Capítulo 3: Distancia ¿Exagerada?

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Para los caballeros era algo nuevo, todo aquello que estaba ocurriendo a su alrededor, un virus les estaba costando caro a ellos y al mundo entero, y para ese momento el Patriarca estaba que perdía la cabeza con aquellos aterradores ruidos.

-¡Aléjense de mí! ¡Guardias! ¡Tráiganme a los otros gorrones! ¡Es una emergencia! –dijo Shion de manera des frenada -¡Bola de estúpidos! ¿Qué diablos están haciendo aquí? ¡Si el trabajo era de Dohko! y ¿Qué es esto? –toma las latas de pintura pegados a una nota que dejaba en claro aquello –"Llevar color negro porque es de los colores que odia el viejo tarugo de Shion" –aquello dejo helado a los muchachos y a Dohko, la cara de Shion era roja como un chile, arrugo aquella nota y no dudo en gritarles unas cuantas cosas -¡Mendigos gorrones come cuando hay! ¡Cínicos, sin vergüenzas, diputados del parlamento corrupto! ¡Están metidos en un aprieto del que no podrán salir! ¡Guardias! –llamo a los dos guardias que custodiaban la puerta –llámenme a los demás gorrones los quiero aquí ahora mismo –los guardias sin duda alguna asintieron y salieron de ahí como alma que lleva el diablo, les daba miedo cuando el patriarca entraba en ese modo y preferían huir a escuchar todo aquello.

No cabía duda, ya desconfiaba más de todos, si esos que se decían ser caballeros dorados, inteligentes, serios, leales y obedientes, para él estaba muy equivocado, para el ellos ahora eran, Inteligencia de caracol, tarugos, desobedientes o como dirían coloquialmente "burros" y leales cuando les convenía y no, no lo decía por Saga.

Mientras Shion lidiaba con los dorados, las cosas en Japón no andaban de maravilla, al contrario todo estaba dando vueltas, y es que Saori, había puesto a sus caballeros a clasificar cada provisión que había mandado a comprar, mientras ella y las muchachas se encargaban de otras cosas. Seiya y Hyoga eran los que se encargaban de los alimentos, Ikki y Shun se encargaban de lo que eran utensilios de limpieza y eso incluía 300 botes de lysol del grande y Shiryu se encargaba de las mascarillas y guantes, muchos dirían que no era nada difícil, pero se equivocan, cada uno tenía que desinfectar todo aquello, manteniendo la distancia prudente que les había solicitado la diosa, sin embargo ella ya había exagerado, les había exigido a cada uno estar por lo menos de 3 a 6 metros lejos de cada uno.

-Saori...-hablo el caballero del fénix –comprendo que hay que estas distantes uno del otro pero... ¡6 metros lejos de cada uno! ¡Es enserio! ¡Se supone que debe ser 1 metro por lo menos!

-Entre más lejos menos riesgo –respondió esta –ya deja de quejarte y sigue lavando los paquetes de toallas sanitarias femeninas –para el fénix aquella tarea no era de su agrado y menos el estar lavando aquellos paquetes, no quería admitirlo pero le daba cierta incomodidad el tener que estar limpiando las toallas femeninas –Esto lo deberías de hacer tu, Miho y Shunrei –señala las toallas –no me lo tomes como que fuera machista –suspira - ustedes son mujeres y ustedes deben por lo menos lavar las toallas estas.

-No seas machista Ikki –hablo el caballero de Andrómeda un poco fuerte –ellas se encargan de estar arreglando adentro y no tiene nada de malo.

-Ya escuchaste a tu hermanito asa que sigue –dijo la diosa de manera triunfadora –iré a ver a los demás así que vamos como vas, como vas –dijo chasqueando sus dedos, la joven camino hasta donde estaba el caballero dragón ordenando una mascarilla por una, la diosa había mandado a comprar por lo menos 400 mascarillas más unas de tela, y 500 guantes por si tocaban algo, para el caballero aquello ya le estaba cansando, se llevó alrededor de 3 horas en aquello, y eso porque a veces se detenía a descansar, pues a este le tocaba hacer aquello solo –bueno al menos ya vas a terminar.

-Si vale más –dijo el caballero con su cabello amarado –no tienes idea lo cansado que es esto –suspira –pero el que me pidieras clasificar cada mascarilla para cada uno y de paso los guantes y de paso empaquetarlos con nombres y estampados de estrellitas –muestras las calcomanías –me parece ridículo.

-Así no se equivocaran –respondió inocentemente –una vez que termines te encargaras de la clasificación de algunos medicamentos –aquello ya era el colmo, Shiryu quería tirar la toalla ya, según el aquello era un abuso.

-¡Deja eso que yo lo hago! –Saori ya sabia de quien era aquella queja, Seiya y Hyoga se estaban peleando mientras limpiaban los alimentos y aunque estuviesen a 6 metros uno del otro, los gritos e insultos no se limitaban -¡No sabes ni siquiera limpiar una sardina!

-¡Y tu ni un tomate! –Fue la queja del caballero del cisne -¡Al menos yo puedo limpiar bien las cosas!

-¡Por favor si tu ni cepillarte los dientes puedes! –se quejó el caballero Pegaso ya colmando la paciencia de la diosa.

-¡Basta! ¡Limpien todo y en silencio y si escucho una queja de ustedes les aseguro que dormirán afuera toda la cuarentena con derecho a una comida! –aquello fue suficiente para que ambos dejaran su riña y continuaran limpiando en silencio –así está mejor, Ojala Shion esté haciendo un buen trabajo con el santuario, porque si esto empeora aquí ya sé a dónde nos vamos a ir.

Santuario de Athena

Los caballeros dorados ya estaban en el salón del patriarca, arrodillados y extrañados por la solicitud de Shion, desconocían la situación, pues miraban muy molesto y preocupado y más aún el que los haya separado casi 8 metros uno de los otros y lejos de él.

-Muy bien –comenzó hablar –los mande a llamar aquí, porque no voy a permitir que ustedes bola de baquetones de quinta –aquel insulto los dejo perplejos ahora que habían hecho se preguntaban –cinco de ustedes me orillaron a esto –los caballeros ya sabían a quienes se referían y voltearon a ver a los susodichos responsables.

-Oigan porque siempre nos quedan viendo a mí y a estos –hablo el caballero de Escorpio sumamente ofendido.

-Porque son los únicos e incultos capaces de hacer una estupidez que le cueste el cuello a toda la orden dorada –respondió el caballero de acuario –y no me lo puedes negar.

-¡Silencio! –Ordeno el sumo pontífice –se me callan ya, no estoy aquí para escuchar sus delirios, a partir de ahora no los quiero juntos, 0 fiestas, 0 comidas juntos y si se ven o vienen aquí me viene con mascarillas, guantes y con su gel de manos y si es posible con su traje de bioseguridad –la mayoría no comprendían aquella solicitud, ¿Qué le pasaba al patriarca? ¿Le tenía fobia a los gérmenes?, sin embargo hubo uno que si entendió todo.

-¿Esto se debe al Coronavirus? –Todos voltearon a ver a Shaka de Virgo -¿Qué era aquello? ¿Qué era el coronavirus? Pronto lo sabrían.

Continuara 

Cuarentena Doradaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن