08; Debilidad.

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¿Muñeca?

Lisa por primera vez en la vida se quedó sin palabras, y aquello lo había causado quién ella menos lo esperaba.

Jungkook le miraba con una expresión neutra, pero esta no duró mucho, ya que su mánager se acercó a él para decirle que debía hablar ante la cámara sobre la presentación de ese día, además de comentar su emoción inexistente por la época de premiaciones.

No fue irrelevante la mueca que el maknae hizo antes de levantarse y que Lisa notó muy bien.

Aunque fue una conversación corta, no podía negar que todo lo que hablaron eran temas demasiado profundos y personales; la tailandesa se sentía entre la espada y la pared.

Por supuesto, había entrado con una imagen demasiado diferente de Jungkook, pero luego de ese intercambio de palabras, sentía que toda su perspectiva estaba cambiando a una velocidad que ni ella misma entendía.

No quería dejarse influenciar por aquello, pero esa mirada en sus ojos y ese destello de tristeza, como si pudiese llorar mientras decía esas simples palabras, se habían quedado grabadas en su mente.

Y lo detestaba.

Lo odiaba porque eso no era ella; Lisa era antónimo de debilidad y no planeaba que aquello cambiara por unos minutos compartidos con Jeon Jungkook.

—¿Qué tanto piensas?

Se sobresaltó cuando escuchó la voz de Chesir, estaba tan clavado y sumergida en su propia mente que no logró escucharla venir. Se sentía como una tonta.

—Nada, estaba recordándome la cantidad de trabajo que tendremos cuando empiecen los premios.

Chesir soltó una sonrisa y negó con la cabeza, se acercó a Lisa como si fuese a contarle un secreto o algo que no podía escuchar nadie más aparte de ella.

—La verdad no es tan malo, menos cuando tienes la posibilidad de estar en medio de los pasillos y ver a los idols en sus facetas reales.

Lisa fruncio el ceño, sin saber a qué se refería, pero con la curiosidad a tope.

—¿Qué quieres decir?

—En los pasillos pasa de todo. Desde rupturas, hasta reconciliaciones e incluso empiezan nuevos romances. Hay dramas y peleas hasta con las personas del staff. Si se filtraran todas las cosas que pasan en backstage más de uno quedaría mal ante sus queridos fanáticos.

Lisa lo sabía, pero nunca había tenido la posibilidad de estar en uno de esos famosos pasillos y viendo cómo los ojos de Chesir brillaban, sabía que ella ya había escuchado y visto muchas cosas.

—¿Y tú qué has visto? — Cuestionó, curiosa por lo que podría decirle y ansiosa por recibir algún tipo de información útil.

—Nada que debas saber.

—Vamos, dilo. No es como si fuese a decírselo a alguien.—Mintió.

Sólo lo compartiría a nivel global y crearía un escándalo de ello. Eso no es nada.

Chesir miró hacia atrás, comprobando que todos estuviesen pendientes de la grabación de los chicos y que nadie las escuchara.

—La mayoría de veces muchas idols vienen a quejarse de Jungkook.—Dijo bajito.—Al parecer él les baja el cielo y las estrellas, pero eso sólo dura unos días, porque cuando obtiene lo que quiere de ellas, las deja tiradas.

Lisa se quedó en silencio, procesando las palabras de Chesir y sintiéndose como una idiota total.

¿Por qué se había cuestionado la personalidad obvia de Jungkook?

—Al parecer tiene muchos secretitos. —Suspiró.

—Sí, no tiene amistades muy buenas que se diga. Pero eso no lo diré, te darás cuenta con el tiempo y las discusiones que tiene con los otros por ello.

Las discusiones que tiene con los otros por ello.

A Lisa no le molestaría presenciar una de esas discusiones o saber de qué amigos hablaba Chesir.

Infiltrarse en ese lugar no había sido tan mala idea.

* * *

—Pensé que ya se había ido.

Lisa alzó la cabeza, sorprendida al ver que Jungkook estaba de pie frente a ella. No esperaba verlo, menos a esa hora cuando se supone que sólo quedaban personas de limpieza y ella, que era una lenta y estaba recogiendo sus cosas apenas ese instante.

—Yo pensé que usted ya se había ido.—,Respondió, cerrando su bolso y colgándose este al hombro.—¿No debería estar descansando?

—Tal vez, si mi mente me dejara hacerlo.

—¿Tiene insomnio?

Jungkook se quedó un rato pensando, no sabía qué era exactamente, pero siempre que llegaba ese momento, donde se suponía que debía descansar no importaba cuán agotado estaba, siempre su mente se encontraba a mil por hora.

Era más pensamientos que persona y empezaba a pensar sobre losnpensmaientos que creaba su mente; una cadena demasiado agotadora que debía enfrentar cada noche.

Por eso prefería salir o emborracharse para caer dormido a altas horas de la madrugada, pero esta noche era diferente.

Le había dicho a sus hyungs que se iría a casa de Bambam para no irse con ellos al dormitorio, aunque eso una mentira para poder quedarse más tiempo y ver a Lisa.

Y no es porque quisiera algo con ella, era que simplemente le caía bien y a diferencia de su mundo perfecto, sentía vibras diferentes cuando estaba a su alrededor.

Como si no fuese a juzgarlo o eso esperaba.

—¿Está bien?

Jungkook volvió cuando escuchó la pregunta de Lisa.

Vio sus ojos grandes, que le miraban curiosos y expectantes por una respuesta de su parte.

—¿Quiere ir a comer ramen?—Soltó de repente, sorprendiéndose a sí mismo.

—¿Ramen?

—Así es. Mi tío tiene un restaurante veinticuatro horas y su ramen es bueno ¿Quiere ir?

Una sombra lejana a ellos, que no habían notado, observó como Lisa se lo pensaba un momento, pensó en cuánto quería que ella dijera que no, que se negara, pero notó como asentía con la cabeza y se iba segundos después detrás de Jungkook.

Jimin contuvo la respiración hasta que se fueron y sintió la rabia al caer en cuenta de las mentiras de Jungkook, pero esa rabia se convirtió en impotencia al recordar con quién se había ido.

El karma de Jimin sería poner sus ojos en la persona equivocada.

Karma » lizkook (1)Where stories live. Discover now