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Mina solo miraba el techo de su habitación está noche en particular no podía cerrar los ojos. Era como si algo tuviera su intriga o más bien alguien.

- Mierda. - suspiro pasando sus manos por su rostro.

En todo el día no podía quitarse el sentimiento de miedo. Era como si algo hubiese pasado.

De su familia no se podía tratar, ya que había hablado con ellos hace unos días... De sus amigos, pues ellos estaban normales.

Pero si todo se encontraba bien, ¿Qué es entonces?.

<< Im...>>

Se levantó de su cama al darse cuenta que no había hablado con la chica desde hace días.

¿Ella estaría bien?

¿O es que acaso seguirá enfadada por lo de la otra vez?.

- Solo hazlo, Myoui. - miro un segundo su celular antes de hacer lo que nunca se atrevería.

Pero al primer pitido termino la llamada.

Se estaba arrepintiendo, sabía perfectamente que a esa hora lo más seguro es que este en el quinto sueño.

<<Lo mejor sería que le llame por la mañana.>>

Suspiró con su celular recargado en sus labios. De lo que lleva de vida nunca se había sentido tan nerviosa por una simple llamada.

Y justo cuando decidió que lo mejor era dormir, su celular comenzó a sonar.

- ¡Carajo!. - susurro en alto por haber aventado su celular. - ¿Ahora dónde demonios estás?. - lanzo la pregunta al aire por solo escuchar su particular tono de llamada.

Nunca se había desesperado por oír Love Girl por tanto tiempo.

- ¡Te encontré!. - sonrió al ver la luz de la pantalla de su celular.

Pero al ver el nombre de la persona en la pantalla dudo en contestar.

<<De seguro está enfadada. Bueno es un buen día para morir. >>

Suspiró deslizando su dedo para responderle.

- ¡Hola, Im!. - era una tontería fingir que no había llamado ella primero. - ¿Se puede saber porqué demonios me haz llamado a las dos de la mañana? Y espero que tú respuesta sea algo prudente y no una idiotez. - se notaba que alguien está molesta.

- Bueno... Primero que nada buenas madrugadas. - Mina trato de suavizar el ambiente.

- Myoui... - por el tono de voz se notaba que no funcionaba mucho. - Creo que mejor hablamos mañana.

- ¡Está bien, hablaré!.

- Te escucho.

- Solo quería saber cómo estás. Lo digo ya que desde hace una semana no hablamos. - la menor paso su mano por su cabello. - Te pido disculpas si te moleste, esa no era mi intención. Y creo que lo mejor será que te hable mañana.

- Espera. Todavía no cuelgues.

Nayeon ni siquiera supo porque dijo eso. Se sintió tan nerviosa que solo se quedó recargada en el respaldar de su cama.

Nadie o bueno a excepción de sus amigas le hablaba para saber cómo estaba. No era su culpa sentirse un poco abrumada por la llamada.

- ¿Sigues ahí, Im?.

- Sigo aquí. - acomodo sus lentes, sin dejar de ver la pantalla de su computadora. Ahora mismo ya no le importaba revisar las ventas del último mes, hasta había olvidado lo de su mano. - ¿Entonces te preocupaste por mí?.

What Can I Do?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt