4. El pasado III

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Escuche sonar la llave abriendo la puerta,una sensación de alivio recorrió mi cuerpo, el hombre giro a ver la puerta, soltó levemente el agarre en mi muñeca y corrí a mi habitación como si mi vida dependiera de eso, encuanto llegué azote la puerta e inmediatamente cerré con llave, prendí el parlante y le subí todo el volumen luego de eso solo me metí a bañar.

[...]

Se fué..., luego de discutir con mi mamá tomó sus cosas y se fué, yo estaba contenta, por fin ahora la vida sería perfecta al lado de mi madre, pensé en volver a t/p, ver a los niños con los que jugaba, o la joven que aveces solía prepararme galletas.

Pero nada fue como pensé.

Hoy cumplo 14 años y esa mujer que dijo que me amaba prácticamente me abandonó, no hablábamos, 4 años del colegio a mi cuarto y del cuarto al colegio, se había dedicado al trago y las drogas desde que se fue su marido, traía hombres a la casa, la sala mayormente paraba llena de botellas vacías tiradas por todos lados.

No tuve tiempo de llorar o decepcionarme de las promesas, los problemas no terminaban ahí, a mi corta edad sabía que debía ser fuerte y no derrumbarme, aun así dolía y dolía mucho.

[...]

Entré en casa, no había ruido, pensé que no había nadie pero cuando estaba apunto de entrar a mi cuarto tiraron de mi muñeca, gire a ver, esa sensación parecía conocida,  era un hombre y al parecer estaba borracho, el fuerte olor que desprendía era nauseabundo.

— Que linda... ¿No quieres venir a jugar conmigo un rato?

— Suéltame asqueroso -dije casi en un susurro, me sentía débil.

— Vamos se que eres una pequeña putita igual que tu madre.

— Que asco das -el hombre más que enfadado empezó a besarme, me tocaba bruscamente jugaba con mi cabello, y yo no hacia nada, me sentía asquerosa y maldecía por el hecho de no hacer nada, pero solo era una niña de 14 años asustada.

— Sueltala!

Escuche la voz de mi mamá y corrí hacia ella en busca de ayuda, de protección, mas solo recibí una fría mirada de su parte, aunque igual me escondió tras ella.

— A ella no la tocas.

Sentí alegría,me estaba defendiendo me sentía protegida y sentí que volvía a quererme, aun tenia esa ilusión.

— A ella no la tocas, sin antes pagar — repitió.

Me quede paralizada retrocedí un paso y al siguiente que iba a dar me tomó de la muñeca ¿Lo estaba diciendo en serio? Me asusté, quise correr, mi cuerpo no respondía, me iban a volver a vender.

— Se que no traes dinero así que vete de una ves.

El hombre salio de la casa, desde ese día la puerta de mi cuarto tiene llave y tablas que la aseguran por dentro ¿como salgo? Por la ventana, así es, todos los días salgo por la venta, me dije a mi misma que jamas volvería a pasar por esa situación, así que no me iba a arriesgar a pasearme por la casa, ya sea por comida o para salir al patio que por cierto amaba.

Empecé a trabajar porque no podía ir a la cocina y no pensaba morir de hambre, la mayor parte del día me la pasaba en la calle, aprendí a pelear gracias a unos chicos de mi edad que se la vivían molestándome, mi única solución era estudiar y aunque no era muy buena, mi nota promedio no bajaba de 7 , pero a la hora de los deportes no había quien me ganará.

Hoy con los 16 años cumplidos, puedo decir que soy una chica independiente, y que se sabe valer por si misma.

[...]

Estaba tirada en mi cama, frustrada por que no me salían los pasos de la coreografia, estuvo todo en silencio, entonces la oí, tenia que ser ella, esa voz aun retumbaba en mis oídos, ¿pero que hacia aquí? 

— Su voz, es ella —desesperada y con mucha curiosidad pegue salto por la ventana y me dirigí a la entrada de la casa, toque el timbre, dos llamados a la puerta y abrieron.

— Por fin te dignas a aparecer, ¿que buscas? — esta mujer tiene que ser otra ¿Dónde está la que decía amarme?

— ¿Quién es? —dijo asomándose a la puerta.

— ¿Pero miren quien es? - dije en un tono algo molesto y divertido -

— Oye no seas grosera... cariño - dijo sarcástica.

— Déjala pasar,  t/n ¿Cómo has estado? 

Esa sonrisa, ¿Qué le pasa? ¿Para ella era normal abandonar a una niña?   
Como he estado preguntó esa señora, me reí tan fuerte como pude para evitar llorar, me di la vuelta y me fui al pequeño ring donde aprendí a pelear con aquellos chicos, empecé a golpear el saco tan fuerte que mis nudillos empezaron a sangrar,

¡Maldición olvidé los guantes!

Mis Idols  (BTS Y T/N)Where stories live. Discover now