XXIX. Traición

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Enrollo la toalla alrededor de mi cuerpo y voy al espejo del baño para quitar el vaho, viéndome reflejada en él, con una sonrisa boba que hacía un tiempo que no tenía.

Me giro y suelto un suspiro, no he traído ropa. Una de dos o salgo en toalla o...

—No, eran unas reuniones.— escucho a través de la puerta. Confundida me acerco a ella y pongo el oído—Si, lo sé. En cuanto sepa algo más te llamaré, padre.

Me ha traicionado de nuevo. Soy una completa imbécil. ¿Cómo he podido ser tan tonta?

Tengo que sacarle lo que sabe. Ante todo hay tengo que proteger a las manadas, hay niños ahí, y sé perfectamente cómo funcionan los Black. Con masacres y traición.

Respiro hondo y salgo del baño como si nada.

—Por fin sales, estaba a punto de entrar a buscarte— divertido intenta cogerme la mano para que me acerque a él, le dejo haciendo que sonría como un niño.

—Te he escuchado hablando...— murmuro dejando que me bese el cuello.—¿Te ha llamado alguien?

—No, no me ha llamado nadie. Tal vez sería el de la habitación de al lado...— me muerde sutilmente y me acaricia las piernas con calma. Le cojo del pelo sin cuidado y le separo de mi cuello para que me mire a los ojos.

—Te he escuchado hablar con tu padre...— digo con calma, él niega rápidamente

—No es lo que crees...

—Que le has dicho— le gruño sin poder ocultar mi enfado y mi decepción.

—Tess, no le he dicho nada. Jamás te traicionaría, no de nuevo. No después de saber lo que se siente al no tenerte junto a mi.— dice sin que le tiemble la voz.

—Que sabe— le exijo de nuevo, pero en un abrir y cerrar de ojos me tumba y se coloca sobre mi inmovilizando me con su peso.

—Te falta entrenamiento para mantenerme inmovilizado pequeña, y ya te he dicho que no le he dicho nada a mi padre. Le he dicho que todo era normal, que la reunión ha sido por el acuerdo con los vampiros. Nada más.— dice acercándose a mis labios

—No te creo

—Lo entiendo, después de todo lo que ha pasado, es normal. Pero ahora te estoy diciendo la verdad, no podría dañarte jamás, porque hacerte daño a ti, es hacermelo a mi...

—Quítate de encima mía

—Confía en mí— susurra acercándose a mis labios para besarme, pero aparto la cara.

—Dame motivos para hacerlo

—Estar aquí, arriesgando todo por ti te parece poco— dice incrédulo cogiendome el mentón para obligarme a mirarle.

—Puedes estar mintiendo.

—No lo estoy haciendo, y lo sabes, lo sientes...— dice poniendo mi mano en su pecho dejándome notar sus latidos— El vínculo no es muy fuerte, pero si es lo suficiente para esto. Para que sepas si digo la verdad o no— dice sin titubear, bajo la mirada a mi mano y notar los latidos en mi palma me da tanta paz.

—¿por qué?— pregunto confundida notando como la sensación de paz se extiende por mi cuerpo relajándose casi al instante.

—Fue un don de la diosa luna... Cuando el vínculo no es completo solo te permite ciertas cosas, pero cuando la unión finaliza, hay algunos compañeros que pueden llegar a sentir totalmente lo que siente el otro, si está en peligro por ejemplo...— me explica sentándose y llevándome consigo.

Mi ángel de ojos azulesWhere stories live. Discover now