Volverse una tradición I

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Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es deCollege n Curls y fue beteada porTamashitsumo.

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Volverse una tradición I

Había muchas razones por las que había decidido convertirse en médico. Ella quería ser útil, quería seguir el ritmo de Naruto y Sasuke, que siempre parecían estar a años luz de ella, quería... quería que la notaran. Todas esas razones egoístas habían sido el inicio, pero no mantuvieron su impulso. Para que alguien continuara prosperando en este tipo de agotador entorno necesitaba razones más sustanciales. Afortunadamente, no había un solo día en que quedara insatisfecha con su carrera profesional.

—De acuerdo, ahora quédate quieta —Sakura instruyó a la pequeña rubia frente a ella.

La niña no podía tener más de ocho o nueve años y gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. A su lado, un chico rubio que suponía que era su hermano mayor apretaba fuertemente su mano izquierda. Vacilante, temblando de miedo y dolor la niña le tendió el brazo y respiró hondo cuando Sakura la tocó.

—¡Hey, cuidado, señorita! —el niño pequeño estalló—. La estás lastimando.

—Solo dolerá por un momento —Sakura le aseguró, pero él no parecía demasiado convencido.

Desviando la atención del chico, ella se concentró en sanar la muñeca de su hermana. Un chakra verde envolvió sus manos, aliviando lentamente el dolor de su herida. La chica jadeó ante la sensación y se maravilló con la luz verde.

—¡Guau! —ella dijo y su hermano corrió alrededor para obtener una mirada más de cerca.

—¿Duele? —preguntó.

—Me hace cosquillas.

—Hey, señorita, ¿cómo puedes hacer eso?

«Después de muchas noches sin dormir» pensó antes de simplemente sonreír y negar con la cabeza.

—Intenta mover tu muñeca —ordenó Sakura.

La niña parecía nerviosa al principio, pero cautelosamente giró la muñeca, rápidamente extasiada de que ahora estaba libre de dolor.

—¡Eso es tan cool! —dijo el niño y la niña asintió con la cabeza.

—Ahora que estás mejor, asegúrate de jugar con más cuidado —Sakura les aconsejó y la pareja de niños asintió antes de salir de la habitación, casi golpeando a una enfermera cuando entraba en la habitación.

Sakura-san, te necesitan en la habitación 416 —la enfermera dijo y le entregó un portapapeles.

La mujer de cabello rosado suspiró al notar el nombre en la parte superior de la hoja. Rock Lee. Esta era la tercera vez del mes que lo admitían en el hospital. ¿Cuándo iba a aprender a moderarse? Negando con la cabeza, salió de la habitación lista para enfrentar los siguientes quince casos que se cruzaron en su camino.

Más tarde esa noche, Sakura se quitó la bata de laboratorio y se arrastró hasta la cama que había reclamado como propia durante las últimas semanas. Dejó escapar un bufido cuando se tiró sobre la cama, que crujió bajo su peso. Mientras enterraba el rostro entre las mantas, respiró hondo, sin darse cuenta de que su olor habitual se estaba desvaneciendo. El viejo y destartalado departamento de Naruto se había convertido rápidamente en un refugio para su agitada vida. No era lo mismo sin él, pero era mejor que estar en casa, donde sus padres le hacían millones de preguntas o a quedarse dormida sobre su escritorio.

Volverse una UchihaWhere stories live. Discover now