IV

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Octubre

Las clases se habían suspendido hasta que la casa Gillis se reconstruyera. Todos los hombres de Avonlea estaban en la reparación de la casa, incluido Gilbert, por lo que Sonia se ofreció a quedarse con el señor Blythe mientras él chico estaba trabajando.

Para su suerte resultó ser una muy buena enfermera, ya que siempre tenía lo que el señor Blythe necesitaba en el momento en el que lo necesitaba. Ahora el hombre estaba tomando una siesta mientras que ella ordenaba la casa y se tomaba un recreo, además de que esperaba a que Gilbert llegara ya que eran las 17. Poco a poco el día se fue yendo, dejando a la noche y la luna se lucieron en todo su esplendor, Sonia estaba sacando la cena cuando la puerta de la casa se abrió. Ella lo ignoró por un momento para poder encargarse de su tarea, al dejar la comida sobre la mesa se encontró a su tía viendo atentamente como ella se encargaba de todo.

-Veo que te está yendo bien. - le comentó mientras observaba lo ordenada que estaba la casa, la joven se había quedado a dormir dos noches ya en la casa Blythe, por lo que no iba a su casa ni veía a su tía desde hacía días.

- ¿Qué haces aquí tía? - le preguntó mientras servía la comida en los platos.

-Bueno, viendo como el estar atendiendo a John te está consumiendo vine a sustituirte de tu cargo. - le dijo mientras preparaba la bandeja de John. Antes de que Sonia pudiera oponerse a lo que estaba diciendo la señora Beatrice apareció Gilbert en la casa con una notable cara de cansancio. - Hola, querido.

-Hola, señora Lethur. - dijo saludando cordialmente antes de voltearse a Sonia. - Hola, Soso.

-Hola, Gil. - le respondió ella mirándolo cuidadosamente. El chico se dejó caer en la silla mirando un punto fijo en la mesa, se notaba que necesitaba un descanso.

-Voy a llevarle esto a John, ustedes dos coman y descansen. Después hablaremos. - les dijo Beatrice haciendo que Gilbert saliera de su trance. Ya cuando la señora Lethur salió de la habitación y entró al cuarto del señor Blythe, Gilbert se animó a preguntar.

- ¿De qué quiere hablar tu tía? - le preguntó con la boca llena de comida.

-Gilbert, traga antes de hablar que no te entiendo. - le dijo ella. El joven mastica un poco más su comida antes de tragarla y volver a hablar.

- ¿De qué quiere hablar tu tía?

-Oh, bueno, quiere sustituirme. - Gilbert la miró sin entender. - De ahora en más ella quiere quedarse a cuidar a tu padre. - le informó.

- ¿Qué? ¿Por qué? - le preguntó completamente desconcertado.

-Bueno, ella dice que no estoy teniendo mucho tiempo para mí. - le respondió cuidadosamente para no alertar de algo que, a su parecer, era absurdo. Pero igual no resultó, ya que el joven Blythe la miró preocupado.

- ¿Fuiste al ballet? - le preguntó en un tono serio. Gilbert siempre solía olvidarse de los días, ella iba lunes y miércoles y él siempre pensaba que eran los martes y jueves.

-Em... no. - dijo tratando de mostrarse indiferente ante la situación. El joven Blythe sabía cuánto amaba Sonia el ballet, lo disfrutaba demasiado y no podía creer que había faltado a su clase por él y su padre.

-Pero, Sonia... - dijo un tanto frustrado por la situación. - Mira, de ahora en más vienes cada día de por medio. - sentenció mientras dejaba el plato en el fregadero.

- ¡Por Dios, Gilbert! Puedo con esto, no es necesario que hagas nada. Puedo controlar mis tiempos. - se quejó Sonia.

-Pero el ballet. - trato de hablar, pero ella lo frenó.

MY PRETTY LADY |G.B.|Where stories live. Discover now