𝔢𝔩𝔢𝔳𝔢𝔫

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━━━━━━━━━━━━CAPÍTULO ONCESHE IS MAD━━━━━━━━━━━━

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CAPÍTULO ONCE
SHE IS MAD
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YA NO HABÍA ningún bendito que pudiera detenerla de cometer sus pecados. Poca de su bondad quedaba pero su pureza ahora era una leyenda extraña en su corazón, ya no podía cambiar lo que era y pobre del tonto que quisiera hacerlo.

Dejó de luchar y se entregó completamente.

Se removió incómoda en su lugar, no podía encontrar la posición adecuada para dormir y estaba comenzando a desesperarse, Olga era demasiado estricta con los horarios y no podía llegar como una muerta viviente al trabajo.

Terminó por rendirse a la tercera vuelta y prefirió descubrirse — a pesar del frío que estaba haciendo, pues dejó de sentirlo hace mucho — y se encaminó a la cocina por un poco de agua esperando poder conciliar el sueño después.

Se dirigió al pasillo que la dirigiría hasta allá pero al mirar el final del corredor se detuvo de manera abrupta. Trago duro y tomó una fuerte respiración mientras veía a la extraña figura frente a ella oculta en las sombras. Había pasado por mucho que era imposible no decir que era un poco más valiente y podía soportar muchas cosas pero aún así sentía terror en sus entrañas cada que pasaba algo igual.

Tenía esa intranquilidad en su estómago y sus pies cada vez se ponían más rígidos negándose a seguir su camino pero aún así tomaba valor apretando sus puños aún sin mostrar sus garras. De igual forma ya se sentía más poderosa e intocable, cualquier extraño que estuviera ahí esperándola lo pagaría muy caro.

Dos semanas habían pasado desde que tomó la vida de una pequeña inocente, los primeros días fueron fabulosos, se sentía toda una diosa, la siguiente semana volvió a andar como una humana cualquiera más aún así no tenía ni la más mínima hambre, de nada realmente. Pero eso no evitaba que cada que olía o veía sangre estaba por perder el control, trataba de regañaba a si misma y se ponía castigos para que así la cosa dentro de ella pudiera someterse, se estaba domando a si misma. Era difícil mantenerlo a raya pues desde su primer bocado siguió deseosa de más pero con pequeños consejos de Eso —que él tuvo que aprender gracias a su presencia— lo logró a duras penas. Él la tenía más fácil, solo la veía una vez al día y estaba alejado de la civilización, si llegara a escapar quien sabe cómo reaccionaría su hambre.

Finalmente llegó al otro extremo del corredor y no podía creer a quien tenía en frente. Ahogó un sollozo y giró la cabeza hacia otro lado no queriendo encararla. Tu primera víctima nunca dejaría de atormentarte.

— Aida... — la llamo en un puchero, rogando su atención pero la pelirroja solo atinó a cerrar los ojos con fuerza — ¿Por qué ya no haz jugado conmigo? — su tono de voz era triste y parecía que quería llorar lo cual le rompía el corazón a Aida.

𝘒𝘐𝘓𝘓𝘌𝘙𝘚 ; itWhere stories live. Discover now