Capitulo 12

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Elizabeth miraba con horror aquella mano, la juzgaba, creía que aquella chica era hermosa, hasta que vio aquella mano de ¿Cerámica?

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Elizabeth miraba con horror aquella mano, la juzgaba, creía que aquella chica era hermosa, hasta que vio aquella mano de ¿Cerámica?

La chica azabache rio por un alago del peli gris, aquella risa delicada, le empezaba a encantar todo de ella.

Y también comenzaba a detestarla, ella tenía todo lo que Elizabeth siempre había querido ser.

Bonita, Elegante, frágil, digna de cualquier hombre de dinero.

Bueno en realidad Elizabeth ya no conversaba esa pureza de mujer, tampoco esa inocencia, ahora estaba manchada, por un impuro, pero eso no le importaba.

Ahora le interesaba aquel peli gris, sonrisa risueña, actitud amable, no como Ciel, siempre tan frío y distante.

Pero había un problema, esa chica.

Y es solo que ella no se acordaba de su mejor amiga.

La hermana de su prometido.

La envidia era mala y por querer tenerlo todo, se quedara sin nada.

Como la perra de las dos tortas, quería tener las dos para devorarlas, pero al final por circunstancias obvias se quedó sin una.

(Ejemplos verdes para que el engendro sepa con quien se esta metiendo XD)

El chico de cabello gris levantó su sombrero de copa alta y dejó ver aquella cicatriz, esto no le importó a Elizabeth, aquel hombre se veía de mucho dinero, incluso más que ciel.

Pero vio algo con lo que hizo que se enojara más y era que al entrelazar sus manos con las de la azabache compartían anillos de compromiso, esto hacía su trabajo más difícil.

—Es hora de ir a casa—la tomó de la cintura dando un beso en la cabeza

La chica azabache asintió y caminaron alrededor de la sala para salir por aquella gran puerta, pero una tormenta se hizo visible por las ventanas, al parecer una gran llovizna azotaba a zona.

—Será mejor que se queden, pueden tener un accidente en estas circunstancias... ¿No creen?—una voz se escuchó tras la pareja

—Tal vez, Ciel tenga razón... puede que tengamos un accidente y podamos morir...—al terminar de decir esto lo dos rieron, vaya ironía, morir en un accidente siendo shinigami's

—No queremos causar molestias, gracias conde Ciel.

La rubia veía la insistencia del azabache, se preguntaba del por qué, hasta que pudo notarlo, un brillo especial se hacía presente cada que miraba a la azabache de ojos zafiro.

Y ese brillo lo conocía a la perfección, pues ese brillo se hacía presente cada que lo veía, cada que tenía el mínimo contacto con el.

Elizabeth amaba a Ciel, pero Ciel amaba a aquella chica y a su vez aquella chica amaba al peli gris, de igual manera este último amor era correspondido.

Y ahora la rubia estaba segura de odiar a la chica azabache, la detestaba y solo por que ella podía tener el amor que Ciel le negaba.

—La cena está lista—llegó un mayordomo interrumpiendo la escena de tensión

—Podrían acompañarme... en esta cena?—preguntó el oji azul tomando la mano de la chica, exactamente la de cerámica

_____ lo miró, sonrió mirando aquellos ojos ilusionados y asintió, tomó de la mano al peli gris y la entrelazó —Vamos... Adrián—volteó a ver al peli gris que sin duda tenía la sonrisa más hermosa que la rubia había visto

todos estaban rumbo al comedor, ella simplemente sobraba en aquella mansión, ni siquiera Sebastián le puso atención.

(Me estoy haciendo del baño, que mala estoy siendo con el engendro xd)

La oji verde bajo y se sentó aún lado de Ciel llamando la de los presentes, Ciel la observó y le dio una de sus mirada frías, esto sin que la pareja se diera cuenta, la rubia tragó en seco.

Sebastián sirvió la comida y degustaron como si la situación de que Ciel quería matar a Undertaker no existiera y eso hacía sonreír aun más a la azabache.

Al terminar la chica agradeció a Sebastián, cosa que le sorprendió a Elizabeth, ¿por qué agradecer a la servidumbre? Eso era su trabajo, es su función. Eso es lo que pensaba aquella rubia

—Elizabeth es mejor que vallas a dormir.— hizo una pausa —a tu habitación—mando el azabache sin mirarla

—Pero... ¿no le das un abrazo a tu prometida de buenas noches?—pregunto alzando la voz

La pareja miró a Ciel, éste maldijo entre dientes y se paró de su lugar, abrazó a la de cabellos rubios y habló en su oído

—Más te vale no estar aquí para mañana, no quiero que vuelvas a la mansión— su manera de decirlo fue tan fría que hizo qué Elizabeth comenzara a llorar

Increíble. Aún estando grande sigue llorando como si fuese una niña, pero no, no era eso, eran las palabras gélidas de su prometido que la hacían sentir así.

—Buenas noches, Ethel—murmuró mientras se separaba y se volvía a sentar en su lugar

—Buenas noches Lizzy —habló la azabache y la otra extrañada y enojada le respondió

—Soy Elizabeth para ti, Buenas noches...—dijo para después irse

—Hice algo malo—pegunto y los 3 hombres en aquella sala negaron al unísono

(...)

En medio de la profunda noche un azabache esperaba ansioso el salir de su habitación, pero tenía que esperar a que todo estuviera en total silencio

En la habitación de ___ un peli negro quitaba el vestido con delicadeza, dejándolo caer y comenzando a quitar el corsé, deslizándolo poco a poco, tal vez, tal vez aquel mayordomo infernal pensaba hacer otra cosa con la pobre ____, aquella pureza le traía loco.

—Señorita ___—llamó abrazándola por la cintura y pegándolo a su pecho

—¿Que es lo qué pasa, Sebastián?—pregunto extrañada

—Tiene usted una piel delicada, no es así?—pregunto acariciando los brazos de la chica

—Si, espera Sebastián, me haces cosquillas—comenzó a reír

El peli negro aprovechó esa sensación para dar un beso en el cuello de la chica que... nunca llegó por qué tocaron la puerta.

____ se colocó su bata y abrió la puerta.

—Buenas noches...

Gracias por el apoyo que me están dando :D

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𝓜𝓲𝓻𝓪𝓭𝓪𝓼Where stories live. Discover now