El silencio de la biblioteca me embarga en una paz que hacía tiempo no sentía. Tengo que asimilar varias cosas todavía. Algunas dolorosas, otras intrigantes, pero de que tengo que asimilarlas, las tengo que asimilar.

Han pasado varias semanas desde el término del campamento. El pobre Dastan tiene una interesante cicatriz en su pantorrilla. Evidencia de su estupidez. «Al menos está vivo... y te quiere, deja de ser tan duro con él», reflexiono. «Igual, es estúpido», contraataca mi parte sarcástica.

Después de que lo subieran al helicóptero, a mí me dejaron en el campamento mientras que a él lo trasladaron al hospital. En toda mi vida me había sentido el centro de atención (ojalá hubiera sido por algo bueno). Tuve que retener todas mis vísceras para no explotar de la exasperación. Si no me gusta que mis padres se metan en mi vida, muchísimo menos que gente que no conozco (y a quienes evidentemente no les importo) me preguntaran tantísimas cosas: Por qué estábamos allá, qué sucedió con Dastan, por qué cacé fauna silvestre, si sabía que cazar era ilegal...

Lo peor de todo es que nadie se fijó en que yo fui embaucado y que le salvé la vida a mi primo. Daba la impresión de que me querían incriminar. Aunque mi voz era fría al responder mi mirada no apoyaba mucho mi historia (cuando me molesto soy una persona sin filtro, qué más podía hacer). Al final se generó una multa que por suerte mi papá pagó y me libró de los cargos. Empaqué todo tan rápido que ni siquiera me pude despedir de Jersey y Trevor. Da lo mismo. Sin embargo, lo que me preguntaron en el campamento no se comparó en nada con la cantidad de preguntas que hicieron mis padres. Solo que aquí sí pude contestar como el ser más angelical e inocente del mundo. Después de todo, fue papá el que pagó la multa. Al final cedí ante el temor y le atribuí la culpa a Dastan. Ante sus ojos yo era el héroe de la historia. «Menudo héroe cobarde».

Dastan entenderá.

Al pobre chico le dieron tantas inyecciones contra la rabia y otros peligros que desarrolló fobia a las agujas y a las inyecciones. Por suerte no perdió mucha sangre gracias a mi vendaje. Al menos mis padres esperaron hasta que se sintiera mejor para darle una regañiza a él y otra a los dos. En fin.

Cuando regresé a la escuela, aunque estaba preocupado por Dastan, eso pasó a segundo plano cuando me enteré de que Hailey y Tommy eran una pareja en todo el sentido de la palabra. Fue (es) un sentimiento muy bonito y a la vez desgarrador. Fui tonto en callar mi amor con Hailey porque si es que existe la remota posibilidad de llegar a algo con ella, eso significaría arruinar mi amistad con Tommy. Desde entonces, las punzadas que siento en las manos cuando estoy triste (y últimamente, que se manifiestan en varias partes de mi cuerpo) son cosas de rutina. Es horrible fingir que estás bien cuando todo tu mundo se desmorona dentro de tu mente y corazón. Tuve que esforzarme mucho a fin de que la voz no me fallara. Cuando Tommy y después Hailey me contaron de su nueva relación.

De vez en cuando pienso que hay cosas peores (todo siempre puede estar peor, claro). Por ejemplo, Jessica y su evidente panza de embarazo. La pobre está un poco más hinchada, y a pesar de todo sigue queriendo al bebé. La admiro por eso. Sin embargo, el sol brilla en la otra cara de la moneda: Tyler y Bradley regresaron al equipo de béisbol y según escuché, Bradley recibirá una beca si ganan los siguientes partidos.

También hay cosas buenas, por ejemplo, Lili volvió a ser porrista y su relación con Ji está mejor que nunca. No pensé ver a ese chico amante del anime en una relación seria, y menos con una chica como Lili. Quizá, y solo quizá, tenga una oportunidad con Hailey.

Los otros tortolitos (Ronnie y Lyanna, y Chris y Adara) también están en una época de desasosiego y embelesamiento total. Ojalá yo también pudiera estar así algún día... con Hailey.

Además de todo esto, Leon, aunque trata bien a Tyler y a Bradley, ya no participa en sus burlas. Le ha hecho bien cambiar a ese par de trogloditas por nuevas amistades. El nuevo trío dinámico: Chris, Yamir y Leon. Si me lo hubieran dicho hace algunos meses no me lo habría creído. Qué suerte tienen algunos. Sé que tengo amigos en los que confiar... pero últimamente me he sentido tan vacío, tan aburrido y tan falto de personalidad que he hecho que Ronnie y Tommy se distancien un poco de mí.

IMPOSSIBLE LOVEWhere stories live. Discover now