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Peter se encontraba confundido, hacía ya un año que no veía a Harry, ni siquiera sabía de su paradero. Le tenía una especie de odio por lo sucedido con Gwen pero a la vez, una parte de Peter le seguía insistiendo que él aún es su amigo.

Aunque eso en algunos casos, solo aumentaba el dolor.

Y ahora, Harry se ha presentado nuevamente en su vida, pero sigue siendo para mal. Como deseaba Peter que las cosas fuesen como antes, cuando se enteró de que Harry regresó a la ciudad, lo fue a visitar con la intensión de reforzar los lazos de amistad entre ellos y darle el pésame por la muerte de su padre, pero lo único que sacó de aquello fue una desgracia.

Peter lanzó todos los papeles de su escritorio al suelo, la rabia le comía por dentro y la impotencia también, no sabía que hacer con aquel chico que solía ser su amigo. Su vida por fin venía a ser como solía ser antes, pero con el nuevo regreso de Harry, las cosas se ponían feas.

Aún así Peter quería a Harry con él. Lo quería de vuelta.

Los días pasaron y Peter comenzó a faltar a la universidad, ya no frecuentaba a Mary Jane y muy rara vez visitaba a su tía May. Solo se comunicaba por teléfono de vez en cuando y a las dos mujeres comenzaba a preocuparle la actitud del castaño.

Por su parte, él creía que así estaba todo mejor, apartarse lo más que pudiese y mantenerlas a salvo. No habría heridos, vida feliz para todos.

Al menos para ellas.

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Haciendo sus rondas diarias por la ciudad. Captó a Mary Jane en una de las calles, caminaba en dirección al restaurante donde suele trabajar por las tardes. Ella llevaba el cabello rojo sujetado en una trenza de lado, un gran abrigo café le cubría el cuerpo pero aún podía distinguir el pantalón negro y las botas del mismo color.

Peter imaginó que debajo del abrigo lleva puesto también el delantal que la hacen usar en aquel restaurante. Quiso acercarse, quizá bajar a saludar... pero en estos momentos, hacer aquello le pondría en riesgo. Así que siguió de largo.

Espiarla de lejos, le recordaba a aquellos momentos en donde se separó de Gwen y hacía lo mismo para mantenerla a salvo. La historia se estaba repitiendo y Peter no quería eso. No, otra vez .

Con la tía May hacía lo mismo, la veía terminar las rondas en el hospital, agotada por la jornada de trabajo. Solía dejarle cartas en el buzón de correo para explicarle el motivo de su repentino alejamiento. Eran excusas más que todo. Sobre proyectos universitarios que debía hacer y el trabajo en la pizzería que tenía.

Aunque todo eso resultaba ser mentira puesto que a la universidad, casi no iba y del trabajo lo despidieron hace tres días atrás.

Peter comenzaba a alejarse de nuevo y eso comenzaba a preocuparla. No quería ver a Peter así. No, otra vez.


NOT AGAIN! » PETER PARKER. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora