14

54 6 4
                                    


Reita

Escuché la historia, con toda la paciencia y calma que pudo contener en mi cuerpo. La verdad quería gritar, golpear a Kyo, golpear a alguien aunque fuera para liberar la tensión que comenzaba a acumularse en mis hombros. Mi amigo me contaba con detenimiento lo que había sucedido con Toshiya, lo hacía apenas abriendo la boca, casi en un susurro; le estaba costando mas trabajo que a mi mantenerse en control. Ambos estábamos recargados en el cofre de mi Ferrari, Kai y Tora estaban frente a nosotros escuchando atentamente, era difícil comprender las palabras de Kyo cuando estaba siendo tan cuidadoso para que nadie mas lo oyera.

Ocho años atrás, Toshiya lo había engañado para vendernos a la mafia, ahora lo había amenazado. Habíamos caído en sus manos y no estaba seguro de cómo iba a resultar esta vez, la ultima habíamos corrido con muchísima suerte. No quería admitir que tener a un mafioso de nuestro lado, me tranquilizaba de cierta forma, tal vez decía la verdad y podría ayudarnos a atrapar a Mana, tal vez no.

—Me siento igual de estúpido que cuando tenía dieciocho —dijo Kyo cuando finalizó.

Tora negó cruzando los brazos—. No es lo mismo, en ese entonces no teníamos ni idea de qué estábamos haciendo. Ahora, no sólo somos adultos, podemos detenerlo —me miró fijamente. Asentí con determinación, esta vez no podrían asustarnos, no éramos unos niños con miedo a decirle a sus padres, esta vez podíamos defendernos y hacer algo al respecto—. Si atrapamos a Mana, también podemos hacerlo con Toshiya —dijo lo que yo estaba pensando—. Se arriesgó demasiado al darte la cara, sabe que podríamos arrestarlo si quisiéramos.

Kyo parecía que iba a decir algo, se detuvo. Estaba muy pálido, lo conocía lo suficiente para saber que no había contado todo el relato por completo, sólo nos había dicho que Toshiya había amenazado con unirse a Mana en su intento de matarnos si no lo ayudábamos, comenzaba a creer que había algo más que no quería que supiéramos. Nada podría hacernos mas daño que ocultarnos cosas, pero tampoco quería presionarlo, estar de nuevo en un trato con alguien de la mafia lo afectaba más a él que a cualquiera de nosotros, porque en el fondo no se había perdonado de lo que había pasado hacía ocho años, seguía pensando que era su culpa.

Esperábamos a que la carrera diera comienzo, la primera vez que Kyo y yo nos enfrentaríamos en drag después de tanto tiempo. No me sentía ni remotamente seguro, no era lo mismo que antes cuando me creía el rey del mundo, cuando sabía que era capaz de ganarle a cualquiera en esa pista. Después del relato de Kyo, Kai se perdió de vista para hacer las calibraciones adecuadas de mi Berlinetta; mientras que el enano endemoniado y yo nos paseamos por el lugar, entre los autos para encontrar al corredor de Screw.

En eso estábamos cuando el sonido del motor de una Icon Sheene llamó la atención de varios de los presentes, era una motocicleta bastante vistosa, pero que le quedaba muy bien a alguien como Uruha. Detrás de él, venía otro auto que llamaba mucho la atención, un Porsche 911 Turbo de color verde, el color más caro para un auto como ese. Suspiré sabiendo quién lo conducía, el amigo de Uruha del taller, a pesar de que me lo había presentado y había accedido sin chistar a ayudarnos, aún temía que no fuera una buena idea, mucho menos con Toshiya en el mapa. En ese momento me asustaba más la reacción de Kyo ante la extraña solución de Uruha.

—Kyo, —comencé al ver que de la motocicleta se bajaba Uruha, tenía muchísimas miradas encima— necesito que sepas algo.

El otro sonreía mientras veía la motocicleta—. ¿Qué pasa? —dijo suspirando, sacó un cigarro y lo prendió.

—Uruha pensó que sería buena idea que Nightmare en grey estuviera completo —comencé, el otro me prestó total atención—. Así que invitó a dos de sus amigos a unirse.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Where stories live. Discover now