IV

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Febrero

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El ambiente era depresivo, por obvias razones todos estaban tristes, pero se empeñaban en no demostrar esos sentimientos a Mary. Había hecho un acuerdo no tasito que decía que cerca de la mujer, todos se iban a portar bien y no le iban a causar problemas a Mary.

Desde que se enteró de la noticia, Sonia casi no iba a su casa, solo para buscar cambios de ropa; además y para su suerte gracias a la lesión de Thomas los ensayos se habían cancelado. Por lo que su vida se traducía en la ayudar a sus amigos, al ser ella la que mejor se llevaba con la bebé básicamente era su cuidadora, acompañada tanto de su tía como de Marilla y Anne. Pero ella era quien entendía mejor a la bebé, con solo escuchar como lloraba sabia si tenía que cambiarla, alimentarla o dormirla; era en palabras de la señora Lethur: su madre del alma.

-¿Vamos Delphi? Se buena.- dijo mientras la calmaba. Más haya de no entender nada de lo que estaba pasando la bebé podía sentir la tristeza del lugar, cosa que la estresaba y hacia llorar aún más, cosa que hacía que Sonia no pudiera tener mucho descanso.- Por favor, deja de llorar. Haré lo que quieras, solo cálmate.- dijo desesperada y al borde del llanto también, hacía media hora que la bebé no paraba de llorar.

Gilbert iba bajando las escaleras, ya se había acostumbrado al llanto de Delphine, cuando escucho las plegarias de su amiga. Rápidamente se dirigió hacia la sala para ver su estado, el cual no era muy bueno.

-Delphi, Delphi, para... No se que más hacer.- dijo con un evidente nudo en la garganta y sin percatarse de que Gilbert se estaba acercando.

-Dejame a mí.- dijo el chico a sus espaldas haciendo que ella se diera la vuelta.- Damela.- Sonia le entrego Delphine a Gilbert con un gran alivio, añoraba que el chico pudiera tranquilizar.- Hola, Delphi. Soy yo, tío Gilbert y me parece que estás llorando muy fuerte que estresa a tía Sonia.- decía el chico con las voz más gentil del mundo, dejando a Sonia poder tirarse en el sillón por un momento.- Vamos a calmarnos y a dormir, ¿sí?- dijo Gilbert, pero le salió todo lo contrario ya que Delphine empezó a llorar más fuerte y a removerse sobre el.

-Esta bien, déjame.- dijo Sonia triste, sus deseos no se habían cumplido. Gilbert le entregó a la bebé apenado, la chica pasaba 24 horas en esa casa ayudándolos y no podía tener un minuto de descanso. Cuando Sonia tomo a la bebé estaba rápidamente se acercó a su pecho, buscando comida.- ¿Es una broma?- preguntó sarcástica mientras ambos se dirigían hacia la cocina.- Hace cinco minutos te di un biberón y me lo rechazaste.- a diferencia de su tono de voz la chica estaba contenta, ya que siempre después de comer Delphine se quedaba dormida.- No, tu no tienes hambre, tu quieres pecho. Pero lamento decirte que en los míos no está lo que buscas.- comento riéndose.

Gilbert escuchaba todo eso y no sabía si reírse con ella o fingir que no prestaba atención, por lo que solo se concentro en preparar la leche de Delphine.

-Aquí esta la comida para la bebe más hermosa del mundo.- dijo Gilbert mostrando el biberón.

-¿La alimentas tu?- le preguntó Sonia.

-Si, claro. Tu descansa.- le respondió Gilbert mientras tomaba a la bebé y dejaba a su amiga descansar.- Eso es, aliméntate.- comento mientras la niña comía. Sonia observaba la escena con ternura, Gilbert amaba a Delphine demasiado y siempre procuraba que su estado sea el mejor.- Si quieres puedes ir a descansar, yo la duermo.- le dijo cuando se percató que la miraba.

-Más tarde, ahora me quiero cambiar y peinar un poco, estoy hecha un asco.- le dijo la chica antes de levantarse e irse a la habitación de Gilbert a cambiar.

MY PRETTY LADY |G.B.|Where stories live. Discover now