-"Te ayudaré"- Maratón 2/2

1.6K 110 20
                                    

                                                      Capitulo 33

-Maratón 2/2-

Hola. Son las 3:40 y no he podido dormir aun. Siento como la cena aun se encuentra en mi garganta, siento asco de mi. Te preguntaras, ¿Por qué no la he vomitado? Bueno, no es nada fácil cuando tienes a una enfermera al lado que no se va hasta que no te duermes. Logré convencerla de que estaba dormida cuando ya era muy tarde para vomitar mi cena y ahora la siento pegarse en todo mi cuerpo y engordar como una cerda. Qué asco. Bueno, mejor me voy a intentar dormir, tal vez lo consiga. Nos vemos.

(…)

No me ha ido tan mal. Logré bajar un poco mas de peso y, aunque me han retado demasiado yo estoy contenta. Mi psicóloga debe querer matarme por idiota pero conozco una persona que si me golpeara. Ann. La encontré en los corredores y juro que si no hubiera sido porque había gente a nuestro alrededor me golpeaba.

-Flash back-

-Entonces…¿Tiene algo mas para contarme?.-Preguntó mi psicóloga. No había abierto la boca en toda la sesión. Solo había murmurado algún “si” o “no, o simplemente había asentido en respuesta. El fastidio era notable en mi pobre psicóloga y la comprendía, ¿Quién quería soportar a una moleta adolescente con problemas alimenticios, que se cortaba y que la hacía perder una hora de su tiempo sin abrir la boca? Si fuera ella ya me hubiera abofeteado hace tiempo.

-No.-Contesté, ella soltó un suspiro.

-¿Sucede algo? Hemos estado hablando muy bien estas semanas, ¿Por qué este cambio tan repentino?.-Preguntó, eleve mis hombros.

-Solo que hoy no quiero hablar.-Murmuré, ella soltó un suspiro mientras asentía lentamente.

-Está bien cielo, puedes retirarte entonces.-Miró su reloj y aunque aun faltaban quince minutos para que termináramos me dejó ir. Sonreí por primera vez desde que me había sentado allí y me paré.

-Gracias.-Dije, ella sonrió a medias.

-No hay de que, cariño. Nos vemos, cuídate por favor.-Comentó.-Y come bien, por favor.-Siguió justo cuando había llegado a la puerta, asentí sin siquiera darme vuelta para verla y salí de allí. Ann estaba parada justo al otro lado del pasillo, de brazos cruzados.

-¡Ann!.-Exclamé mientras me acercaba a ella, ésta frunció aun mas su ceño.

-¿Eres idiota o qué?.-Su pregunta me tomó por sorpresa y arrugué mi nariz con disgusto.

-¿Qué? Pero…¿Qué hice?.-Pregunté, ella rodó sus ojos.

-Tu enfermera nos acaba de avisar que anoche tuvo que quedarse para que no vomitaras la cena y que perdiste peso, de nuevo. ¿Eres idiota? ¿Para qué piensas que estas aquí? ¿Para hacer de estorbo?.-Estaba realmente enfurecida, elevé mis cejas mirándola con incredulidad.

-¿Ese acaso es tu problema?.-Pregunté lo más fría que pude, ella bufó.

-¿No te has dado cuenta de la cantidad de dinero que deben estar gastando tus padres para que te recuperes? Y tú lo único que haces es seguir hundiéndote en esa mierda.-Comentó.

-Mira quien lo dice, quisiste suicidarte.-Le dije con mi ceño fruncido.

-Es diferente, yo al menos tenía excusas para hacerlo pero tú…¿Te quieres matar por lo que piensan de ti? ¿Eso te parece una justificación para herirte?.

-Metete en lo tuyo.-Comenté.-Además, ninguna excusa justifica el querer suicidarte, Ann. Grábatelo.-Seguí, ella gruñó.

-¡Tus padres se están matando en su trabajo para que tú puedas estar aquí y solo malgastas tu oportunidad!.-Exclamó, la miré indiferente.

El diario de ___ Thompson (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora