🌴 V E I N T E 🌴

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Fueron casi cuatro horas de caminata sin parar, le dolía todo, los pies, las piernas, los hombros y la espalda pero no se quejaría, no tenía derecho, el no era el que tenía heridas punzantes en el cuerpo.

De vez en cuando aligeraban el paso, ya sea por que YoonGi se mareaba, recogían algunas frutas y raíces o simplemente ambos se cansaban, pero nunca se detuvieron.

Cuando finalmente visualizaron el río bajando la colina fue como si su respiración volviera a sus pulmones.

En cuanto sus pies tocaron el agua sus manos tomaron un poco del cristalino líquido y mojaron sus rostros.

Se sentía como un aire de tranquilidad después de todo aquel suceso.

Ambos estaban exhaustos y débiles, uno por las heridas y el otro por no estar acostumbrado a tanto esfuerzo.

¿Era un débil?

Claro que sí, nunca había dicho lo contrario, su cuerpo no soportaba correr ni 2 minutos antes de empezar a hiperventilar. No era alguien de músculos tonificado, el era un malvavisco con brazos de fideo y pulmones de abuelito.

—Necesitamos un refugio... Y... Y r-ramas... Musgo...— susurró YoonGi antes de caer de espaldas desmayado contra la húmeda tierra.

En cuando JiMin vio las señales de un colapso se apresuró a llegar mayor alcanzando amortiguar el golpe que seguro se hubiera dado en la cabeza.

Agradecía que estaba arrodillado en el río antes de caer, si no hubiera sido un golpe más fuerte.

—Mierda... Mierda, mierda, maldita sea JiMin piensa piensa...

Bien, tenía que ordenar sus prioridades.

Curar a YoonGi.

Hacer un refugio.

Hacer fuego.

Conseguir comida.

No morir.

Bien, era pan comido... Tenía todo planeado, ahora tenía que concentrarse en su primer tarea.

YoonGi...

Con cuidado de no soltar la cabeza del pelinegro se quitó la chaqueta con una sola mano y la lanzó lejos del agua. Era la única prenda seca y limpia que tenía, no debía mojarla.

Después tomó algunas rocas planas que estaban a su alcance y las acomodó debajo de la cabeza de YoonGi.

Bien, primero tenía que limpiarlo, todo su cuerpo tenía sangre seca y tierra, una imagen que se veía más grotesca de lo que realmente era.

Salió rápidamente del agua y sacó unos pañuelos de tela de su mochila y a la misma velocidad regresó a la orilla del río. Mojó la tela con algo de agua y comenzó a pasarlo con delicadeza por la cara y el pecho del mayor, repitiendo una y otra vez el mismo procedimiento. Mojar, limpiar, exprimir y volver a mojar.

Mientras más pasaba la húmeda tela por la piel de YoonGi mejor se iba viendo.

Una vez que visualizó mejor las heridas pudo hacer un mejor diagnóstico.

De no ser por que el hombre era en su mayoría musculo duro y tonificado las heridas pudieron haber llegado más profundo. Por suerte sólo necesitaría algunos cuantos puntos de sutura.

Una vez que el torso estaba limpio siguió con los brazos.

Nunca había visto tanto volumen en un solo hombre... En la ciudad había hombres que tenían cuerpos bastante trabajados, pero era por las horas en el gimnasio... Los músculos de YoonGi y el de todos los guerreros de la tribu no eran de gimnasio, eran de trabajo, duro y áspero trabajo.

Limpió con cuidado algunas heridas menos profundas y unos cuantos rasguños, y una vez que terminó con la parte de enfrente seguía la espalda, que también debía tratarla.

Los 95 kilos de musculo de YoonGi era una ventaja para el estilo de vida que llevaban en ese lugar, pero sería un gran impedimento para sus pobres 62 kilos de pura piel, hueso y grasita.

Tenía una idea de cómo podría levantarlo para poder limpiar su espalda, pero sería algo difícil e incómodo de lograr.

Sin más opciones en mente decidió seguir con su plan.

Con cuidado pasó ambas piernas a los costados del pelinegro quedando sobre sus muslos. La idea era tomarlo de los hombros y jalarlo con fuerza para que recargar a su peso en él y así dejar libre su espalda. El plan tenía bastante probabilidad de éxito, el único problema sería levantarlo.

Tomó aire un par de veces y contó hasta tres. Jaló con todas las fuerzas de su cuerpo y poco a poco YoonGi se estaba alzando.

¡Lo estaba logrando!

Una vez que estuvo totalmente sentado lo recargó con cuidado sobre su propio cuerpo y comenzó a limpiar su espalda lo mejor que pudo ya que era demasiado ancha, sus brazos no alcanzaban a rodear lo. Los lugares que no podía alcanzar ahora los limpiaría después, cundo estuvieran lejos del río y en un lugar seco, lo más importante ahora era la herida cerca del hombro.

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Se maldecia una y mil veces por nunca haber pisado un gimnasio. Si tan solo tuviera más músculo o algo de condición física tal vez el estar jalando el cuerpo inconsciente de YoonGi hacia el refugio que había construido de manera muy rápida austera sobre algunos arbustos bajos y algo de palmeras y musgo.

Había batallado contra si mismo en tomar la decisión de había tomado, pero era la única opción que tenía para trasladar al pelinegro sin hacerle daño.

Ambos pantalones, el del mayor y el suyo, fueron amarrados y utilizados como camilla de arrastre y así poder sacar a YoonGi del río y recostarlo en un árbol cercano.

Agradecía inmensamente el que YoonGi llevara consigo ropa interior. No era como su ropa interior hecha en fábricas pero cumplía su función, cubrir.

En ese momento agradecía a su padre por haberlo obligado a ir a todos esos campamentos que organizaba su escuela. Las técnicas que había aprendido le serían de bastante ayuda en esta situación.

Una vez que logró acostar al mayor en la chaqueta que cubría la ligera cama de musgo que había recolectado se tiró de espaldas al suelo.

¡Estaba exhausto!

Pero aún no podía descansar. Debía suturar las heridas de YoonGi.

Buscó en su mochila el botiquín y tomó las gasas, el alcohol, la aguja y el hijo.

Esperaba de todo corazón que el mayor estuviera completamente inconciente... Una sutura sin anestesia era una tortura...

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Savage  •Y.M• [En Pausa] Where stories live. Discover now