CAPÍTULO 33

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Adicta a todo lo que hace olvidar

—¿Ya está? ¿En serio?— murmuró Nick, con ansias.

—Sí, ya está solucionado.

La sonrisa del rubio se ensanchó y le eché una mirada de reojo a Nibbas, curiosa; pero no parecía importarle el hecho de que hubiera solucionado lo que él provocó.

—¿Tú pagaste? — indagó—. Te devolveremos cada billete...

—No pagué, no. No te preocupes, ya terminó.

Volvió a sonreír y me envolvió en sus brazos con fuerza. Yo sonreí falsamente y se alejó de mí, pero solo lo suficiente para dejar un casto beso sobre mi cabello.

—Supongo que es momento de celebrar.

¿Qué iba a celebrar si mientras solucionaba un problema tenía cientos más sin resolver?

El rubio abrió la puerta de aquella habitación y su hermano menor fue el primero en salir, a gran velocidad.

Le sonreí a Nick a boca cerrada antes de seguir el mismo recorrido que Nibbas.

Nick estaba haciendo otra de sus características fiestas de domingo y, cuando le conté que tenía una gran noticia, rogó que fuera, así que así lo hice. El rubio nos llevó a su hermano y a mí a una habitación, y ahí habíamos aclarado todo entre los tres. No sabía si Liam se iba a enterar; no lo había visto.

Crucé el pasillo y noté que, esta vez, la fiesta no se parecía para nada a aquella en la que jugamos a la botella. Las luces se prendían y apagaban a la misma vez que cambiaban su color y era en una casa desconocida, además estaba lleno de personas. No parecía tan exclusiva como las últimas veces.

Mi cuerpo se relajó y sonreí mientras pasaba entre medio de los cuerpos. Sabía que fiestas así eran mis únicas oportunidades de silenciar mi mente, eran mis únicas oportunidades de pretender que era una más.

Caminé hasta la barra y allí me recibió Iver, como siempre.

—Hola, linda— saludó.

—Iver.

Le sonreí.

—¿Qué vas a pedir?

—¿Qué querés darme?— repliqué.

Sonrió.

—¿Además de unos besos?

Rodé los ojos.

—De preferencia una bebida.

Me echó una mirada de cuerpo completo y luego se agachó tras la barra con indiferencia; era obvio que no iba a sacar nada interesante de mí, solo llevaba una remera enorme de Rayhan y unos jeans claros de su madre, sobre los cuales me sentía culpable, porque no le había pedido permiso, siquiera la había conocido.

Iver se levantó frente a mí y me extendió una botella con algo rosado dentro. Hice una pequeña expresión de sorpresa y luego la sostuve, para comenzar a alejarme.

Pasé nuevamente junto a los cuerpos desconocidos en movimiento, hasta notar que estaba cerca de algunos sofás, sacudí el líquido de la botella mientras me acercaba, evaluando.

Observé a una pareja besándose a un extremo del sofá y fue solo cuestión de tiempo para notar que, el chico que sostenía con tanto amor a alguien más, era Liam, y que ella era Tiffany.

Él acariciaba su espalda mientras ella acariciaba su cabello y ambos se separaron sonriendo, realmente sonriendo.

El castaño dejó un pequeño beso sobre los labios de ella y luego hizo un paneo general de la sala, cruzándose con mis ojos.

MelifluaWhere stories live. Discover now