The beginning.

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- ¿Ya puedo abrir los ojos, querido? – Aziraphale preguntó con un poco de impaciencia, mientras mantenía sus ojos cerrados, con ambas manos sobre su rostro.


- Ya casi, solo espera un poco más, ángel ansioso. – Escuchó la voz de Crowley a un costado de él, y acato la indicación. Estuvo en paz por un momento, sintiendo la suave brisa que entraba por la ventanilla del auto y el aroma fresco de la hierba. Pudo haberse relajado, incluso quedarse dormido, por qué en su estado actual la necesidad de un descanso apropiado se había vuelto indispensable, pero el movimiento irregular del camino lo incomodo con un brinco abrupto.


- ¡Crowley, tu promesa! – Lo reprendió, tentado a quitar las manos de su rostro para mirar al demonio. En el último mes había comenzado a sentir mareos después de un viaje demasiado accidentado en el Bentley. Por esa razón, Crowley le había prometido que sería un poco más prudente al volante.


- ¡Es el camino, ángel! -Se defendió. Y antes de que pudiera apartar las manos de su rostro, sintió como la mano de Crowley las devolvía a su lugar.- ¡No mires todavía!


- ¡Estoy empezando a sentirme muy incómodo!- Se quejó, mientras se removía nerviosamente en su asiento.


- Solo un poco más...


Crowley continuo balbuceando palabras tranquilizadoras, y eventualmente el camino fue más estable, pero ya era demasiado tarde, ahora podía sentir el movimiento inquieto en su vientre, más tenso y redondo, después de la primavera.


- Oh, con calma, mi pequeño amor.- Aziraphale arrulló a su bebé con cariño. Habiéndose familiarizado con todas esas nuevas incomodidades para sus órganos, cada vez que el bebé pateaba o se estiraba. Y lo que al principio fue un poco desconcertante, ahora era motivo de felicidad, el fruto de su amor.


- ¡Llegamos! - Crowley anuncio. Y segundos después el auto se detuvo con una ligera sacudida. - ¡Espera, todavía no los abras!- Aziraphale escucho como la puerta se abría y se cerraba con un portazo, y después la puerta de su lado del asiento se abrió. La sensación de las manos de Crowley sobre las suyas le arranco un suspiro, y lentamente se movió hacia la dirección que le estaba indicando.- Con cuidado, dulzura.


- Querido, esto se ha prolongado demasiado. - Aziraphale se quejo ligeramente. Dejando que Crowley lo manipulara entre sus brazos para que pudiera guiarlo.


- Pero valdrá cada segundo, te lo prometo.- Crowley exclamó con una voz demasiado entusiasmada para contagiarlo. Caminaron por un rato, sobre un terreno irregular, sentía el césped algo crecido y la humedad en el aire. Todo era tan puro y fresco.- Listo, llegamos, ahora, puedes abrir los ojos.


- Oh, gracias al...- Aziraphale corto su exclamación al abrir sus ojos. Lo hizo tan rápidamente que tuvo que tomarse un momento para ver correctamente lo que había frente a él. Era una casa, con el diseño de un cottage de tamaño apropiado para sus nuevas necesidades. Se miraba un tanto abandonada, pero la estructura parecía firme, resguardada en un enorme prado que estaba bordeado con grandes árboles, arbustos y algunas malas hierbas. Pero todo era parte del encanto.- Oh, querido, es hermoso.

As the world falls down  [GoodOmens]Where stories live. Discover now