Cap 3

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—Youko ¿Qué ocurrió? —Pregunta Senjuro alarmado, viendo como su hermano entra a la habitacion, con la chica arrastras.

—No sé qué me ocurrió, yo; fue como si no fuera yo—le explica con miedo implícito en sus palabras, dirigiendo su mirada al menor de los Rengoku, el mayor suelta su agarre.

—Kyojuro, lo siento mucho de verdad; no quise hacerlo, en la forma que te hablo y le hablo a Sen-chin... no pude tolerarlo— confieza la chica para tratar de enmendar lo que habia hecho.

 Pero sus disculpas parecieron ser omitidas totalmente por el pilar, ya que este la mira por ultima vez y le sonrie levemente antes de abandona la habitación, dejandola a ella y Senjuro solos.

—Youko debe guardar la calma, lo que hiciste fue en defensa de mi hermano, si te preocupa que él, se haya molestado por eso, no deberías. creo que esta reaccion no es de enojo— contesta Senjuro con una sonrisa

—¡SEN-CHIN ES MUY AMABLE! — chilla Youko, abrazando al pequeño con cariño.

—Youko también es muy amable— Responde el abrazo —Youko, ya es la hora de la comida y debo ir a prepararla—

—Déjame acompañarte y ayudarte en tu labor, sé cocinar muy bien —comentá vanagloriándose.

—Pero estas herida, mira tu vendaje— Senjuro le apunta con su dedo, para que esta mirará su estado.

—Estoy totalmente bien, no te preocupes por mi por favor; dejame ayudarte— roga la chica, mirandolo fijamente con aquellos ojos rojizos y aquella sonrisa calida hermosa de apreciar.

—Esta bien— accedé sonrojado, al ver como la chica lo miraba de aquella forma.

El rubio pequeño sonríe y ambos comienzan a caminar a la cocina, para preparar la comida.

El pilar de la flama mientras camina, se quita su haori y lo acomoda entre uno de sus brazos; éste habia ido a al patio de la finca para despejar un poco su mente ante lo hace poco ocurrido,  antes de llegar a su habitación, unas risas le llaman la atención, por lo que pospone el objetivo de ir a colgar su haori en su habitación y desvia su camino; para aproximarse a la cocina.

Kyojuro abre levemente el shoji y mira con alegría, como su hermano y Youko estaban comiendo muy animados.

El mayor esboza una cálida sonrisa al ver que por fin Senjuro no volverá a estar solo con su padre durante un tiempo.

En su mente únicamente puede pensar en la carga tan pesada que los pequeños y jóvenes hombros de Senjuro, han tenido que cargar, su pequeño hermano perdió a su madre, fallo en los entrenamientos y ha tenido que cargar con todas las tareas domésticas, que incluía soportar las burlas y agresiones de su padre ebrio.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar en todo eso, su hermano está cargando con cosas que no debería cargar un niño.

—¿No vendrás a comer Kyo-chin? —pregunta de manera afectuosa la chica mirando de reojo la puerta entreabierta.

El pilar se sorprende un poco al escuchar el honorífico por el cual lo había llamado, este abre la puerta y ve como la chica le sonríe con sus mejillas algo sonrojadas, a lo cual él termina dejando escapar una risilla y esboza una sonrisa alegre.

—Te serviré un poco hermano— el pequeño Rengoku saca un plato y comienza a servirle una generosa cantidad de bolas de arroz cubiertas en hojas de parra.

—¡SEN-CHIN, ESTA DELICIOSAS! — Felicita la pelinegra con mucha pasión al dar el primer bocado la chica.

—¡DELICIOSAS! —Grita el mayor, llevado una bola entera a su boca.

La reencarnación del solWhere stories live. Discover now