Capítulo 8: Más Vale Genio en Mano que Genio Volando

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La temporada de exámenes había terminado caóticamente y los estudiantes estaban pendientes de sus calificaciones antes de poder relajarse para las añoradas vacaciones de fin de ciclo. Aun así, ya la mayoría se hallaba planificando de qué manera disfrutaría del periodo de merecido descanso que se avecinaba.

     El único que no podía darse el lujo de relajarse era Park Junhee. Incluso pensaba que estas épocas eran más agitadas que las de pleno estudio. Con la mente ocupada en diversos asuntos a la vez, no había notado que una persona muy conocida lo estaba llamando con particular interés.

     —Presidente Park, ¿puedo hablar con usted?

     —Oh, hola, Yuchan. ¿Qué necesitas?

     —¿Recuerda el viaje del comité programado para el fin del semestre?

     —Sí, iba a ser el otro fin de semana, pero hubo un problema con la empresa de hoteles que brindaría la estadía —contó desalentado—; así que tendremos que postergarlo hasta encontrar a un nuevo proveedor.

     —Lo sé; es por eso que mi papá acaba de hablar con el director para ofrecer el hotel que tenemos en Jeju.

     Junhee abrió los ojos con asombro y no supo qué responder por un momento. Si bien ese viaje era exclusivo para el comité estudiantil, Junhee les había prometido a sus dos mejores amigos que los llevaría con él, al ser el último viaje que harían juntos antes de graduarse. Todo había sido planificado desde hace un buen tiempo y sería uno de sus grandes logros como presidente universitario antes de dejar el cargo, por lo que se había deprimido al creer que no sería posible llevarlo a cabo. Al ver la radiante expresión del muchacho, sonrió aliviado. No entendía por qué Donghun lo odiaba tanto, si era una buena persona. Por lo poco que lo conocía, al menos le daba esa impresión.

     —Es una gran noticia, Yuchan. Por favor agradécele a tu padre de mi parte. Voy a empezar con las coordinaciones apenas el director me llame, ya que no queda mucho tiempo para...

     El chico calló, de pronto, al sentir que se estaba olvidando de un detalle importante, pero ¿cuál era? A ver, a ver... Oh, un momento, si los Kang iban a ser, digamos, los nuevos proveedores del servicio de hotel, ¡Donghun jamás aceptaría ir! Junhee casi se va de espaldas al caer en cuenta de la realidad. Era imperioso ocultar esa información de su mejor amigo, al menos hasta que llegaran al hotel y tuviera que descubrir, por sí mismo, la identidad de los dueños. Estaba a punto de abrir la boca para invocar la discreción de Yuchan cuando, repentinamente, sus amigos surgieron de la nada. Del mismo modo, Byeongkwan llegaba por el sendero contrario para unirse al grupo.

     —Hola, oímos algo sobre el viaje, ¿al fin se arregló lo del alojamiento?

     Junhee tragó en seco ante la pregunta de su malhumorado amigo y le lanzó una mirada suplicante a Yuchan para que no hablara de más, pero este, al parecer, no se dio cuenta. De todas maneras, jamás habría desaprovechado una oportunidad para humillar al tipo que tanto odiaba.

     —Claro que se arregló —confirmó con altanería—. Mi papá prestará nuestro hotel, ya que, desde hace un tiempo, su empresa tiene convenio con nuestra universidad.

     —¿Qué estás diciendo?

     —¿No lo sabías? Da igual, porque, de todas maneras, tú no estás invitado. A menos, claro, que tú mismo pagues tu habitación, lo cual no creo que te sea posible.

     Donghun se quedó perplejo, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar de la boca altanera de su peor enemigo. Sus ojos se llenaron de ese típico fuego que siempre antecedía una desgracia. Sehyoon y Byeongkwan intercambiaron una mirada cargada de preocupación, sin saber si era conveniente intervenir o no.

La Némesis del ArcoírisWhere stories live. Discover now