-Estamos buscando un perrito-le conté.
-¿Para qué?
-Para tener compañía, para darle mucho amor...
-Si si, ya lo capto-me cortó-¿Segura que estás con Ryan?
-¡Si!-exclamé con frustración, llamando la atención de algunos clientes.-¿Que quieres?-bajé la voz, avergonzada.
-Marta necesita que traigas nueces del supermercado ¿Te queda fácil?
-Creo que si-alejé el teléfono-Podemos parar en el supermercado?
-Claro-respondió Ryan.
Volví a acercarme a la llamada.
-¿Necesitas algo más?
-¡Condones!-respondieron mi hermano y alguien más al unísono.
-¿Con quién estás tú?-lo acusé sorprendida-Eres un mujeriego irremediable, Seth Robert Smith, no puedo creer que...
-¡Soy yo!-exclamó la otra voz tras la linea.
-¿Mia?-pregunté sorprendida-¿Lo perdonaste?
-¿Lo hizo?-Ryan se incorporó en su asiento y se acercó más sobre la mesa.
-Larga historia. Tú ve por lo que te dije-me cortó Seth de nuevo y colgó sin despedirse.
-Parece que si-le respondí a Ryan, dejando de nuevo mi teléfono sobre la mesa-Sé que fue la canción, maldito suertudo.
-La música siempre es la solución-tomó su billetera y se levantó de la silla-Yo también cantó, ¿Quieres oír?-tomó aire y estuvo a punto de darme un concierto frente al resto de clientes.
-Ya luego me muestras-me levanté para ir con el a la caja antes de que se le ocurriera cantar.
Después de pagar, seguimos rumbo hasta el supermercado más cercano. Ryan se desapareció y me dejó luego de comprar las nueces, diciendo que él también necesitaba comprar cosas. Después de pensármelo por varios minutos, decidí ir yo sola por los condones, porque al fin y al cabo no podía ser tan difícil.
Llegué a la sección de medicamentos donde solo había un chico alto viendo condones y una monja viendo jarabes. Genial.
Me acerqué hasta el chico y comencé a leer las marcas de los condones frente a nosotros. De reojo, vi que él tomaba unos de paquete azul, ¿Serían esos los que Mia y Seth querían?
-Mm, Hola-dije llamando la atención del chico.
-Hola-se volteó hacia mi y arrojó los condones en su carrito.
-Mmm, ¿Sabes cuales son mejores?-pregunté señalando los condones, y su sonrisa se ensanchó.
-¿Estas tratando de ligar conmigo?-preguntó acercándose.
-¿Qué?-pregunté confundida. A nuestro lado, la monja soltó un ruidito de desaprobación y nos miró mal antes de tomar uno de los jarabes e irse.-Olvídalo-rodé los ojos. Llevaría cualquier cosa, al final, si resultaba mal, siempre había querido ser tía.
-¡Espera!, ¡es broma!-dijo sonriente y luego señaló los condones-Depende de cual te guste mas.
-Es que no son para mi, son para mi hermano-dije, sintiendo como mis mejillas se tornaban rojas.
-Deberías llamar y preguntar-sugirió.
Qué tonta, ¿Cómo no se me había ocurrido a mi?
Asentí y saque mi teléfono de mi bolsillo trasero, al tercer tono contestaron.
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VIVIENDO CON EL ENEMIGO (En edición)
Novela Juvenil"PARA VENCER A EL ENEMIGO, PRIMERO GANATE SU CONFIANZA" Cat Smith tenía una vida generalmente aburrida, hasta que su mamá decide enviarla a ella y a su hermano Seth a vivir un año entero con su padre, el millonario Joseph Smith, quién además de e...
18. Visitas inesperadas y Leo.
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