

- No te preocupes. Me aseguraré de que coma - le dije.

Taylor frunció el ceño. - No estaba hablando contigo -

No recuerdo haber odiado tanto a una niña antes.

Taylor estaba extremadamente malhumorada. A veces quería jugar juegos de mesa conmigo, y luego había ocasiones en las que me trataba como si fuera un insecto de jardín.


Regresamos a la fiesta con Taylor, cenamos de un buffet largo de comida gourmet y luego Donovan me dijo que nos íbamos a ir temprano.
Estaba agradecido por no haber pasado ninguna vergüenza. 


* * *

Habían pasado tres días y no sabía nada de Donovan.

¿Cómo podía Taylor callar la boca sobre lo que había presenciado en la fiesta?

Fue difícil para mí asumir que esto tenía algo que ver con la suerte porque no tuve suerte ni mucho menos. Traté de mantener las manos de Lauren fuera de mí después de que me vieran en la fiesta, solo para estar más segura, pero todo lo que podía pensar era la boca de Lauren sobre la mía y la forma deliciosa en que sus manos vagaban por todo mi cuerpo.

Fue difícil evitar fantasear con lo que podríamos ser en circunstancias normales.

Si Lauren hubiera estado bien, ¿me seguiría deseando?

Estas preguntas siguieron apareciendo en mi mente negándome a dejar ir.

Me senté en la oscuridad de la habitación con solo mis pensamientos para hacerme compañía.

Hubo un golpe suave en la puerta.

Era Lauren.

Había evitado con éxito sus visitas nocturnas al no abrir la puerta, pero estaba resultando difícil cuando todo lo que quería hacer era dejarla entrar. También tenía estas preguntas en mi mente que me preocupaban. 

Blind MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora