—Me metí en tu casa. —Tragué saliva. —Seguí a Amanda porque noté que las cosas no estaban bien. En una de estas ella se fue y me colé por la parte de atrás. —Callé al ver su cara fría y distante.

—Continua. —Pidió serio.

Volví a tragar saliva, cerré los ojos y suspiré.

—Encontré en vuestro dormitorio el informe. —Abrí mis ojos y lo miré. Él se mordía un labio en señal de furia e impotencia.

— ¿Qué viste exactamente?

—Fotos de una familia, ese nombre y folios detrás una foto tuya.

Una vez terminé de decir eso último, Tyler se desabrochó el cinturón de seguridad y rápidamente salió del coche dando un portazo. Lo vi caminar, a través del espejo del coche, con rapidez y furia. Arrojaba todo aquello que se encontraba por el camino, pegándole fuertes patadas a las paredes, o rompiendo sillas de algún que otro bar.

Mis ojos se aguaron y sentí que varias lágrimas caían entre mis mejillas. Escuché varios gritos de furia, que procedían de él. Y luego lo vi desaparecer por las calles. 

Miré mis manos, estas fueron hasta mi mejilla para apartar una lágrima y tragué con fuerzas. Tuve que sacar un pañuelo para limpiar mis ojos y mi nariz, y decidí salir en busca de Tyler.

Sabía que ahora lo más probable es que me denunciara, o no me hablara más por haber entrado en su casa a husmear entre sus asuntos.

No tuve que haberlo hecho, maldita sea. Era una completa estúpida.

Caminé rápidamente, tomando el camino que había seguido Tyler, hasta que lo pude encontrar sentando en el césped de un parque.

Me acerqué y dudosamente me senté a su lado sabiendo que me podría rechazar en cualquier momento.

—No tuviste ningún derecho a entrar en mi casa. —Dijo mirando hacia la nada cuando me senté a su lado.

Temblorosa saqué de mi bolso un cigarrillo y atiné a encenderlo pese a mi pulso.

Tyler me miró, me quitó el cigarro y lo apagó en el tallo del árbol. Me miró a los ojos. Había desilusión y decepción en sus ojos, a la vez que furia. Me había equivocado tanto...

—Lo siento...—Atiné a decir mientras sentí las lágrimas caer.

El pulgar de la mano derecha de Tyler fue hacia mi mejilla y con suavidad me limpió las lágrimas.

—Lo siento. —Volví a disculparme esta vez con un llanto mayor. —No debí pero me sentía tan tentada a hacerlo. Te fuiste por un tiempo sin ninguna explicación y sé que hay algo raro en todo esto. Cuando vi a Amanda pensé que ella me daría las respuestas. —Sorbí mis mocos. —No tuve que hacer nada pero necesito respuestas, jod*r Tyler, necesito unas put*s respuestas. ¿Sabes lo mal que lo pasé? ¿Sabes cuantas noches lloré pensando que me habías enamorado para luego abandonarme? O peor, ¿sabes cuantas noches pensé que te había pasado algo malo por no tener una sola noticia tuya? —Giré mi cara hacia la derecha para que no viese mis lágrimas.

—A pesar de eso..

—Sí. —Le interrumpí volviéndole a mirar. —A pesar de eso, lo que hice fue allanamiento de morada, puedes denunciarme si así lo quieres. Pero creo que jamás me comprenderás, ni entenderás que estaba desesperada por saber de ti.

—No voy a denunciarte, y te comprendo, pero eso no quita que lo que hiciste estuvo mal.

—Lo sé. —Reprimí algunas lágrimas que amenazaban con salir.

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