21: Cuartada inteligente

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Tyner

Se oye un gemido de dolor, el hombre cae al suelo y no me importa en absoluto haberle partido los dedos. Ya no podrá usar su mano nunca más, pero la verdad no me interesa, así que alzo el revólver en dirección hacia él y sin compasión. La oscuridad que inunda en mí es enorme, el carismático y amable Tyner Verol murió el día en que mi padre falleció, solo hay rencor en mi alma.

―Ya déjalo, pobre. ―Se ríe Style, el jefe de las carreras ilegales, el que administra todo por aquí―. No creo que sepa nada ―expresa serio.

Giro mi vista hacia él, ni un atisbo de amabilidad hay en mi mirada. Se oyen los autos correr, entonces abro mi boca de forma leve para contestarle.

―No te metas ―digo cortante.

―¿Todavía tienes interés en encontrar al enterrador de la chica de tu amigo? ―me pregunta de repente y enarco una ceja.

Ese tema fue descartado por aquí. Desde que ahora Vinicio es un Superior, no hay razón para buscar en este lugar, ya que le puede conseguir la lista. Por otra parte, él dijo que se aprovecharía de eso, así que si hay información relevante, estaría bueno saber. Parece que los datos y los testigos para cualquier situación se acumulan en este sitio, pero nada sale a la luz y nadie habla.

―¿Por qué me dirías algo? ―cuestiono.

―Para que tú y tus amiguitos no pasen más por aquí ―expresa molesto―. Tengo cosas más importante que ocuparme que de sus estupideces y no hay tiempo de matarlos, ¿entiendes? Me acaban la paciencia.

―¿Y qué hay del voto de silencio y la lealtad? ―exclamo serio.

―Escúchame bien, jovencito, este es mi territorio y el que se mete en mi zona las paga, y si no vas a correr no te necesito, eres basura.

Me río sin humor.

―Bien. ―Muevo la cabeza―. ¿Qué tienes?

―Deben ir al bar Luxo, ahí está lo que busca la zorra y con respecto a tu padre, solo había dos testigos. ―Mira al hombre tirado en el suelo―. Y este no es ninguno de ellos, estaba cerca pero no es quien vio todo.

Entrecierro los ojos.

―¿Y quién sabe?

―¿Consultaste a los hombres de tu padre? ―pregunta tranquilo.

―A cada uno. ―Presiono los dientes.

―Pues hay dos que no soltaron la lengua al parecer.

―¿Y por qué no lo dirían?

―No sé mucho de la administración de Cenizas, ¿pero que no los Superiores se conocen? Yo creo que hay metido un pez gordo en medio y no pueden hablar. ―Se ríe.

―¿Por qué un Superior se metería en el asunto? ―Alzo una ceja―. Su colega murió, no tiene sentido.

―A mí no me preguntes, es todo lo que sé, ya lárgate. Te di lo que querías, ya no vuelvas por aquí, ni la zorra, ni Vinicio. Ustedes, me hacen doler la cabeza. ―Se agarra la sien y bufa―. Fuera.

Ruedo los ojos y me retiro.

Camino saliendo de las pistas, yendo a la calle, me siento sobre mi motocicleta que esta enganchada a un poste y saco mi móvil, le marco a Vinicio para avisarle que voy para su casa. Una vez me contesta, terminamos de hablar, entonces guardo el celular, desengancho el vehículo y lo arranco para ir conduciendo hacia allá.

Perversa Oscuridad: ReinaWhere stories live. Discover now