No te escaparás.

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—No estarás solo, tu madre contrató al hijo de una amiga.

—Quieres decir, ¿qué tendré un niñero?

—Niñero, tutor, como quieras decirle.

—Pero. —El chico quiso quejarse pero su padre lo interrumpió. — Y no puedes negarte.

—Bien, ¿cuándo se irán?

—Esta tarde, así que a partir de esta tarde el tutor vivirá aquí.

—Me niego a eso. —Dijo Jungkook con una mirada asesina.

—No puedes negarte a nada, si sigues así le di el permiso para castigarte como quisiera, así que o mejoras tu actitud o serás reprendido.

—En verdad estás loco. —Empujó a su padre hacía un lado e ingresó a la casa hecho una furia.

—Jungkook… —Habló su madrastra.

— ¿Cómo pudiste hacerme algo así Carol? Pensé que estabas de mi lado.

—Y lo estoy, pero tu padre no quiere que dejes la casa hecha un desastre en nuestra ausencia, créeme, el chico te caerá bien, es muy agradable. —Explicó.

—Odio que la gente cuide de mí, tengo dieciocho años, no diez.

—Claro que lo sé, pero no me quedo de otra. Sólo intenta conocerlo, te caerá bien.

—Bien. —“Ni en mis peores pesadillas trataría de conocer a un engreído”

—Creo que tu papá autorizó que implementara el castigo que fuese necesario.

—Simplemente genial, me dejan a “cargo” —Hizo comillas con sus dedos. — De un desconocido, incluso dejan que me castigue como a él le parezca.

—No es un desconocido, lo conozco desde que tenía cinco meses, ¿sabes? Es dos años mayor que tú.

—Ah, genial, muy interesante.

—Ve a darte una ducha, apestas a alcohol.

—Eso es lo que iba a hacer pero mi padre no me dejó ya que ni bien bajé del auto me acribilló con regaños.

—Es tu padre Kook, él se preocupa y quiere lo mejor para ti.

—Pues si realmente quisiera lo mejor para mí dejaría que haga lo que más me gusta hacer. —Mientras comenzaba a caminar escaleras arriba, una vez que hubo estado en su cuarto, entró al baño, se dio una ducha rápida y se acostó a dormir.

*

Habían pasado alrededor de tres horas cuando un ruido perturbó el sueño de Jungkook, al parecer el sonido molesto provenía de la calle. Con pesadumbre se levantó de la cama y asomó su cabeza por la ventana abierta y lo que vio lo dejó boquiabierto, aparcado en el frente de la casa se encontraba un  Ford Mustang Shelby GT500 color rojo y dos franjas negras adornaban el cofre. Salió disparado de su habitación quería admirar esa belleza sobre ruedas desde más cerca.

—Increíble… —Mientras acariciaba el cofre del auto. —Nunca creí ser capaz de ver uno de estos.

— ¿Bonita maquina, no? —Dijo su padre.

— ¿De dónde la sacaste? —Preguntó el chico sin quitar la mirada del coche.

—No es mío. —Sus palabras hicieron que Kook lo mirara.

— ¿Y de quién es?

—Es de tu niñero.

—Oh, así que ya llegó el chico.

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