The Third Salvatore [ Niklaus Mikaelson ]

♛ Past: 1861 ♕

Era un día oscuro y lluvioso, las temperaturas en Mystic Falls no pasaban de los 14 grados, siendo bastante bajas para ser mediados de verano en Virginia. Jane se había quedado sola con Giuseppe, el esposo de su difunta madre. Damon estaba entregando su vida en la guerra, y Stefan por otro lado, había ido a una feria de una ciudad vecina.

La joven loba observaba a su padrastro notablemente asustada, pero sin dar su brazo a torcer. Llevaba horas discutiendo con él, e intentando convencerlo de que no la podía hechar de la casa. Si él la echaba, era más que probable de que alguien sospechara, y si ese alguien eran los Gilbert o los Lockwood, estarían en problemas.

- Si me echas, empezarán a sospechar, y toda tu maldita mentira se desmoronará.- Gritó, sin ser consciente de que ese simple acto, llevaría al mayor a golpear a la joven de tan solo 13 años.

Roxanne lo observó sorprendida, dirigió su temblorosa mano a su mejilla, donde él la había golpeado. Por un momento creyó que sus instintos lobunos tomarían control de ella, pero estaba tan asustada que su cuerpo se había paralizado.

- Cuando tus hermanos están aquí no puedo echarte, pero mientras ellos no estén. ¡¡Tú no pisaras mi casa!!.- Gritó mientras la golpeaba de nuevo, esta vez en el estómago, haciendo que cayera de rodillas, soltando un pequeño sollozo.- Cuando vuelva no quiero verte aquí, de lo contrario, te mataré con mis propias manos, bastarda.

La pelirroja dio un paso atrás, con sus instintos gritando peligro, miró al adulto durante un par de segundos, antes de salir corriendo, adentrándose en el bosque. Estaba cayendo una gran tormenta, los truenos y relámpagos resonaban e iluminaban el cielo, donde empezaba a verse la luna.

Llevaba unos 30 minutos corriendo, cuando tropezó con las raíces de un gran y viejo árbol. Se mantuvo quieta durante un par de minutos, asimilando todo lo sucedido, golpeó el suelo repetidas veces, haciéndose sangre en las manos. Camino hasta el tronco del árbol y se sentó contra el. Observó sus manos, sucias y con sangre, no dejaban de temblar, aunque realmente no era consciente del frío que hacía.

Sentía la lluvia, calando en sus huesos y mojando por completo su cuerpo. Un trueno resonó cerca, y la adolescente se encogió asustada. Cerró los ojos esperando que todo pasara, y sin darse cuenta se durmió en el oscuro bosque, sola y asustada.

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Despertó alarmada al oír un ruido animal cerca suyo, pero respiró más tranquila al ver que tan solo era un cervatillo, se levantó y caminó hasta el centro del pequeño claro. Ya era de noche, pues la pelirroja podía observar perfectamente la Luna encima suya, probablemente eran pasadas las 12 de la noche.

Sacudió su vestido en un vano intento de limpiarlo, pero solo consiguió ensuciarse más. Empezó a caminar sin una dirección específica, mientras una pregunta rondaba su mente, retumbando en el silencio de la noche.

¿A dónde se suponía que debía ir ahora?

Sabía que no podía volver a la Finca Salvatore, lo tenía claro si aparecía y sus hermanos no estaban allí, Giuseppe la mataría. Por su mente también pasó ir a casa de su padre, Derek le dijo que podía ir allí siempre que quisiera, sin importar día o hora.

Pero era muy tarde, seguramente estarían durmiendo y ella no quería molestarlos. Minutos más tarde, decidió ir hacia la Finca Paxon, podría quedarse en el patio o algún lugar de cerca.

Se detuvo delante de la gran casa, y levantó la mirada al ver una luz encendida, era la habitación de Peter, quien seguramente estaría leyendo. Observó la sombra dirigirse a la ventana y rápidamente se escondió debajo del porche.