Yuu bufó mirando hacia un lado—. No hay cosa que pueda importarme menos, ya tuve dos padres horribles, para qué quiero un tercero —dijo honestamente.

Asentí entendiendo a la perfección, yo me hubiera sentido de la misma forma—. No te sientas mal por tomar la decisión que tomaste, yo hubiera hecho lo mismo, solo que, ¿realmente cambia algo? Me perturbaba un poco pensar que no éramos hermanos, sé que suena raro, tendría muchas respuestas, sabría que te amo de forma sana o algo por estilo. Pero la verdad es que me daba mas miedo que no lo fuéramos —Yuu me miró sorprendido—, yo crecí contigo. Por muchos años tuve a un hermano que me protegía, jugaba conmigo, me quería. Yo me enamoré de mi hermano, por ser mi hermano, dejaste de serlo hace mucho para solo ser mi amante, pero que no fuéramos familia no cambiaría lo que siento por ti y por qué me enamoré de ti. Tan enfermo como puede sonarle a quien sea, para mi es hermoso y es perfecto —sonreí.

—Podría besarte tan fuerte en este momento que los doctores vendrían corriendo —fue todo lo que dijo—, no te atrevas a irte de mi vida. Nunca.

—Nunca —sonreí feliz de tenerlo a mi lado. Miré por la ventana, Reita y Tora seguían enfrascados en una conversación que parecía ser muy seria—. ¿Cómo está Shou? —Pregunté finalmente.

La expresión de Yuu fue amarga—. Salió de cirugía, los doctores dicen que estuvo a punto de matarse, su nivel de alcohol fue muy alto. En realidad del choque no fue mucho, solo se dislocó la clavícula y se rompió el codo, después de la cirugía no va a tener mas complicaciones —explicó.

—¿Y por qué lo odias? —Leer a Yuu después de tantos años era natural para mi.

—No lo odio, sólo —pensó sus palabras con detenimiento—, ¿por qué tenías que intentar salvarlo?

Miré mis manos, ambas con aparatos conectados a ellas y la aguja del suero sobre mi dorso izquierdo, no era diferente a una escena que había sucedido años atrás. La expresión de Yuu había sido muy distinta en ese entonces, recordarlo me causaba malestar en el pecho, fue hasta ese momento que me di cuenta lo mucho que estaba lastimando a Yuu con mis acciones, cuando solo pensaba ahogar mi dolor en lo que fuera que hiciera olvidar. No había querido salvar a Shou, quería ofrecerle una mano para cuando estuviera en el fondo, no solo no lo había logrado, parecía que todavía no terminaba de caer.

—No quiero salvarlo, Yuu. Quiero que le duela menos de lo que me dolió a mi darme cuenta del camino de autodestrucción en el que había caído —fue todo lo que dije, me sentí derrotado de cierta forma.

—No puedes evitarle el dolor a las personas, mi amor —dijo comprensivo, se levantó y volvió a jugar con mi cabello—. Yo intenté hacer eso contigo miles de veces, hasta que entendí que tenías que caerte tu para poderte levantar. Si yo pudiera evitarle el dolor a Sakito y a Shou, lo haría, pero no aprenderían nada.

—¿Entonces solo observamos? —Dije un poco frustrado.

Yuu negó—. Los apoyamos y ayudamos, lo más que podemos. No podemos evitar que recorran ese camino, que no se lo deseo a nadie y te aseguro que cuando Shou despierte, se dará cuenta de muchas cosas que podrían terminar por destruirlo o tal vez, por fin decida hacerse responsable de sus emociones —me dio un beso en la frente.

—¿Y si no?

—No lo sé, pequeño.

Asentí entendiendo a lo que se refería, seguí viendo mis manos—. Besé a Shou —dije sin un ápice de culpa, solo era buen momento para decirlo.

Sentí la sonrisa de Yuu en mi cabello—. Ese cabrón tenía que aprovecharse —dijo sin molestia.

Arrugué la nariz—. Nadie se aprovechó de nadie, está confundido —expliqué, aunque sabía que Yuu entendía a lo que me refería.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now