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— ¡Gwen! — Gritó Peter al mismo tiempo que despertaba de su pesadilla.

Otra vez ha soñado con el día en que Gwen Stacy falleció. Aquel trágico día en el que no pudo salvar al amor de su vida.

Peter limpió el sudor de su frente y trató de tranquilizarse pues las lágrimas ya habían salido, limpió algunas, pero estas no paraban. Seguían saliendo una tras otra. Esa pesadilla siempre lo alteraba y no sabía cómo hacerle para dejar de soñar con eso, con el día que cambió todo en su vida.

Se culpaba por la muerte de Gwen, se maldecía cada instante y así mismo, se cuestionaba todos los días el por qué no pudo ser más veloz, el por qué no pudo salvarla. Ella era su todo y ahora, no la tenía con él... Peter se sentía vacío.

Peter se sentó en su cama y abrazó sus piernas mientras lloraba, últimamente, el llorar le ayudaba a liberar la culpa, pero aun así, esta permanecía. Jamás se iba para dejarlo tranquilo.

El castaño escondió su cabeza entre sus rodillas, el dolor lo estaba consumiendo. Casi no dormía, pues cada vez que cerraba sus ojos, él veía a Gwen, inerte en sus brazos. Recreaba el momento en donde estaba con ella, llorando su muerte porque podía traerla de vuelta.

Por otro lado, ser Spiderman también le tomaba tiempo. Al principio, decidió que dejaría eso del heroísmo a un lado, sin Gwen junto a él, eso ya no le importaba. Todo ese tiempo, había estado salvando el mundo, liberándolo del mal para que ella estuviera segura y pudiera vivir en paz, pero el hecho de ser un héroe fue lo que la puso en peligro en primer lugar, y al final, terminó arrebatándole la vida.

Lo peor para él, es que ella había muerto frente a él.

Peter tuvo esos pensamientos durante varias semanas, la ausencia del héroe arácnido inclusive alertó a la ciudad de Nueva York, pero después, él pensó en que a Gwen no le gustaría verlo así.

Sí, ella quería estar con Peter Parker solamente, pero también quería que Spiderman estuviera ahí para salvar a la gente inocente que lo necesitaba. El mundo necesita al Asombroso Hombre Araña. Peter sabía que no podía fallarle a los demás, así como le falló a ella. Por lo que ahora, él tomaba más en serio su trabajo.

Peter gastaba su tiempo en lo que fuera, con tal de mantenerse ocupado, así evadía los recuerdos de su difunta novia, pero por más que se esforzara, no siempre lograba escaparse de sus trágicos pensamientos.

Con la cabeza aún oculta en sus rodillas, tiró de sus cabellos y gritó fuerte.

Necesitaba desahogarse de vez en cuando.

Después de unos minutos, Peter levantó el rostro y miró una foto de él y Gwen que estaba en su escritorio.

Con los ojos rojos y vidriosos se levantó de su cama y fue hacia ella. Se sentó en una silla y tomó la foto con ambas manos.

Las lágrimas volvieron a salir.

— Debí cuidarte más — su voz apenas era un susurro a causa del llanto —. Te fallé mi amor, te fallé y creo que nunca me lo perdonaré.

Y tras decir eso, Peter abrazó con todas sus fuerzas, el marco que contenía la fotografía de él y el amor de su vida.

— No sabes cuánto te extraño, Gwen. Me haces tanta falta.

Decir eso, fue suficiente para que Peter Parker rompiera en llanto una vez más.

NOT AGAIN! » PETER PARKER. Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα