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POV LUCIA
MilkaHernandez7

" Odio decir que te amo, cuando en realidad no se si lo hago no siento la necesidad de que te quedes pero tampoco de que te vayas cuando ya lo has hecho y ni siquiera mis memorias han aceptado que ya te has ido, no te amo, no te quiero pero me cuesta pensar que de verdad me dueles "

El ruido de colores o lápices rayando la hoja era lo resaltaba entre mis alumnos, aunque no decían nada acerca de las canciones relajantes que ponía es más les ayudaba a concentrarse cuando no entendían algo, por un momento admire el salón, mi esfuerzo había valido la pena y es que tuve muchas dificultades para demostrar que soy capaz de realizar lo que tanto estudie.

Un niño levanto su cabeza y sus ojos me examinaron por más tiempo del que hubiera deseado, mis manos comenzaron a temblar y mi garganta se cerraba a un lento paso tuve que pestañear y alejar la mirada para evitar llorar frente a mis alumnos, los amaba sí, pero tampoco quería asustarlos con mi segundo ataque de ansiedad. El primer día fue un total desastre para mí y un susto para ellos de modo que tuve que decirles que no me gustaba que me miraran más de lo necesario obviamente con palabras que ellos pudieran entender, así que ellos lo aceptaron bien, después de eso con ellos me siento más segura que con las personas adultas.

El timbre de salida sonó anunciando su partida a casa.

-Muy bien pequeños, ha terminado nuestro día – comente mientras me paraba del escritorio – entreguen sus trabajos – cada uno se paraba de sus asientos hasta estar frente a mí.

Cada uno entrego sus trabajos los cuales consistían en una plana de números y palabras nuevas, cada uno se despedía con la mano y uno que otro se tomaba el atrevimiento de abrazar uno de mis brazos o darme un beso en la mejilla, podía tolerar el contacto físico, pero no el visual. Estaba a punto de guardar las hojas en mi carpeta y tomar mi bolso.

-Miss Hada – la voz del niño nuevo que se había incorporado hace unas dos semanas se escuchó en el salón vacío – ya acabé – su tierna voz inundaba mis oídos, sonreí y tomé su trabajo.

-Gracias, ve que te están esperando – comente mientras veía como tomaba su pequeño abrigo.

-Adiós, Miss Hada – poso sus pequeñas manos en mi cintura mientras me brindaba un cálido abrazo y se iba corriendo energéticamente del salón.

Es verdad que mis alumnos me decían de esa manera y estaba bien con eso, pero ese niño se empeñaba en regalarme un abrazo o un beso al inicio como final de la clase, pero la culpa de que me digan así la tiene Chris mi mejor amigo quien se empeñaba en cada día hacer manualmente coronas de flores naturales. Con una sonrisa cerré mi salón y me dirigí a la dirección para firmar mi salida evitando la mirada de las demás maestras, pero no olvidando decirles adiós sé que les gustaría hablar conmigo, pero dicen que se conforman con escucharme decir un hola, adiós o buenos días de manera amable, es lo más que puedo hacer me cuesta relacionarme con las personas y mantener el contacto visual. Al salir por el portón principal me senté en la banca y saque el dibujo de mi alumno, era un dibujo de mi con una corona de flores y a mi alrededor muchos árboles y en la parte superior un enorme sol, admitía que es hermoso el cariño que tus alumnos adoptan, pero deje de ver el dibujo al escuchar la bocina del auto de Chris.

Me subí a su auto color negro, se ha empeñado en traerme y recogerme lo cual considero un gesto muy amable, él trabaja con mi padre en su taller mecánico así que su aspecto siempre es de un hombre lleno de aceite de auto en sus camisas, pero su perfume nunca se va por lo cual jamás huele mal.

-Hola, princesa – beso mi mejilla y me vio a los ojos, a los únicos que podría soportarles la mirada eran mis padres, Chris y un poco a mis alumnos de ahí en fuera nadie más.

siempre has sido tu (Trilogía Curvas Impredecibles #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora