♥ La Realidad ♥

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~Cada quien se engaña con la mentira que más le gusta~


En efecto tal como lo mencionó Neyra en la entrevista, ella intentaba por todos los medios de mantener su vida privada lejos de las cámaras y de la farándula. Únicamente asistía a los eventos a los cuales era obligatorio ir y rara vez acudía a un evento social sólo para que su nombre saliera en alguna nota o publicación. Pensaba que eso era para los artistas y los actores. Ella era muy hogareña por lo tanto prefería pasar en su casa la mayor parte de su tiempo, sólo se ausentaba de su casa cuando tenía que trabajar fuera.

Vivía en una propiedad grande la cual tenía dos casas, una para ella y otra para sus padrinos. La mayoría de las veces que tenía que quedarse en Los Ángeles por cuestiones de trabajo, lo hacía en Glendale, donde tenía un condominio al cual llegaba todo el tiempo.

Neyra tenía una licenciatura en diseño y tenía meses que se había asociado con una marca de muebles y artículos para el hogar, donde varios de los diseños eran de ella.

La agenda de Neyra estaba llena por compromisos del trabajo o por asuntos personales. Tenía tiempo queriendo tomar unas vacaciones, pero siempre aparecía un nuevo proyecto u otra cosa por hacer. Las últimas vacaciones que tomo fueron dos años atrás y lo hizo en compañía de su sus hermanos y sobrinos. Linda, su mamá la visitaba varias veces al año por un par de días y la última vez que estuvo con ella no la vio muy bien de salud. Neyra podría jurar que estaba bien, pero a su mamá no la podía convencer de que era así. La siguiente vez que Linda visito a Neyra fue con la intención de obligarla a que fuera a ver al doctor. Al principio ella estuvo renuente pero cuando su mamá la amenazo que si no iban al doctor ella dejaría de ir a visitarla, entonces no le quedó otra opción que hacer una cita.

Mientras Linda esperaba a Neyra en la sala del doctor, tomó una de las revistas que había sobre unas de las mesas y sonrió al verla en una de las páginas. No importaba cuantas veces la hubiera visto en las páginas de una revista, en un comercial o en la televisión; cada vez que la veía su rostro siempre se iluminaba y sonreía orgullosa al ver la imagen de su pequeña en la revista. Cuando Neyra salió de la consulta, le regalo una gran sonrisa a su mamá para aparentar que todo estaba bien y que no le preocupaba nada. Lo cual no sirvió de mucho, ya que Linda se dio cuenta de inmediato; sin embargo, pretendió no hacerlo.

– Mami, ¿a qué restaurante te gustaría que te lleve a comer?

–No tengo hambre, lo que quiero es saber ¿qué te dijo el doctor?

–Hay un nuevo restaurante cerca de aquí, y tiene muy buenos comentarios sobre la comida y el servicio. ¿Te gustaría ir ahí, para ver que tal esta?

–No me cambies de tema ¿Qué te dijo el doctor? –pregunto Linda perdiendo la paciencia.

–Nada, ya sabes que primero hay que hacer varios estudios, pero no cree que sea nada serio.

–¿No te dijo nada de los desmayos, los dolores de cabeza, o los mareos que has tenido?

–Sólo me desmaye dos veces y el doctor comento que no creía que fuera nada serio, él piensa que varios factores influyeron para que ese día terminara desmayándome.

–No es normal que te hayas desmayado, yo nunca he perdido el conocimiento, no quieras hacer sonar tus desmayos como algo común. No me quieras hacer creer que todo está bien porque tú y yo sabemos que no es así.

–Ya me sacaron sangre para enviarla al laboratorio, según los resultados vamos a ver si necesito otros estudios. Pero no creo que vaya a ser necesario, ya verás que todo va a estar bien.

Linda sabía que Neyra no quería hablar del tema, por lo que decidió dejarlo por un momento y se dejó mimar y consentir por su hija a quien tenía meses sin ver. No sabía cuando seria la próxima vez que la estaría ahí, por lo tanto, prefirió aprovechar cada minuto que pasaba a su lado.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora