𝔣𝔦𝔣𝔱𝔢𝔢𝔫

3.6K 347 232
                                    


━━━━━━━━━━━━CAPÍTULO QUINCEMASSACRE━━━━━━━━━━━━

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

━━━━━━━━━━━━
CAPÍTULO QUINCE
MASSACRE
━━━━━━━━━━━━


"Así que la fe es por el oír,
y el oír, por la palabra."

             LA PALABRA REVELA su voluntad, y solo cuando conocemos la voluntad, podemos creer en ella. Así que si quieres tener fe, debes escuchar y leer las promesas de la otra persona.

Sus ojos se encontraban rojos de furia, lastimosamente de forma literal. Mientras que sus garras estaban de fuera siendo consumida por su nueva naturaleza haciendo que sus manos tomaran un color negro cual carbón pero antes de que este sobrepasara más de la mitad de su mano reparó en una chica de cabello rizado y de aspecto desalineado que se abrazaba a sí misma de forma miedosa mirando a su alrededor como si temiera que alguien la viera por el lugar. Entonces todo el enojo que antes sentía cambio por una profunda tristeza.

Laura no se merecía nada de lo que le tocó vivir.

Se acercó intentando ser sigilosa pero el crujir de las ramas y hojas bajo sus pies echaron a perder su acción.

Asustada, la morena volteó espantada hacia su dirección a lo cual Aida levantó sus manos mostrando que no tenía ninguna mala intención.

— Soy yo. — Anunció lo evidente pero aún así noto como los tensos hombros de Laura se relajaron un poco aunque no dejaba de lucir nerviosa.

Por su cabeza pasaban muchas cosas. Una de ellas era el pensamiento de que ya no le servía a la ama Olga y envió a Aida a eliminarla, otra era qué tal vez la pelirroja quería sobreponer su poder sobre ella y humillarla, quien sabe. Pero debía confiar en ella, no le quedaba de otra.

La pelirroja no perdió tiempo y llegando hacia ella, le retiró suavemente la tela sobre su espalda, haciendo una mueca por lo horrible de su estado, respiró hondo e imitó lo mismo que veía hacer a su abuela cada que curaba un enfermo en el pueblo. Limpio la herida con agua del río para quitar el exceso de pus, para después poner una de las cremas de Robert compró.

Laura hizo un movimiento brusco por el ardor que sintió al contacto.

— Lo lamento. — Se apresuró a disculparse con una voz suave y transmitirle algo de seguridad — Tiene alcohol y ayudará a desinfectar, arderá un poco. — La malherida asintió lento y dio pie a que la otra chica continuara en el proceso de curación.

Aida seguía mirándola tensa y el hedor a miedo la desconcentraba bastante, no entendía como es que aquello fuera glorioso e incluso delicioso para Robert, para ella era todo lo contrario, por más raro que pareciera, para ella era más gratificante sentirse amada o querida por lo mínimo, no le gustaba la sensación de emitir terror hacia los demás. Por lo que, sin pensarlo mucho, comenzó a tararear una de las bellas canciones que cantaban los esclavos a la hora de recolectar algodón, mostrándole que estaba de su lado de alguna forma.

𝘒𝘐𝘓𝘓𝘌𝘙𝘚 ; itWhere stories live. Discover now