La casa de Acogida (Parte 5)

912 14 7
                                    

Miriam había decidido quedarse un tiempo más para ayudar a Luna en la casa hogar.
En realidad hace mucho que había querido tomarse unas largas vacaciones, pues desde que se graduó empezó a trabajar en la empresa de sus padres, así que habló con estos y arregló todo para quedarse un par de meses con Luna ya que la vida en aquél pueblo era bastante tranquila y desde que oyó la historia de Luna comenzó a sentirse atraída por ayudar a las niñas que en pocos días les había cogido gran cariño y hasta la llamaban tía.

Miriam observaba a Luna quien mantenía una postura impecable durante todo el día.

Miriam: Luna, porque no descansas un momento, ven sientate, te preparé un té.

Luna: Oh, gracias.
Qué amable eres!
Ya termino de guardar la vajilla y enseguida voy.

Miriam observaba a Luna que a pesar de que en su rostro podía ver lo cansada que estaba se mantenía derecha, luego con mucha delicadeza se agachó y guardó la vajilla en uno de los anaqueles para luego volverse a enderezar y caminar con mucha elegancia hacia la pequeña mesa donde se encontraba Miriam esperándola con el té caliente.
Miriam sirvió un poco de té en las dos tazas que tenía previamente lista para luego observar a Luna como se sentaba de manera elegante en la silla manteniendo una correcta postura y luego con mucha elegancia tomar la taza de té para beber un poco levantando su dedo meñique. Se la veía tan fina y sofisticada a pesar del cansancio que podía ver en su rostro.

Luna: Qué bueno que las niñas ya se durmieron.

Miriam no había notado que Luna se había dirijido a ella pues estaba sumida en sus pensamientos.

Luna: Miriam... Hey... Miriam...

Miriam: Ehhh... Si... ¿Me decías algo?

Luna: Sí... Que bueno que las niñas ya se durmieron.

Miriam: Oh, si...

A Miriam se la veía distraída en sus pensamientos.

Luna: Miriam ¿Estás bien?
Te noto distraída.

Miriam: Oh... No... Bueno, un poco, solo pensaba ¿como lo haces?

Luna: ¿Hacer qué?

Miriam: Pues mantener tu correcta y elegante postura en todo tiempo. Apresar del cansancio nunca te veo encorvada o desparramada en un sofá, siempre te mantienes derecha y con una postura perfecta
¡Cada uno de tus movimientos son tan delicadamente elegantes!
Es decir, se que eres una modelo y actriz profesional pero pensé que las famosas en la intimidad de su casa eran como personas normales con movimientos torpes.

Luna: Pues creo que se debe a qué estoy acostumbrada desde niña ya que la Señora Dolores era muy estricta con nosotras y prácticamente nos "entrenaba" para ser unas perfectas señoritas.
Aunque sinceramente creo que le debo a esto gran parte de mi éxito en mi carrera de modelo y actriz, ya que mientras las demás chicas se esforzaban por mantener una postura correcta para mí era de lo más normal.
Aunque esto nos costó un precio muy alto.

Miriam: ¿A qué te refieres con eso?

Luna: La Señora Dolores decía que estábamos en una etapa de formación y que ella se encargaría de formarnos correctamente y que no permitiría que la hagamos quedar mal, así que teníamos que ser las mejores en todo, ella no aceptaba una nota menor a diez en la escuela, incluso un nueve era inaceptable. Nuestro comportamiento debía de ser intachable, al igual que nuestros modales y toda nuestra manera de conducirnos y hasta de hablar, debíamos dominar a la perfección el francés y como mínimo tocar un instrumento musical perfectamente. Desde nuestro caminar, nuestra forma de hablar y hasta el tono de voz debían ser el de una dama y por supuesto debíamos aprender a coser, cocinar y todos los queaceres domésticos que una mujercita debe saber.
Es verdad que nunca nos faltó nada, en realidad la Señora Dolores era una mujer muy acaudalada por lo que la parte económica nunca fue un problema, sin embargo era demaciado estricta y hasta se podría decir que cruel con sus castigos, y aunque nunca nos castigó en otra parte del cuerpo que no sean nuestros glúteos sin embargo sus castigos eran realmente dolorosos y humillantes.

LunarcitaWhere stories live. Discover now