Capítulo 50. Lo dijo con retintín, pero lo dijo.

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- Oye, Nat -le plantó un brazo contra el abdomen que hizo que ambas se detuvieran a mitad de camino de la sala de ensayo. 

- ¿Qué pasa? 

- Que me has llamado cariño -dijo como si acabara de darse cuenta. 

- No te ha molestado mucho cuando te lo he dicho. ¡Na-A-at! -iba haciendo golpes de voz emulando los que había hecho la rubia hacía unos minutos con cada embiste de los dedos de Natalia. 

- ¡Pero qué cerda eres, Lacunza! -se escandalizó, la santa. 

- ¡No-O-o-o pare-E-e-E-es Ca-A-armaike-E-el! 

- ¡Deja de hacer ruiditos obscenos, que eso llama mucho la atención y te van a oír! -se tiró sobre su cuerpo y le tapó la boca con las manos. 

- Perdón -carraspeó para cortar la risa-. ¿De verdad te ha molestado? Yo... 

- No me ha molestado, y eso me molesta -frunció el ceño. Un nuevo capítulo de Alba Reche no se entiende ni ella y mucho menos la entienden las demás. 

- Explícate, rubia. 

- Eso es un apelativo cariñoso -soltó de golpe, como si eso lo explicara todo. 

- Carmaikel también lo es. 

- Ya, pero cariño lo usa todo el mundo. Pone esta relación nuestra al nivel de... de... de... 

- ¿De una relación monógama corriente y moliente? 

- ¡Sí! -dio un respingo, contenta de que Natalia hubiera dado con la tecla. 

- Y eso no te gusta -afirmó la morena, frunciendo el ceño. 

- No lo sé... Creo que... que con esta relación que estamos iniciando he perdido un poco la perspectiva. ¿Me... me refrescas un poco las premisas de una relación en la que ambas participantes se llaman cariño? 

- Vamos a hacerlo de otra manera más sencilla. ¿Qué le cambiarías a nuestra relación tal y como es? 


Alba se quedó pensativa un momento, mientras esperaban al ascensor. 


- Nada, es una relación muy completa. Me satisfaces a nivel físico y a nivel emocional. Me siento muy a gusto en el postcoito y en los momentos en los que el coito no tiene ningún peso. 

- Vamos, que te gusta pasar tiempo conmigo aunque no sea por sexo. 

- Exactamente. Lo hablé con Ici y... 

- ¡¿Que lo has hablado con Ici?! 

- Sí, pero no te preocupes, no le dije que eras tú -la tranquilizó, como si fuera verdad que nadie se había dado cuenta de su secreto-. Aunque, bueno, el otro día le dije a las claras que se trataba de ti -se mordió el labio por dentro, asustada por si hacía enfadar a Natalia. 

- Y... ¿y qué le pareció? -nadie sabría quién estaba más acojonada de las dos. 

- Le pareció muy bien. Creo que chispea. 

- Pero si hoy hace un día muy soleado para que se ponga a chispear, Albi -aguantó la respiración para no soltar la carcajada que le estaba matando por dentro. 

- ¿Qué? 

- Nada -murmuró, acariciándole la mejilla y saliendo tras ella al hall. 

- El caso es que Icíar apoya esta relación -resumió el lío que le estaba haciendo la morena. 

TunantasWhere stories live. Discover now