CAPÍTULO 6

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Raph

Hacía tiempo que no veía a mis viejos amigos, pero esta noche tenía una fiesta planeada con ellos. Me dirigí a la cocina para pillar algo de comida, un bocadillo serviría. Quería preparar mi estomago para tomar algo de alcohol. Las chicas habían decidido venirse a la fiesta también. Conociéndolas, Maddie y Liv irían allí para buscar un ligue con quien pasar la noche. Maddie tenía pinta de buscar relaciones más duraderas, alguien con quien llevarlo con calma, pero ¿Liv? Ella era el polo opuesto. Parecía una chica con el corazón roto que solo iba buscando rollos de una noche para superar a su ex.

Aún no estaba del todo seguro para que venía Stella si tenía un novio, el cual era mi amigo y no iba a asistir a esa fiesta. Para estar con Liv y Maddie, desde luego que no venía. Entre ella y Liv en especial, volaban cuchillos por la habitación cada vez que estaban juntas. Las de Stella eran puñaladas a plena luz del día, las de Liv eran más discretas. Hablando de Liv, entré en la cocina y allí estaba ella, lista para ligarse a algún tío. Llevaba un vestido, era la primera vez que la veía con uno. Ese vestido la abrazaba las curvas... estaba más guapa que de costumbre. Y yo me quedé sin habla. ¿Qué coño me pasaba? Era guapa, ya lo sabía. Pero era Liv. Incluso si me llegase a gustar, que no era el caso, ella nunca estaría por mí. La había visto rechazar al más guapo de mis amigos, sin pensárselo dos veces y eso que el chaval era modelo. ¿Cómo iba a estar por mí? Cuando se fue al salón, no pude evitar mirarla mientras salía. Llevaba tacones, lo que la hacía más alta. La seguí. Dentro había un chico, de mi edad más o menos, vestido con un traje azul que la estaba besando la mano. A ella. A Liv. A la chica que nunca dejaba que los chicos se la acercaran más de lo que ella les permitía. Y ahora, ahí estaba ella, con una cara ausente en un principio y asombrada después. Dirigió una mirada rápida por todo el salón y nuestros ojos se encontraron. Sentí algo extraño en la boca del estómago, pero lo aparté. No sabía que era lo que me pasaba.

No era propio de Liv, dejar que un tío con americana la viniera a buscar a su casa. Dejar que la besara la mano, tan babosamente. Por lo general, como ya había visto en alguna ocasión, ella habría apartado su mano, solo para volver a moverla hacia ese chico y cruzarle la cara de un tortazo. Luego se había dado la vuelta y se había marchado con la cabeza bien alta. Pero a ese rubiales no. Se había comportado de una forma tan... tan formal. Algo estaba mal desde luego. Juraría haber notado un desprecio mutuo cuando se miraban lo que no tenía ningún sentido. ¿Qué pintaba él aquí entonces? Fui en busca de Maddie que estaba en su habitación.

–¿Quién era el tío ese? –solté sin rodeos y sin llamar a la puerta. Maddie que estaba sacando ropa del armario, asomó la cabeza y me miró desconcertada.

–¿Quién?

–El rubiales ese que se ha marchado con Liv– "y la ha besuqueado la mano" estuve a punto de añadir.

–Ahh, hablas de su cita. El hijo de unos amigos de sus padres– respondió con calma.

–¿Su cita? Vamos hombre, tienes que estar de coña. Si no se gustan... ¿verdad? – ¿había sonado tan desesperado como yo creía que había sonado? Espero que no.

–Sí, es su cita, pero no creo que le guste. En la vida he visto a Liv pillada por un chico. No desde...– volvió a meter la cabeza en el armario y se calló. ¿Desde qué? ¿De qué estaba hablando? – Además, va obligada.

Obligada. Eso fue todo lo que quise oír. Salí de la habitación.

Cuando Las Circunstancias Se Dan - Circunstancias 1Where stories live. Discover now