Capítulo 08

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Gabriel despertó, faltaba muy poco para navidad, llevaba dos días con su nueva vida y aún continuaba vacío, amaba la compañía de su esposa y la de su hijo, pero muy en el fondo le parecía insuficiente; todo empeoró en su vida cuando la inspiración abandonó su cabeza, jamás en tantos años de carrera había tenido semejante problema.

─Papa.

Hablo Adrien adentrándose en el despacho, el hombre abollo un papel y lo lanzó al cesto para luego prestarle atención a su hijo.

─¿Que sucede?.

─Necesito un concejo. . .

─Claro, cuéntame.

El chico cierra la puerta y camina para pararse frente al escritorio, Gabriel lo mira fijo y este por los nervios empieza a jugar con sus dedos y esconder su mirada en el suelo.

─La señorita Sancoeur me emparejó en un grupo con la chica que vimos el otro día, y aún no nos pudimos poner de acuerdo para hacer ese proyecto, quería saber si podrías ayudarme o darme algún tip para acercarme sin que me odie mas─ dijo con suma rapidez

─Las mujeres aman que seamos sinceros. . .pero aman mucho más que reconozcamos nuestros errores y pidamos perdón─ hace una pausa ─Antes de hablar sobre tarea sugiero que te disculpes y no te cargues al hombro las disputas de Chloe; después de todo es hija de Audrey

─¿Te parece si vamos a la panadería ahora así hablo con ella?, si estás conmigo siento que tendré más valor.

Gabriel lo piensa, mira su cuaderno de dibujo, y al verlo en blanco decide asentir, salir con su hijo podría darle la inspiración que el falta.

─Gracias, eres el mejor.

Abandona el lugar, el diseñador suspira, se recuesta sobre la silla y luego la gira, mirando el inmenso cuadro de Emilie, tantas veces lo había visto deseando que ella esté a su lado, y ahora que la tenía se sentía tan vacío, lo único bueno de todo esto era que su relación con Adrien estaba muchísimo mejor que antes, eran muy cercanos y eso le agradaba.

Agreste padre y Agreste hijo, salieron en el auto de la familia a toda prisa con dirección a la panadería más prestigiosa de la ciudad, los dos bajaron del lujoso carro y se adentraron  en el lugar; Gabriel se sentó en una de las pintorescas mesas que había por ahí, y Adrien fue hasta el mostrador, ordenó un café fuerte para su padre y le pidió cortésmente al señor Dupain que llame a su hija, le explicó que eran compañeros y que tenía algo importante que decirle.

El café del hombre no se hizo esperar, y fue traído por nada más ni nada menos que Marinette, está al ver al rubio casi lanza la charola con la taza y se vuelve a su habitación, pero, su padre la miraba y como se trataba de un cliente debía mantener la compostura.

─No te veía tomando cafe─ lo burló

─No es para mí, es para el─ señala a un costado

La de coletas deja escapar un chillido, estaba vez casi deja caer la bandeja, por suerte Adrien fue rápido y la sostuvo, la chica no podía creer que su diseñador favorito estaba en su panadería y observándola de lejos como si supiera de su existencia.

─Cuando se lo lleves podemos hablar─ musitó el ojiverde

─¿Yo, llevarle un café al gran Gabriel Agreste?, ¡es un sueño hecho realidad!.

Con alegría se acerca al hombre, con prudencia deja el café seguido de un, "es un honor tenerlo aquí", luego se retiró rápido para no hacer el ridículo.

─No puedo creer que un hombre tan encantador tenga un hijo tan como tu─ mencionó cerca de Adrien, sus palabras destilaban odio

─Lo siento vale─ soltó de la nada ─Yo no pegue el chicle en tu asiento aquella vez, fue Chloe, yo solo trataba de quitarlo─ ella intenta hablar pero el no la deja, estaba tan nervioso que no controlaba los tiempos ─Era mi primera vez en la escuela, no sabía cómo interactuar con los demás, sabía que estaba mal, y quise enmendarlo, Chloe es mi única amiga, a pesar de todo, es la única amistad verdadera que tengo y por eso la defiendo─ toma aire

─No sabía eso─ susurro ─Lo siento de verdad, te prejuzgue porque Chloe me hace la vida imposible desde que somos muy chicas, y pensé que tú serías igual, lo siento

─¿Te parece si empezamos de cero?─ sugirió

─Claro─ sonríe ─Soy Marinette, un gustó─ extiende su mano

─Adrien Agreste a tus servicios.

Hace una reverencia y luego toma la mano de la chica para besar su dorso, ella ríe; Gabriel de fondo toma su café con orgullo, esta nueva realidad le dio el regalo más hermoso que podía tener, ver a su hijo madurar y convertirse en todo un hombre.

─Lo veo y no lo creo.

Se escuchó mencionar a alguien, el diseñador eleva su mirada y se encuentra con una azabache de ojos color cielo, vistiendo un traje formal negro, Nathalie lucia espléndida, más espléndida que nunca y eso llamo la atención del magnate.

─¿Que es lo que no cree, señorita Sancoeur?.

La mujer se percata que el Agreste estaba a un lado, se sorprende unos instantes y después se pone sería.

─Adrien y Marinette no empezaron con el pie derecho, se llevan muy mal, pero creo que ahora eso cambio.

─Gracias a ti y tu trabajo en grupo.

─No pensé que lo lograría─ sonríe ─Milagro navideño

─No es navidad aun─ se quejó

─La magia navideña existe todo el mes de diciembre, no solo una noche─ guiña un ojo

─Tuche─ la vaciló

En ese instante Adrien se acercó, saludo a su maestra y luego le pidió permiso a su padre para quedarse, este accedió sin problemas y ambos adolescentes subieron para empezar con el proyecto.

─Al final si la volví a ver─ mencionó el Agreste lavantandose de la mesa

─¿Las consecuencias de su deseo le dieron algún tipo de clarividencia?─ lo molestó, este hizo una mueca de disgustó ─Veo que odia las bromas al igual que yo─ rodea sus ojos ─¿Ahora si le deseo feliz Navidad o lo volveré a ver?

─Nos volveremos a ver Nathalie, estaré cerca─ guiña un ojo y se aleja

La teñida se lo queda viendo hasta que sube a su auto y desaparece, luego sin entender porque sonríe como una tonta y también abandona el lugar.

 Miraculous: Una navidad anormal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora