El odioso de mi primo (parte 2)

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Ya habían pasado más de dos meses desde que Sebastián vivía en casa de su tía Carolina y su prima Luna.
Meses en los que Luna y Sebas se la pasaban peleando y haciéndose trastadas entre ellos, aunque siempre la que resultaba mal era Luna, ya que su primo la acusaba con Carolina, muchas veces mentía diciciendo cosas que Luna no había hecho ni dicho y Luna terminaba en su habitación recibiendo unas buenas nalgadas por parte de su madre.
Sebastián ya se había dado cuenta de la debilidad de su Tía Carolina de querer mantener una reputación impecable sobre el qué dirán de ella y de su hija, así que él hacía comentarios como qué dirá la familia acerca de lo que hizo mi prima.
A lo que Carolina le respondía "eso no será necesario cariño , por algo Luna tiene una madre que la sabe educar "
Y al instante mandaba a la pequeña a su habitación para aplicar el respectivo correctivo sobre sus posaderas.
A Sebas le encantaba que castigen a Luna con nalgadas, el oír los llantos de su prima más el sonido de los azotes sobre sus nalgas que por el sonido deducía que habían sido desnudadas.
Y aunque él veía a Luna como una chiquilla y por ser su prima no podía verla más que como una nenita, le causaba mucha risa imaginar lo ridícula que se ha de ver su prima en esa situación.
Cuando Carolina terminaba de castigar a su prima y habría la puerta para salir  de la habitación, Sebas solía ver de reojo a Luna parada en un rincón con sus pobres pompis rojas. Claro que esa vista  lo hacía con mucho disimulo y era cuestión de segundos en lo que su tía salía de la habitación para luego volver a cerrar la puerta.
Y al salir Sebas adulaba a su tía diciéndole que ella era una madre ejemplar y que sabe cómo formar a su prima para que de grande sea una mujer de bien.
Eso le gustaba a Carolina sabiendo que no habrían rumores negativos sobre ella en la familia.
Luego cuando ya se le permitía a Luna salir de la habitación, Sebas solía burlarse de Luna diciéndole cosas como "aún te duelen las pompis" o "vaya que llorabas como una bebé" o "ese chas chas en tu colita lo tenías bien merecido" siempre acompañado de una risa burlona y sin que su tía pudiera escucharlo. ( Aunque él ya tenía 16 años y su padre a él lo castigaba de la misma manera. Pero eso Luna no lo sabía)

Esto a Luna le molestaba mucho y cada vez odiaba más a su primo sin poder hacer nada.

Continuará....

LunarcitaWhere stories live. Discover now