Capítulo 34.

3.7K 380 20
                                    

Capítulo 34. Mira las cosas desde otra perspectiva.

Andrómeda sabía que la mayoría del tiempo era muy insoportable, pero lamentablemente esa era su forma de ser.

A veces, estando en la cabeza de Mar... Deseaba ser ella. Porque de alguna manera Meredith siempre era feliz, de alguna manera todos terminaban amándola, de alguna manera era perfecta, para ella, al menos.

No podía creer que ambas tenían la misma cara pero igual eran diferentes. Meredith era un rayito de sol, ella era la sombra, Meredith irradiaba diversión y alegría, ella estaba marchita, Meredith era amada, a ella le tenían desconfianza.

Cuando se fue, Andy se retiró a su habitación pidiéndole un tiempo a solas a su mamá, quien no se lo negó. Ahora estaba jugando con el borde de su edredón y se mordía el labio pensando...

¿Cómo será estar en el colegio? ¿Caminando yo misma por sus pasillos? Poder nadar en el lago...

Respiro hondo y se volteo para quedar boca arriba. Adoraba la magia de la habitación, imaginó un techo lleno de estrellas y ella se lo cumplió.

—Orión —Murmuraba—. Piscis... Tauro...

—Apolo —Dijo alguien.

Se levantó de golpe, irguiendo su espalda. Apretó la mandíbula sintiendo un escalofrío en la espalda.

—Apolo no es una constelación.

—No, Apolo soy yo.

Él caminó hacia ella, que estaba dándole la espalda. Apolo vestía unos jeans azules, zapatillas, la camiseta del campamento y sus gafas de sol sobre la cabeza. Igual que siempre.

—Hola Andy.

—No me hables —Murmura apartando la cara, luego subió más la voz—. No quiero verte.

—Pero yo a ti si... No te he visto en años.

—Fue tu culpa.

La cama a su lado se hundió, Apolo estaba a su lado, sus brazos se rozaban, él estaba extasiado, ella quería golpearlo.

—No querida, yo no quería tenerte lejos, para nada.

—¿Y por qué me encerraste entonces?

Abrió los ojos y le miró. Tal vez, si los dioses tuvieran corazón, el de Apolo se habría roto. Los ojos de Andrómeda demostraban cuanto había sufrido, era tan sólo una niña cuando pasó, ella no sabía que hacer en ese lugar sin volverse loca.

—Era eso o el Tártaro, ¿Preferirías el Tártaro Andy? Mi padre no bromeaba cuando dijo que lo haría.

—Yo no planeaba hacer algo contra él —Se ahogaba en sus palabras porque no quería llorar—. Tenía nueve años, ¿Qué niña de nueve años planea algo malo?

—Ninguna querida —Se le acercó un poco más aprovechando el momento en el que ella no le mataría—. Y menos tú.

—¿Ahora qué harán? —Tenía la mirada perdida—. Porque ya saben lo de Mar, ¿No? Más les vale no lastimarla, a ella no, nunca, primero yo los mato...

—No puedes matar a un inmortal, Andrómeda —Soltó una risa.

Andy se percató de su cercanía gracias a que su aliento caliente chocó contra su mejilla. Temblando, le dio un empujón en el pecho.

—Voy a intentarlo... Justo ahora y contigo si es que no te alejas.

Él ladeó la cabeza como si no se hubiese esperado eso.

—Yo...

—¿Qué? —Le miró furiosa—. Quiero que te apartes, enserio, me pones de los nervios...

—Yo esperaba otra cosa.

Acercó aún más su rostro al de ella. Andy abrió los ojos como platos al comprender qué quería.

Aquella cachetada le dolerá hasta a los hijos de los hijos de sus hijos. Apolo se frotó la mejilla roja con marcas de dedos. Andy estaba temblando aún más por la furia.

—¡¿Qué te pasa imbécil?!

—Y eso tampoco me lo esperaba —Más que ofendido, parecía sorprendido—. ¡Nunca antes me habían negado un beso! Que sorpresa.

—¿Esperabas que te besara? —Se levantó de golpe—. ¡Acabo de salir de la maldita mente de mi hermana! ¡Me tropecé cuando al fin estuve en mi cuerpo! ¡Costo volver a dominar mis acciones! ¡Incluso orinar fue un reto!... Y tú... ¿Quieres robarme mi maldito primer beso?

—Seria un honor, si.

Ella infló el pecho muy indignada. Se planteó volver a golpearlo, pero entonces notó sus mejillas húmedas. Diablos, se le escaparon las lágrimas.

Mientras se entretenía en secarse, Apolo, muy emocionado, se levantó y la abrazó con fuerza.

—¡Estás llorando! Que mona eres, perdón, no pensé que eras una sensible con el tema de los besos...

—¡Sensible y un rábano! —Le empujó pero él no la soltaba—. No lloro por eso.

—¿Entonces querida?

—Eres insoportable —Pego su cara a su pecho—. Como siempre.

El momento era bonito, Andy al fin podía abrazarlo más alla de las piernas o la cadera, ahora su cabeza llegaba hasta el hombro de él. Estaba cerrando los ojos recordando las veces que él se hacía pasar de príncipe azul para ella cuando...

—Estas tan bonita —La mano de Apolo bajó más allá de su cadera.

Otra cachetada memorable. Él estaba genial, tal vez pensaba que si la chica te golpeaba era una buena señal.

—¡Pervertido! ¡Vete ya!

Hola!;)

Lolo, tengo tantas esperanzas en esta relación *se le escapan las lágrimas* pasa que ella le detesta y él piensa que ella le quiere... Coshita.

¿Qué les pareció? Noten que ha sido un miedo preguntar eso D: no me dejen así nomás xD

Es corto, no se, pero tenía que subirlo e-e

Los shippeo con intensidad, ya saben.

Hasta pronto!;)

Una semidiosa en Hogwarts (S&B2)Where stories live. Discover now