01; El comienzo.

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NARRADOR OMNISCIENTE.

El tacón de sus botas negras resonaron por todo el estacionamiento, sus piernas largas le hicieron corto el camino hacia su carro de último modelo, que combinaba en color con su atuendo negro.

Se veía como una espía sacada de película, incluso con los labios rojo oscuro y potente. El sueño de cualquier hombre con las hormonas dominando, por encima de su mente.

Lalisa sabía que era atractiva y sí que lo usaba para su conveniencia; esperaba que esta vez fuese igual.

No le había tocado alguien fácil, se trataba de Big Hit y con ellos era muy complicado poner a sus artistas en mayor exposición.

Si fuese alguien de YG sólo necesitaría una noche para conseguir mínimo dos o tres escándalos de droga y prostitución.

Pero con ellos era diferente, vendían a sus idols con actitudes angelicales y buenas maneras, casi que modelos a seguir. Lisa se cuestionaba si tanta perfección era real.

Y claro que no.

Si quería saber más de él y esos chicos, debía meterse en su vida, casi que escarbar dentro de su corazón y ganarse su confianza, hasta el punto en donde se sienta seguro de compartirle sobre su vida amorosa.

Cuando salió y la luz del día pegó contra su rostro, se apresuró a colocarse sus gafas oscuras. Miró de reojo a todos aquellos que le miraban sin disimular un poco, apretó las tiras de su bolso.

—Buen día.—Saludó con dulzura fingida en su tono.—Vengo a una entrevista de trabajo.

El vigilante de la compañía pasó saliva nervioso, sintiéndose intimidado por la belleza notoria de la persona frente a él. Era como si estuviese hipnotizado, tanto, que ni siquiera siguió con los protocolos de seguridad y privacidad que se le habían instruido.

—Claro que sí, puede pasar.

El privilegio de ser bonita.

Lisa lo sabía, así que intentó sonreír pícara antes de entrar al lugar, terminando de ganarse al hombre que se veía mayor que ella, pero se sentía lo suficientemente joven como para querer insinuarse ante ella.

No sabía si había sido cosa del destino, de Dios, del universo o qué, pero todo se había alineado a su favor y no se podía sentir más que afortunada por ello.

Había una fila gigante, demasiado larga para su gusto, pero quién no la haría si aquello le permitiría trabajar en una de las compañías más prestigiosas de la industria.

—Lalisa Manoban.

Alzó la mirada, sí, esta vez utilizaría su nombre real, lo estaba dejando todo en el campo de lucha porque hasta ahora, esta era su misión más importante, su idol más desafiante.

—¿Cuál es su experiencia maquillando?

¿Maquillar? Era nula, pero si contaba las veces que había hecho el maquillaje de Jisoo, tendría mucho para decir y llenarse la boca con ello.

—Tengo mucha.—Mintió. —En mi portafolio puede revisar mis trabajos.

Y eso era otra mentira que si no decía, retrasaría su plan. Tenía contactos con buen prestigio en la industria de maquillaje y tomando sus fotos a cambio de dinero, Lisa fácilmente podía decir que ella era la autora de todos esos maquillajes profesionales y perfectos.

Aunque su única experiencia fuese delineados, labiales y sombras medio difuminadas.

El hombre frente a ella se sorprendió al ver las fotos.

—¿En serio apenas está empezando? Esto debe muy pulcro y detallado para ser de una principiante.

—Soy muy perfeccionista, por eso me atreví a venir a una compañía tan importante como esta, sabiendo que llevo tan poco tiempo ejerciendo.

—Le tengo otra pregunta, mucho más importante.—Dijo el hombre.—¿Está usted casada? Se ve muy joven como para cumplir los requisitos que deben tener nuestras trabajadoras.

Lisa sabía que Big Hit sólo contestaba mujeres casadas y por supuesto su plan no se vería afectado por estar soltera.

—Es un tema que me cuesta tocar.—Dijo con un drama, que sentía era necesario.—Mucha gente no se lo toma de la mejor manera, señor.

—Si está soltera, le digo desde ya que tome sus cosas. Se ve que es excelente...—Comentó, dándole otra mirada a las fotos.—Pero solos aceptan mujeres casadas.

— Yo estoy casada.—Se apresuro a decir.

Lisa pasó saliva y se removió incómoda en la silla.

—El caso es que, me casé en Estados Unidos con una mujer hace dos años.—Dijo bajito.—Me gustan las mujeres.

Intentó ignorar la reacción del hombre y rezó para que creyera eso, junto con los papeles falsificados que había dejado en el portafolio, donde estaba el acta de matrimonio, claramente falsas.

No era legal, pero era una opción más fácil para ella.

El hombre revisó los papeles, pensando que ella estaba mintiendo, pero se veía demasiado normal, cosa que le sorprendió.

No veía nada malo en Lisa que le impidiera contratarla.

—Está casada con la señorita Park Roseanne.

—Así es.—Dijo con orgullo.

Rosé era su mejor amiga, totalmente lo opuesto a ella. Era diseñadora gráfica y si pudiese describirla en un color, sería rosa o purpura, demasiado suave para ella. Tal vez por eso se llevaban tan bien.

Y ella sería su coartada para entrar a la compañía.

Decir que le gustaban las mujeres era como asegurar que no se metería con esas chicos, cosa que tal vez sucedería, todo lo que fuese posible para entrar a la compañía.

Porque estando allí, tendría posibilidad de acercarse a Jeon Jungkook, aunque fuese para destrozar su reputación desde adentro.

Karma » lizkook (1)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant