Capítulo 26

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Hoy es el día en el que voy a hablar con Dustin. Siento que si no hablo a tiempo con él, se va a sumergir en un mundo oscuro y no quiero que eso le pase, no a Dustin. Hoy también es la despedida de soltera de América. Faltan dos semanas para la boda y como sabemos que la señora Thompson la enviará a un campamento para futuras novias antes de la boda, queremos que al menos tenga diversión antes del calvario con su madre.

El ascensor se detiene en el piso donde Dustin y Nicholas tienen sus oficinas de Energy Central. En ese instante, Delta me responde el mensaje de que ya tiene todo listo para la fiesta de esta noche. Dustin logró una reservación en El Averno gracias a que es el cliente de oro del bar y el dueño amigo suyo.

Me choco con un hombre por estar mirando el celular y levanto la vista para disculparme.

—Lo siento... —murmuro sin dejar de mirar al hombre que tengo frente a mí. Acaba de salir de la oficina de Dustin. Lleva un overol de trabajo azul oscuro, gafas con marco negro que toquetea todo el tiempo como un tic. Su cabello es negro azabache y brilloso, peinado hacia un lado, ojos color café y tez pálida—. Disculpa, ¿nos conocemos? —pregunto mientras él mira hacia todos lados como si quisiera escapar de mí.

¿Acaso me veo como una acosadora que tanto quiere huir?

—No, lo siento —comenta y cuando está por irse.

Le bloqueo el paso porque sé que lo conozco, que lo he visto en algún lado.

—No, de verdad... ¿Fuiste a Stanford?

Tal vez es algún compañero de la universidad.

Él se pone más nervioso.

—N-no.

—Richard —llama Samantha, la secretaria de Dustin y Nicholas—. Aquí tienes la laptop que el señor Petrov quiere que arregles.

El tipo nervioso y con más tic que una persona normal debe tener, se acerca a la secretaria y lo toma.

—Apresúrate a arreglarlo o el señor echará la bronca —comenta de pésimo humor—. La última vez te tardaste una eternidad.

El hombre olvida su tic nervioso para hablar con la secretaria, aunque en ningún momento deja de acomodarse los lentes.

—Claramente eso fue porque la laptop tenía todo jodido el sistema, Sam —masculla malhumorado, intentando defenderse.

Toma la laptop y evita mirarme. Lo sigo con la mirada mientras él se acerca al ascensor.

—Déjate de andar en modo arrogante —se queja la secretaria—. O los señores Petrov y el señor Wilson contratarán otro reparador.

Sigo creyendo que lo he visto en algún lado.

—Claramente eso sería imposible porque he demostrado que soy el mejor de California... —comenta entrando al ascensor—. Soy indispensable aquí, claramente —anuncia antes que las puertas del ascensor se cierren.

¿Claramente...?

¡Claramente!

¡Joder, Nathaniel Proulx!

Me acerco a la secretaria que me sonríe luego de rodar los ojos en dirección al ascensor, como si le irritara la simple presencia del hombre que acaba de desaparecer.

—Disculpa, ¿quién era ese hombre que no recuerdo su nombre? —pregunto—. Sé que lo vi en otro momento y quería saber su nombre, tal ver logro recordar dónde lo crucé —aclaro cuando ella frunce el ceño.

—Richard Peterson —comenta fastidiada—. El tipo de mantenimiento. —Se inclina como si estuviera a punto de secretear algo—. El año pasado hizo un trabajo especial para los señores Petrov y ganó mucha pasta —comenta encogiéndose de hombros—. Desde entonces anda todo creído por las oficinas, es detestable.

Mi problema para siempre #3जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें