30:hasta que lo notas

219 13 1
                                    


Había tantos adornos y tantas bolsas que no sabíamos por dónde empezar a armar todo. Justin se había encargado de tener todo lo necesario para dejar este lugar irreconocible que no sabíamos por dónde comenzar.

-Vamos por el árbol primero-dijo Justin.

Él tenía uno, solo debíamos sacarlo de la caja y poner las ramas en posición y durante media hora eso hicimos, en medio de risas y algunas palabrotas de Justin quién se frustraba muy rápido.

Ofrecí poner música para aligerar el ambiente y así entretenernos.

-¿Cómo se te ocurrió esta idea?

-No lo sé, creí que te gustaría y quería hacerte feliz.

Noté como sus mejillas enrojecían cuando dijo eso, y me pareció un gesto hermoso.

-Me encanta la energía que trae la navidad... Todo el mundo es más feliz-reí.

-De pequeño era mi fiesta favorita-dijo mientras colocaba esferas rojas en el árbol. - Cuando crecí, creo que ya no era lo mismo.

Supongo que también podía ser una época triste, ya que hay personas que siempre están solas en estas fechas, no siempre significa alegría para todas las personas.

-¿Cuál ha sido tu mejor regalo? - pregunté curiosa.

-Sin duda una bicicleta azul que pedí, ese año procuré portarme muy bien, ayudé en todo a mis abuelos y cuando la vi... Creo que casi se me salió el corazón-rió- aunque la alegría no duró tanto porque me costó mucho aprender a andar.

Reí fuerte sin poder creerlo y mientras negaba con mi cabeza, miré como Justin se quedó mirándome sonriendo ligeramente, a gusto de compartir este tipo de cosas conmigo.

-¿Qué hay de ti?, ¿Cuál fue tu mejor regalo?

Creo que nunca lo había pensado, ya que al ser mujer siempre recibía muñecas, que no es malo, pero tampoco tan emocionante. Buqué en mi memoria algo digno de contar.

-Cuando tenía 10 años, quería una caja registradora... todas las niñas tenían una y aunque ya era más grande y no jugaría tanto con ella, me hacía mucha ilusión tener una... traía dinero, sonaba y hasta podías pagar con tarjetas.

Justin se acercó a mí y me ayudó con las botas navideñas que ponía cerca de la cocina.

-Creo que ese ha sido el mejor regalo. Jugaba con mi mamá siempre que podía y realmente quería ser cajera de grande.

-¿Aún tienes esa caja registradora?

-No-sonreí melancólica al recordarlo- Pero creo que alguien debe tenerla, cuando crecí donamos algunos juguetes a niños.

-Eso es un gesto muy lindo-concordó él.

Mientras intentábamos arreglar algunas cosas, detuvimos a descansar y Justin nos sirvió chocolate caliente con galletas. Juntos nos sentamos y me acomodé en su pecho quedando cómoda.

Pensaba en Justin y cómo debía ser su vida solo siempre en este departamento, aunque él lo había elegido así.

-Tengo pensadas muchas cosas contigo, Bo-dijo en mi oído mientras pensaba, agarrándome de susto.

-¿Qué quieres hacer?-reí y me incorporé para poder mirarlo bien.

Él paso su lengua mojando sus labios y no dejaba de pensar en que deseaba besarlo de nuevo.

-Muchas cosas-rió y creo que ahora hablaba sobre algo distinto. -Tengo pensado hacer todas las cosas típicas de navidad, compras de regalos, hornear galletas, visitar la casa de santa que abrirá pronto en el centro comercial.

-¡Me encanta!-chillé y lo abracé.

Él sacó un mechón de pelo que caía en mi.

-Me haces hacer cosas de las que me burlaba-él suspiró- me tienes como un idiota, Bo. Podría bajarte la luna con tal de hacerte sonreír.

Mordí mi labio sin saber muy bien que decir, ya que me sentí intimidada por sus palabras, algo avergonzada por qué no sabía muy bien que significaba eso.

-Y creo que todos lo notan, menos tú-dijo acercándose a mi rostro.

Cerré mis ojos por impulso y creí que me besaría, pero eso no sucedió. Abrí mis ojos y vi como él observaba mi expresión, como queriendo que contestara a algo, o hiciera algo.

Como pude me senté sobré él y me acerqué aún más, acariciando su cara con mis nudillos.

-Si pudiera bajaría la luna por ti también, Justin. -Dije sincera- pero es imposible, así que tendrás que pedirme algo más para poder hacerte feliz, así como tu lo haces conmigo.

-Bésame y seré jodidamente feliz.

Lo miré atenta y sujeté con mis manos su rostro y con valor junté nuestros labios. Justin de inmediato me atrajo a él y me abrazó fuerte, intensificando el beso... pidiendo desesperado más de mí.

La verdad quería volver a besarlo, aunque eso formara un caos en mí ya que no entendía lo que eso significara para nosotros... ¿Éramos algo más? ¿le gustaba?

-Me vuelves loco, Bonnie. -dijo cuando nos faltó el aliento- me haces cursi... y yo no era así-rió.

-¿Cómo eras antes de conocerme?

-Era justo como cuando me detestabas... me rodeaba de chicas, no prestaba atención en clases, salía casi todas las noches... o lo sé.

-No tienes que cambiar por mí, Justin-dije- me gusta como eres siempre.

-No es algo que haga consciente- se encogió de hombros- solo... supongo que he cambiado para bien... al menos eso diría mi abuelo-rio.

Me volví a acurrucar en sus brazos y mientras él me proporcionaba caricia en el cabello, quise saber más de él.

-¿Cómo era tu abuelo?.

-Era la persona más alegre del mundo... le encantaban los niños y siempre buscaba hacer reír a la gente-suspiró. -Él se enamoró de mi abuela y al año de conocerse se casaron, ya que él sabía que era la mujer que quería para toda su vida, solo tuvieron una hija, que es mi madre. Mi abuelo fue la imagen paterna que tuve, y me encantaba pasar tiempo con él y creo que también le hubieses gustado como persona.

Sonreí de pensarlo y me dio tristeza el no poder conocerlo.

-¿Crees que hicimos un gran trabajo decorando todo este lugar?-preguntó para desviar el tema.

-Definitivamente-reí

Él se paró y me tendió un su mano.

-Bien... vamos a dormir ahora.

Asentí ya que tenía bastante sueño y no lo había notado hasta ahora.

Justin me tomó en sus brazos y me dio besos en el cuello mientras íbamos a su habitación haciendo que riera a carcajadas.

-Estas loco-reí

-hasta que lo notas.

Love Me Harder {j.b}Where stories live. Discover now