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Aoi

Miré al chico frente a mi con una determinación tan marcada que me fue imposible decirle que no a su absurda petición de competir. No dudaba ni un segundo que lo vencería, solo había una persona en el mundo que yo creía, era capaz de ganarme y por el momento se encontraba muy lejos de aquel lugar, a kilómetros de mi vida.

Sonreí ante la audacia del otro—. Tienes agallas —me quedé callado esperando a que dijera su nombre.

—Kazuki —respondió sin desviar su mirada.

—De acuerdo —le dije abriendo la puerta del Lambo.

—Espera —me detuve para escucharlo—, ¿qué quieres tú si ganas?

—Te lo diré cuando lo haga —le dije—. Una vuelta al terreno —señalé el enorme lugar a nuestro alrededor—, quien lo terminé primero, gana —expliqué con simpleza.

Kazuki asintió y se devolvió al BMW, prendí el Lambo esperando a que el auto contrario se emparejara junto al mio. Bajé la ventana para indicarle cuando arrancar, sin embargo no pasaron ni 30 segundos de haberse puesto a mi lado cuando aceleró dejando mi auto atrás, solté una carcajada ante la acción del más chico, sin duda tenía una actitud desafiante. Pisé el acelerador y solté el embrague, en la carrera pasada había dejado que Kazuki se luciera entre los demás antes de pasarlo y finalmente ganarle, en ese momento no me importaba, no había nadie que nos viera, solo éramos dos chicos corriendo sus autos a toda velocidad.

Podía parecer bastante burdo una carrera en un terreno como ese, la verdad se debía ser hábil, pues estaba lleno de camiones de pasajeros y de carga, abandonados o estacionados, debías ser capaz de esquivarlos con facilidad y dejar al oponente atrás pues no había espacio suficiente para ambos autos, excepto en las curvas pronunciadas, además de una u otra recta. Derrapé en una curva antes de poder alcanzarlo, más allá de estarme preocupando por perder, me estaba divirtiendo en grande, jamás alguien me había dado tanta batalla a bordo de un auto.

No era lo mismo que con Kouyou, con él había competido por mera necesidad, preocupado hasta el alma que Mana no le hiciera nada, a sabiendas que no podía perder contra mi. Ahora era diferente, aún si mi novio tenía un talento espectacular para manejar, no era mejor que yo. Kazuki, podía llegar a serlo. Me di cuenta que estaba sonriendo a medida que el BMW se cerraba frente a mi para no dejarme pasar entre dos camiones, era la primera vez que me resultaba complicado mantenerme con una velocidad constante, por primera vez una carrera era un reto mas que un placer y aquello hacía que mi sangre vibrara de felicidad.

El chico no tardaría en ganarme, y por muy fascinado que estuviera al haber encontrado semejante rival, no iba a dejar que lo hiciera. Era casi imposible emparejar el Lambo con el BMW, no había suficiente espacio, sin embargo, frente a mi estaba la solución, dos cajas enormes de trailer estaban colocadas frente si, Kazuki pasaría en medio de ellas asegurando su victoria, a menos que hiciera una locura, para variar. Emparejé el auto junto al suyo, me miró sorprendido, sabiendo perfectamente que no había espacio para ambos autos entre los camiones, por un milisegundo su mirada se posó sobre mi.

Yo no pensaba adelantarlo para pasar antes, parecía que iba a estrellarme contra la caja del camión, cuando aceleré, si mis cálculos estaban correctos, el murciélago pasaría por debajo del espacio de la enorme caja y podría dejar a Kazuki atrás. De equivocarme podían pasar dos cosas: el techo del Lambo se arrancaría con la caja o me estrellaría y encontraría mi muerte en ese momento. Vi la cara de Kazuki de pánico, incluso pude notar como el BMW vaciló si seguir avanzando, algo que me permitió dejarlo un poco atrás, no lo suficiente para colocarme frente a él.

Suspiré esperando que mis cálculos fueran correctos. Cuando estuve frente a la caja, solo atiné a acelerar, si me iba a matar mínimo sería rápido, sin embargo, el Lambo pasó debajo de la caja, escuché el chirrido del rayón que provocó el metal contra metal, no había errado lo suficiente para arrancar el techo, pero sí para que el metal dañara el toldo, me dolió en el alma, aquel arreglo me iba salir caro. Tomé la delantera en pocos segundos, tomando la curva con delicadeza, Kazuki se quedó detrás de mi por poco, pude llegar al lugar al que habíamos llegado sin problemas. No me había dado cuenta que estaba riendo, sintiéndome increíble por haber hecho la hazaña.

2Fast, 2Beautiful [The Gazette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora