No te enamores dice, el amor lastima y te enseña, te enseña ese lado que en los cuentos o historia de romance no te dice, te enseña ese lado caótico y perturbador, el dolor, la decepción, la ira y la vergüenza.

- ¿Por qué no puedes ser tu? Si tan solo pudiera amarte de otra forma – deje su pecho mientras decía esas palabras, anhelantes de que pudiera enamorarme de el pero sabia a ciencia cierta que eso no pasaría, que si lo intentaba fracasaría y lo dejaría mas herido, de lo que probablemente estaba por mi culpa.

-Créeme que deseo más allá del mundo que fuera así, pero no quiero obligarte a amarme, no cuando sé que lo único que puedo llegar a aspirar es tu amor como amigos, porque eres mi persona, mi medicina a mis perdidas – sus manos tomaban mis mejillas acariciando cada una de ellas.

-Eso no es justo para ti y me lastima, odio no poder corresponderte porque si lo hiciera lo arruinaría y no quiero arruinarte, no de la forma que estoy – apreté mis puños ante esa cruda verdad, Joder, estoy mal, nunca me eligió y aun así yo sigo sufriendo por él.

Siempre por él.

-Nunca me arruinarías, Hada – beso mi frente, la cálida sensación de sus labios me hizo sentir que podría confiar en él, alguien quien nunca se dio por vencido conmigo, quien no me abondo a la primera.

-Gracias, Chris

Nos sentamos en el columpio nuevamente mientras nos mecíamos viendo aquella tarde de otoño, aquel atardecer infalible y hermoso, podía sentir las caricias de sus dedos en mi cabello encontrando la forma de calmarme, y así era lo disfrutaba tanto que mi respiración comenzaba a ser serena y las lagrimas se secaban. Amo como nunca ame una compañía, pero amo tener a Chris en mi vida y el día que el encuentre a esa chica que, de todo por él, será el día mas feliz de mi vida, porque su felicidad será un bálsamo a mi falta de amor como algo más.

Lamento tanto querido amigo no amarte de esa manera, lamento mucho herirte de esta forma, porque sé que no estarás bien conmigo, no si yo no puedo amarte como mujer.

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Esos ojos, esa cabellera, su tez de piel, su voz.

Eran como imágenes abrazadoras sin intención de desvanecerse de mi cabeza, sus crueles palabras hacían que corriera lejos de él, pero siendo sincera no sabía hacía que dirección lo estaba haciendo. Su voz retumbaba detrás de mi una y otra vez sonando escalofriante. Mis gritos porque se detuviera no le hacían nada y eso en gran medida comenzaba a preocuparme, más cuando el aparecía en todos lados. Mis pies descalzos dolían, pero no podía permitirme parar de correr, lejos de él.

Quería estar lejos de él.

Su voz diciendo lo patética que era con mis trenzas, mis vestidos, su voz diciéndome, llamándome gorda.

Vete, no quiero estar cercas de ti.

Y aun así no entendía porque seguía llorando, fritando su nombre, corriendo lo que más me permitían mis piernas detrás de ese auto, sabiendo que el mes escuchaba, pero ignoraba mis llamados. No te vayas, vuelve por favor

Trenton, Por favor

Por favor, no me dejes ... no me dejes.

-Abre los ojos – aquella voz, más ronca, pero sabía que era el sacudiendo mi cuerpo - ¿Estas bien? – obligándome a encontrar su voz fue como me di cuenta que él estaba ahí frente a mí.

Mi cuerpo comenzó a temblar, sus manos picaban por arañar mi piel y mi garganta se sentía como un gran nudo.

-Tu ... - mis palabras apenas salían de mi boca, mire a mi alrededor para darme cuenta de que había corrido en el viñedo de nuevo, era la segunda vez en este mes.

Comencé a retroceder al darme cuenta de que estábamos muy cerca, el me miraba confundido, mirando mi aspecto, había dormido con el vestido de la tarde, mi cabello estaba despeinado mientras mis ojos estaban bañados en lagrimas por la impotencia que comenzaba a albergar.

-Espera, ¿Por qué corrías en medio del viñedo? – intentaba tomar mi brazo con sus manos.

-No, no me toques – grite desesperada desviando la mirada al no ver a nadie en medio de la madrugada - ¡VETE! ¡MAMA! – miedo, esa sensación de ser atrapada me estaba carcomiendo la piel y era aterrador de sentir.

-No corras, por favor – escuchaba su voz detrás de mí, creyendo que de alguna forma podría escapar, pero no era así.

-NO, SUELTAME

-No te hare daño, por favor cálmate

-Siempre me has hecho daño, ¡CHRIS! – grite zafando de su agarre, su piel me erizaba de manera escabrosa y no sabia si era miedo o una sensación diferente, pero sabia con toda razón que quería que el me dejara.

A lo lejos escuchamos voces viniendo en nuestra dirección, intentaba enfocar la vista al darme cuenta que venían mis padres junto a Chris quien parecía aventar daga con su mirada al ver cómo me tenía.

-Suéltala, no tienes ningún derecho de tocarla – voz amenazante hacia el aire pesado y eso me estaba asfixiando.

-Cuida como me hablas, no le estaba haciendo nada – su agarre me apretó tanto que solté un gemido de dolor alertando a los presentes.

-Por favor suelta a mi hija, la lastimas – mi padre estaba frente a nosotros, parecía tener una calma pasiva dentro de su enojo.

Deje de sentir mis espasmos cuando su agarre se alojó dejándome ir, no perdí el tiempo y corrí a los brazos de mi padre quien me abrazo y me dejo ir con Chris quien no demoro en revisar que estuviera bien.

-No vuelvas a tocarla, Humphrey – su voz era amenazante, parecía colérico por la forma en que le hablaba.

- ¿Estas bien, Señorita? – la voz de una señora apareció detrás de él, era muy similares, pero a la vez distintos.

-Yo ...

-Creo que tu hijo, volvió Rebecca – mi madre se puso al frente de todos, estando muy cercas de la madre de Trenton – y no hace mas que causarle problemas a mi hija.

-Cuida como hablas de mi hijo Mikeyla, te recuerdo que el apenas llego y no ha provocado una situación escandalosa como esta – ambas estaban con fuego en sus ojos, se podría escuchar en sus voces.

-Rebecca, es mejor dejarlo así, Lucia te pido disculpas por este mal entendido espero que este bien – El señor Jacob padre de Trenton jamás se metió en este asunto, pero de cierta forma jamás me dejaron saber de el cuando se fue, así que llevan gran parte de culpa, aunque no haya habido malos tratos.

-Vamos hada, todo está bien – asentí a las palabras de Chris.



siempre has sido tu (Trilogía Curvas Impredecibles #2)Where stories live. Discover now