IX

96 14 3
                                    

Esa mañana el campus de la universidad se veía más tranquilo de lo normal. Para Jinyoung era algo bueno.

Aunque hubo algo que le llamo la atención. Tenía un mal presentimiento al ver varios de sus amigos conversando de algo muy divertido.

De a poco fue acercándose hacia ellos para tratar de oír. En cuanto logró acercarse, lo que oyó no le gusto para nada.

– Dios... Sabía que su ex era una loca. Aunque bueno el fue el imbécil de no saber ocultar a la otra. – escuchó el comentario por parte de Woo Sung. – Y eso no es todo. Hanbin, cuéntales.

– Lo mejor de todo es que Mina le regreso sus regalos. Pero siendo honestos el se merecía eso. – contó Hanbin evitando reírse, y los tres jóvenes rieron por la situación del joven coreano.

<<Me las vas a pagar, Myoui. Juro que me las vas a pagar.>>

El joven cerró su puño con tanta fuerza que sentía que sus uñas le harían pequeños cortes. Ignoro las risas y decidió arreglar esto de una vez.

– ¡IM!. – grito con todas sus fuerzas el pelinegro. La castaña paro su caminar en cuanto escuchó aquel grito.

<<Ay... No puede ser.>>

Suspiró ante la presencia del chico.

– ¿Qué haces aquí?. – pregunto fastidiada.

– Más te vale que te alejes de Mina.

– ¿Y si no lo hago?. – lo reto. – ¿Irás con tu mamá a llorar? Vaya que patético eres.

– No sabes de lo que soy capaz, Im. – trato de intimidarla. Nayeon se quedó neutra, debía admitir que quería estrellarle su puño en su cara. – Si me entero que estás cerca de ella, atente a las consecuencias. – la castaña solo río por la tremenda estupidez. ¿Acaso el pensaba que le tenía miedo?.

Se notaba que el tipo no la conocía lo suficiente.

– Ajá. Como digas, yo debo seguir trabajando. – se hizo a un lado para continúar con su camino, aunque una mano la detuvo.

– Suéltame. – le dijo tratando de alejar su mano del agarre. – Con esto entenderás que no te debes de meter conmigo. – Nayeon observo la mano del pelinegro alzada, estaba claro que la golpearía.

– ¡SUÉLTALA, IMBÉCIL!. – grito Jeongyeon acercándose hacia ellos. – Carajo. – maldijo aventando a la joven como si fuese un simple trapo.

– ¡Nayeon!. – Jihyo corrio al rescate de su amiga.

– Iré por ese idiota. Ustedes quédense aquí. – Jihyo asintió mientras ayudaba a levantar a su mayor.

Sin pensarlo dos veces Jeongyeon corrio detrás de el. Agradecía tener buena condición física.

Unas cuadras más tarde justo cuando lo tenía a unos  metros.

– ¡Detente ahí!. – por poco lo tomaba de su camiseta si no fuera que se metió a un callejón.

– ¡MALDITA SEA!. – dió un pisotón molesta.

•••

– ¿Me ayudas acomodar estás playeras?. – Chaeyoung le tocó su hombro al ver que se miraba un punto fijo. – Claro.

– ¡Oh Dios, Mina!. – Mina se asusto por la forma en que hablo la menor.

– ¿Eh?... ¿Por qué me ves así?.

– Te está sangrando la nariz. Mejor ve descansar un poco – le pasó un paquete de pañuelos que traía en el bolsillo de su pantalón, la mayor lo tomo comenzando a detener su sangrado.

What Can I Do?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora