LLEGAR AL PUNTO DE QUIEBRE

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Los dolores de cabeza no han parado. Annika me sirve varios tés de hierbas que supuestamente sirven contra las jaquecas, pero ninguno ayuda. Echo en falta un paracetamol o acetaminofén, cualquier pastilla que me ayude. Tampoco he podido avanzar con la solicitud para el emperador, mi cabeza no me permite concentrarme por lidiar con esas punzadas.

Nates me informó que Deckard vino la noche pasada a verme, sin embargo yo ya me había dormido a causa de uno de esos tés de hierbas. No alivian mi dolor pero me causan sueño. Por fortuna no he estado lidiando con las pesadillas. De solo pensar en enfrentar otra vez esos sueños y las jaquecas al mismo tiempo, ug, en serio terminen de matarme. He optado por no pensar en nada más que no fuera curarme estos dolores. ¿Quizá la causa sea por un exceso de información, o algo que Lothi me hizo? No, estoy segura de que Deckard lo hubiera descubierto. Según él "no se le escapa nada".

Pedí que trajeran al médico cabecera de Evelyn, la persona que usualmente solía hacerle la revisión y estaba al tanto de su condición médica. Extrajo un poco de mi sangre para hacer un análisis rudimentario, también constató mi actual dieta —me privó por completo de la carne y otros alimentos más, en este punto ya ni me importa si con eso se acaban mis dolores— y también me ordenó reposo absoluto. Cree que mis dolores se deben más a un exceso de esfuerzo así como estrés. Supongo que se debe más a eso. He estado muy activa desde que caí en este cuerpo; mi asistencia constante a las festividades, mi trabajo con el proyecto del hospital, mis aventuras al buscar el fragmento y la anterior travesura con Lothi.

¿He estado bajo tanto estrés, bajo tantas emociones, que el cuerpo de Evelyn no puede tolerarlo? Analizándolo en retrospectiva, no me parece gran cosa. En mi vida pasada he estado bajo muchas más situaciones que pude soportar. Si así acaba colapsando el cuerpo de esta mujer, ¿cómo acabaré cuando inicie los entrenamientos y las lecciones con Deckard? ¿Quizá debería hablar con él y esperar a primero estar libre de toda presión social, de toda la realeza, antes de enfocarnos en otras cosas?

Me recosté en mi cama. Nates está durmiendo sobre Copito de Nieve en uno de los sillones, a mi lado tengo a Bambi. Lo agarro, no puedo evitar sonreír.

Lo extraño. ¿Estará buscándome? No, ¿estará buscando a Verónica? En verdad quisiera verlo, verlo en verdad. Saber cuáles son sus rasgos fuera de la máscara. Hace mucho que un mino no me atrae de esta forma, que desee tenerlo conmigo otra vez. Echo de menos su voz, el toque cálido de sus manos y sus besos. Todavía me fastidia un poco el hecho de que no hayamos avanzado más allá de un par de besos y roces, pero trato de componerme con la promesa que hizo.

"Vas a ser mía, lo sé, no voy a dejarte escapar, pero no sucederá ahora."

No es la promesa más romántica que me hicieran en la vida, debo admitirlo, es intensa y posesiva, solo que una parte de mí le encanta. Quiero verlo de nuevo. El problema es... ¿cómo? Una cabellera negra, un mentón fuerte, labios sexis y manos gruesas no son rasgos únicos en Menevras. He visto como a más de diez hombres que cumplen con todos esos rasgos.

La única forma es dejar que Míster Misterio me encuentre, en vez de yo buscarlo a él.

Por ello me levanté, mi dolor de cabeza ha bajado un poco, y considero que tomar algo de aire en la ciudad no me haría daño alguno. Me pongo el vestido más sencillo que solicité para Verónica, un atuendo usual en una noble de baja categoría, algo que Evelyn nunca en la vida usaría, y me cambié, ni siquiera pedí ayuda a Annika. El sedoso cabello rubio cambió a castaño y encima me coloqué la capa que usé para escapar al bosque Lynd la primera vez.

Estaba dispuesta a despertar a Nates, en cambio lo dejé dormir. Mi paseo a la ciudad será rápido. Al llegar a la puerta principal del palacio, me encuentro a Eciar y otros guardias.

✓ No Seguiré ese Destino [Destino #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora