Capítulo 4: ¡Que comience la cuarentena!

Începe de la început
                                    

-Oh Shaka -contesto Shion -yo ya me encargué de eso -le hace señas a un guardia para que se acerque y destape una gran cortina dejando ver todo lo que estaba ahí. -Fui antes de todo este asunto a comprar las cosas necesarias y así evitar que ustedes bola de gorrones problemáticos se les ocurra salir -Shion tenía todo calculado, sabía que ellos querían salir y llevarle contraria, sin embargo no lo iba a permitir.

-Pero Shion -Hablo Dohko -Es muy malo estar mucho tiempo encerrado además aquí en el Santuario no puede pasar nada.

-Y no pasará- hablo Shion -Ninguno me escuchan ninguno de ustedes sanguijuelas va a salir de sus casas -aquello dejo helado a los presentes, se suponía que el santuario estaba alejado del pueblo y cualquier ciudad y que sólo habitaban los Guerreros ¿porque enterrarlos también en sus casas? -Hay que ser precavidos, no quiero que se enfermen y no quiero que contagien a nadie así que no se habla más la cuarentena queda estipulada desde ¡Ahora! –no podían refutar, Shion estaba decidido a que no salieran de sus casas, ni sacar sus narices, así estaban las cosas en el santuario, sin embargo en Japón las cosas empeoraban y más para algunas personitas.

En la mansión Kido tras una jornada de limpieza total a los productos comprados y la casa entera, los caballeros de bronce estaban que se quedaban sin aliento, Saori los puso a limpiar cada habitación con diferentes químicos para limpieza, el más afectado de todo fue Shiryu, quien se sentía mas agotado que todos los demás, pues este se había tomado muy enserio el tema de la limpieza, más sin embargo lo hacía para impresionar a su querida Shunrei.

-Lagartija –Ikki era el que le había colocado apodos a todos –deja de limpiar ya, el piso relumbra más que mi armadura recién reparada por Mu.

-Quiero que quede bien Ikki –le respondió limpiando el suelo –además esta es la habitación en la que se quedara Shunrei y no quiero que se enferme.

-Yo sabía que lo hacías por eso –respondió el fénix –y si piensas en que ustedes dos van a quedar solos en esta habitación estas equivocado –aquello dejo sonrojado al caballero dragón, sabía por dónde iba la conversación con Ikki –porque la bruja de Saori nos va a separar a todos para evitar contagios.

-No lo hago por eso –respondió ocultado su sonrojo –además yo respeto a Shunrei no me propasaría con ella.

-Como digas –dijo para intentar retirarse no sin antes darle un aviso –y te aviso que tengas cuidado con unos comentarios que hare, quiero que Seiya y Hyoga duerman a fuera como el perro que Seiya trajo la última vez.

-¿Por qué les quieres hacer eso? –Pregunto alarmado –si eso pasa, se enfermaran y de paso solo sería una comida, se volverán locos.

-No dormirían bajo la lluvia, estarían durmiendo en la casa de perros que les quiero construir y lo hago –suspira –porque estuvieron molestando a Shun y porque Hyoga tiene unas intenciones según el "románticas" con mi hermanito y no quiero que me lo perturbe con sus cosas porque sé que no son románticas se que son como las tuyas con Shunrei.

-¡Ikki! ¡Lárgate mejor! –grito Shiryu enfurecido por lo último -¡y deja de reírte! ¡Que no es gracioso! ¡Mendigo pollo! –chillo a lo que Ikki solo se retiró riéndose, Shiryu no quería negar de que quería tener algo con Shunrei, pero este la respetaba como mujer y no quería ser como otros sujetos. Tras unas largas horas Saori los llamo a la sala, les iba a dar las indicaciones necesarias para su cuarentena en aquella mansión.

-Muy bien muchachos necesito que queda claro unas reglas –los caballeros solo se vieron unos a otros, pues al parecer no solo Saori tenía reglas parece que las otras dos muchachas junto a Tatsumi también las tenían –Shunrei, Miho, Tatsumi y yo decidimos establecer un reglamento para nuestra convivencia estos próximos meses –aquello dejo helado a los chicos.

-¡MESES! –gritaron aterrados.

-Oye ¿Cómo que meses? Y no que ya habían hallado una vacuna –pregunto Seiya al lado de Hyoga.

-¡Cállense! ¡Y no! Aun no hallan una vacuna –mando a callar la diosa –ustedes están bajo nuestras órdenes y nos vamos a dividir nuestra convivencia aquí por lo que –saca una lista –en esta mansión se hicieron más habitaciones ya tiempos por lo que, Seiya y Ikki van a dormir en una habitación –aquello dejo a Seiya helado y a Ikki enfurecido –y no Ikki no te cambiare con Shun, tu hermanito dormirá en una habitación Hyoga –aquello fue la gota que rebalso el vaso para el fénix a lo que el cisne solo podía sonreír.

-¡No! ¡Ni se te ocurra! ¡Yo tengo que estar con Shun! –recalco el caballero fénix –que te parece mejor enviar a Seiya y Hyoga a dormir con el perro.

-¡Oye! –gritaron los dos mencionados.

-¡Hermano! ¡Deja de dar esas sugerencias ellos no son animales! –regaño el caballero de Andrómeda.

-¡Pero sus signos si son de animales! –Exigió el fénix –por lo que deberían dormir en un establo y Hyoga en un estanque.

-¡Suficiente! ¡Si sigues así tú acompañaras Manchas y Canela! ¡Creo que les haría buena compañía a las dos perritas tener a un fénix que les de calor! –el fénix solo pudo callarse molesto, odiaba aquella idea –bien mejor sigo, Shiryu tu dormirás solo –aquello le alegro en parte al caballero dragón, sin embargo el caballero fénix no estaba de acuerdo tampoco –Ikki si vas a decir algo no me dolerá mandarte allá y eso va para todos, tienen tres oportunidades, si hacen algo estúpido les aseguro que se irán a dormir a fuera.

-Descuida Saori –hablo Shun –nadie ira a dar allá y creo que quedo en claro que no pasara nada.

-Bien entonces –revisa la lista –Shunrei y Miho dormirán en una habitación juntas yo dormiré en otra ya que mi habitación la usare para almacenar todos los utensilios así que así queda todo, Tatsumi tu dormirás como siempre en tu alcoba de ti no me preocupo porque sé que eres responsable –el mayordomo asintió –así que esto es todo ah y otra cosita más, nada de salir, ustedes se me quedan aquí, todos.

-Es por el bien de todos –hablo Shunrei –además yo me hare cargo de su vigilancia junto a Miho para mayor precaución.

-¡Que! –Exclamo Seiya – ¿Tanta desconfianza nos tienen? ¿Miho?

-Seiya –le mira –de ti es ofensa esa pregunta, recuerdas todo lo que hiciste junto a los demás con Manchas y Canela, el único bien portado es Shun.

-Tiene un buen punto –dijo Shunrei –Shun es el que mejor se porta y de él no tenemos que preocuparnos, pero de ustedes cuatro sí –Shiryu no podía creer que ella pensara así de él, no sabía cómo sentirse si molesto o triste por aquello y más porque Ikki se aguantaba las ganas de reírse de él.

-Bien la cuarentena empieza ahora mismo –dijo la Diosa, sabía que desde ese momento, la normalidad que habían conocido estaba cambiando y lo haría cada vez más.

Continuara 

Cuarentena DoradaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum