Parte 9

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Jimin estaba acurrucado de lado en el asiento del Boxster Spyder sintiéndose miserablemente. Estaba acurrucado debajo de una chaqueta negra que él había empacado para las horas del día. Pero a pesar de la protección, podía sentir que el sol lo estaba drenando. Era mediodía y el brillante sol estaba golpeando sin misericordia a través de las ventanas del pequeño carro deportivo como un dorado martillo a pesar de su polarizado.

— ¿Estas bien? — Jungkook le dio una mirada de soslayo mientras seguía tras el volante. El were parecía disfrutar manejar el costoso carro más de lo que lo había disfrutado Jimin. De hecho él había estado tan excitado por el Spyder que Jimin sintió envidia. La manera en que Jungkook había pasado su mano por la brillante carrocería. La admiración que expresó ante los interiores de piel. El vampiro no pudo evitar desear que al menos un poco de ese entusiasmo fuera dirigido a él. Claro que eso no iba a suceder, aunque Jimin podía sentir el deseo del otro hombre, Jungkook había dejado más que clara su determinación de dejar sus encuentros en el pasado e ignorar la conexión entre ellos. Ante tan intensa determinación, no había mucho que Jimin pudiera hacer. Y ahora el sol estaba en lo alto. Apenas y tenía voluntad de intentarlo. De cualquier manera levantó la mano a sus sienes y las frotó. Mon Dieu, pero si me siento tan débil.

— Hey, hombre. Dije ¿Que si estás bien? — La ansiedad de Jungkook llegaba a él alterando sus ya destrozados nervios. El lobo había estado manejando desde que intercambiaron lugares cuando el sol se asomó en el horizonte. Jimin había estado feliz de cederle el volante y estaba incluso más agradecido de no estar manejando ahora. Por la manera en que se sentía dudaba que pudiera caminar un metro, mucho menos tener la coordinación para manejar.

— Yo estaré bien — Se decía a sí mismo, aunque estaba empezando a preguntarse si era verdad. Claro que la manera en que se sentía era su propia culpa. Su insistencia de seguir manejando durante el día en lugar de llegar a un hotel había sido estúpido. Aunque era capaz de manejar la luz del día, eso lo drenaba terriblemente, mucho más de lo que hubiera esperado. Se sentía seco y deshidratado, su cuerpo entero era un desierto deseando sangre fresca. El problema era, que la sangre que deseaba era la de Jungkook y el were había dejado muy en claro que él no estaba interesado en jugar al "Donador de sangre" de nuevo.

Jimin deseaba atreverse a bajar el vidrio de la ventana. El aroma en el carro, el caliente y salvaje olor del lobo, era casi más de lo que podía tolerar. Eso era tormento puro, estar tan cerca de lo que quería, del único cuerpo que necesitaba, y ser incapaz de saciar su sed. Y no era solo que estuviera sediento. Cada respiración con el cálido olor de Jungkook, cada mirada a los duros músculos del cuerpo que estaba tranquilamente sentado a su lado, cada mirada a esos ojos negros, hacía que el deseo de Jimin aumentara. Era casi una abrumadora necesidad por tocarlo, acariciarlo, saborearlo, que le exigía sostener al were más cerca y encajar los colmillos en el cuello del otro hombre mientras el pene de Jungkook entraba profundamente en el cuerpo de Jimin, todo eso estaba siendo casi demasiado.

Es el único al que llamaba mi sangre-lo reconoce como mi Coeur de Sang incluso si él no lo hace. Debo ignorar eso. Pero ¿Cómo podía ignorar una necesidad que estaba rápidamente convirtiéndose en algo tan vital como respirar? Eso casi hacia que Jimin se alegrara de sentirse tan débil para no poder hacer nada por sus apetitos carnales. Después de que rechazó su oferta de placer oral en la cochera que era su casa, Jungkook estaba a la defensiva, sus emociones eran como una oscura nube de dudas y lujuria y vergüenza que lo cubrían con una invisible e impenetrable niebla. Él estaba siendo cuidadoso — Muy cuidadoso — para mantenerse en su propio lado del carro, para lograr una suficiente distancia entre ellos.

Jimin se preguntaba sobre la crueldad del destino, que había hecho no solo que se enlazara para toda la eternidad con un enemigo de su raza sino con un hombre que se rehusaba a reconocer sus deseos por alguien de su propio sexo. Tratar con uno de esos problemas podría ser manejable pero juntos creaban un casi insuperable obstáculo para formar cualquier tipo de relación. No es que Jungkook quisiera una relación, era obvio que él deseaba disolver su parcialmente formado lazo y nunca verlo de nuevo. Ese pensamiento hacía que el vampiro se sintiera como si le exprimiera el corazón con un férreo puño. Si solo el were pudiera admitir sus sentimientos, si solo pudiera permitirle a Jimin cruzar sus cuidadosamente construidas defensas...

+18 KOOKMIN (Adap; título original en la portada)Where stories live. Discover now