Karma » lizkook (1)

02; Su verdadera cara.

—Recuerdame por qué acepté esto.

—Porque eres una gran amiga y tú trasero ya me debía muchos favores.—Respondió la tailandesa.

—O porque eres una idiota que piensa que ellos van a creer que estás casada con Rosé.—Intervino la mayor de las tres.

—¿Qué te hace pensar que no me creerán?—Cuestionó la pelinegra.—Mi mentirita de matrimonio está muy bien hecha, hasta con papeles lo puedo confirmar.

—Lo único que no puedes confirmar es la cara de heterosexual que tienes. Rosé podría pasar tranquilamente como bisexual, pero tú entre esos chicos vas a ser controlada por tus hormonas.

Lisa miró a Jisoo ofendida, sin creer que su amiga estuviese tan desconfiada de lo que estaba haciendo.

—¿No crees que estás yendo muy lejos? Antes sólo seguías a los idols e ibas a los lugares que más frecuentaban, ahora te estás metiendo en la compañía de ese chico.—Dijo su amiga.

—Es que estas vez es diferente. Si es tan complicado sacarle los trapitos al sol a esos chicos, entonces tendré que meterme en su patio y sacarlos yo misma, así me queme en el proceso.

—Lo peor que puede pasar es que te termines enamorando de uno de ellos.—Opinó desinteresada Rosé.

—Que se enamore de Jungkook sería su karma. —Añadió Jisoo.

Lisa los miró con una ceja alzada.

—Hablan como si no me conocieran.—Dijo.—No me voy a meter con él sentimentalmente. Obvio. Sólo necesito ganarme su confianza y me ganaré el cielo. Un cielo lleno de billetes por parte de mi jefe.

Pero Lisa pudo ver en la cara de Jisoo algo diferente, su amiga había estado comportándose rara desde que le dijo todo lo que haría para exponer a Jungkook; estaba a la defensiva, negativa y no era la de siempre.

Lisa no quería poner mucho peso en aquello, pero se le era imposible cuando era cada vez más repetitivo y se volvía molesto.

Pero no le diría de sus sospechas, de encargaría de eso después.

* * *

—Estoy jodidamente harto.

—Buenas tardes, Jungkook.—Respondió el hombre a cambio.

Bang Si-Hyuk no esperaba ver a Jungkook entrar a su oficina, luciendo más que enojado y con un aspecto desaliñado.

—No son buenos días.—Exclamó grosero.—Los hijos de puta de Dispatch me han enviado nuevas fotos de mi en un club el viernes.

El ceo soltó un suspiro de exasperación y se quitó las gafas, pasándose las manos por la cara en un intento de centrarse y calmar sus nervios.

—Últimamente lo único que haces es venir cada mañana, actuar de una manera grosera y pedirme que limpie las cagadas que te mandas.—Soltó en tono duro.—Yo también estoy jodidamente harto, Jungkook. Pero de tu maldita actitud grosera.

Jungkook le miró ofendido y su ego salió a dar la cara por él ¿Quién se creía para hablarle así? ¿Acaso no se daba cuenta de que gracias a lo que él hacía podía pagar su sueldo?

Y es que esa era la manera en que pensaba y actuaba: como si fuese el puto centro del mundo.

Él sabía lo importante que eran para la compañía y usaba aquello para manipular sólo un poco al hombre que tenía al frente, aunque a veces le saliera más que otras.

Jungkook se inclinó y apoyó la Palma de las manos en el escritorio, le miró fijamente.

—Lo único que necesito es que solucione esto, ambos sabemos que no nos conviene que salgan estas fotos, menos cuando se viene la temporada de premios y todos los ojos van a estar en nosotros.—Dijo lentamente, como si estuviese hablando con un niño incapaz de entender las cosas con claridad.—Así que no es una opción limpiar mis cagadas, es un deber. Espero que para mañana esas fotos estén más allá, que acá.

Y con aquello dicho, dio medio vuelta y salió por la puerta como si nada.

Bang Si-Hyuk se quedó viendo la puerta incrédulo y preocupado ¿En qué momento Jungkook se había convertido en eso?

No sabía si era por la fama, reconocimiento, admiración, lujos, dinero o qué había sido del detonante de su actitud arrogante, engreída y con aires de superioridad.

Pero lo único que tenía claro era que aquello algún día lo llevaría a su final, porque no siempre estaría presente o dispuesto para taparle todo.

El karma de Jungkook nacerá desde su actitud y aquello, no podía ser borrado o tapado por nadie.