♥ El Perdón ♥

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Dedicada a: gipssydipsy

~Mi corazón alberga tanta culpa, que ya no hay espacio para el rencor~

Por unos segundos Neyra se quedó inmóvil mientras veía como Alexander cubría y protegía a Bryan con su cuerpo; recibiendo él las patadas del caballo. Reaccionó hasta que escucho los gritos de un trabajador, pidiendo que otros hombres fueran por lazos para alejar al animal del aro. Con pasos lentos y torpes, Neyra comenzó a caminar hacia ellos; no podía creer que Alexander no dudo ni un segundo en proteger la vida de su hijo.

Cuando Neyra entro al aro, vio a Bryan en brazos de su abuelo; estaba llorando asustado, pero estaba bien. Alexander estaba inconsciente en piso; al parecer, no lo movieron para evitar un daño mayor. Tenía una herida en la cabeza que no dejaba de sangrar, golpes en los brazos, y seguramente también en la espalda. La madre de él trababa de parar el sangrado, mientras imploraba que llamaran a una ambulancia.

El enojo que Neyra sentía hacia Alexander se fue desvaneciendo al verlo en ese estado por salvar la vida de su hijo. Por un momento, tuvo temor por la vida de él, o por las secuelas que dejarían los golpes. Al ver a su hijo tan preocupado por su papá; comprendió que tenía que llevar una buena relación con Alexander, por el bienestar de todos. Bryan lo acaba de conocer y no sería justo que algo le pasara, después de no haber estado a su lado por seis años.

Neyra mejor que nadie sabía cuanta falta hacia un padre. Ella tuvo la fortuna de vivir con su papá   por 18 años, y a pesar de tener 25 años y ser una mujer hecha y derecha; aun  lo necesitaba. Todavía había muchas cosas y momentos que le gustaría compartir con Manuel, pero ya no podría hacerlo. No quiso ni imaginarse lo que sería de Bryan, si algo le llegaba a pasar a Alexander.

Neyra quería ir al lado de su hijo para abrazarlo, pero sus piernas no le respondían y no podía apartar la mirada de Alexander. Era como si ese momento no fuera real; dejo esa ensoñación cuando comenzó a sentir los síntomas que tenía antes de un desmayo. Se negó a cerrar sus ojos mientras hacía respiraciones profundas, logrando controlar el mareo, pero no las náuseas que prosiguieron. Hizo una mueca antes de cubrir su boca y dar unos pasos para apartarse un poco.

–Traigan una botella de agua. –pidió el señor Kohl, sostenía el cabello de Neyra.

–Debes de tranquilizarte, Bryan estaba bien y Alexander, bueno él ha salido de golpes peores.

–Nada de esto hubiera pasado si el niño se hubiera quedado a mi lado. –comentó con los ojos cerrados por el dolor de cabeza que había empezado a tener.

–El hubiera no existe, los niños son curiosos y gracias a Dios, a él no le paso nada.

–A él no, pero a Alexander sí. –dijo sin poder contener las lágrimas por la angustia que sentía.

Cuando la ambulancia llego, los paramédicos examinaron a Alexander y de inmediato lo subieron a la ambulancia. Los padres de Alexander estaban más preocupados por Neyra que por Bryan y pidieron que la revisaran a ella también después de cerciorarse que el niño no tenía ninguna fractura. La presión arterial Rachel estaba un poco alta y por tranquilidad de todos, incluyendo la suya; decido ir al hospital para que cerciorarse que tanto ella como el bebe estaban bien.

En el hospital, Alexander fue llevado de inmediato a la sala de emergencias, y el señor Kohl se quedó con Bryan para que lo revisara, mientras la señora Kohl acompañó a Neyra al área de maternidad. Ahí al ver que la presión no bajaba le dieron un sedante y la tuvieron en observación. Mientras tanto, la señora Kohl aprovecho para ver como seguían Alexander y Bryan. 

Bryan estaba bien y lo dieron de alta después de que una tomografía demostró que él no sufrió ningún daño, solo tenía rasguños y moretones que se le quitarían en unos días. Alexander tuvo que ser admitido en piso, ya que además de la contusión que sufrió, tenía un par de costillas rotas, una fractura en el brazo izquierdo y golpes internos.

Una Segunda OportunidadWhere stories live. Discover now