4.

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Zayn forzó una risa.

—¿Qué? —movió la cabeza ligeramente con una sonrisa que más parecía mueca.

—Zayn... me voy.

—¿Qué? —volvió a decir esta vez asustado, casi gritando y sin sonrisas falsas.

—Baja la voz —le pidió Liam y levantó la vista—. No, no llores, por favor.

—Dime que es una broma, Liam. Que no te irás.

—¿Una broma? 

—¡Siempre estás bromeando! —lloriqueó de pie.

—No grites... no quería hacerte llorar 

Ahora lloraba en silencio. Se veía mucho más pequeño cuando lloraba, se encogía de hombros y cubría los ojos con el dorso de la mano.

—No llores más, no me iré para siempre. Será solo unos meses, volveré, lo prometo.

Levantó la cabeza, ojos vidriosos resplandecían en color ámbar.

—¿Y llamarás?

—Todo el tiempo.

—¿Seguiremos siendo mejores amigos?

—Siempre, Zayn.

—¿No me vas a reemplazar por otro?

-Nunca. 

—¿Y si otro te hace su mejor amigo?

—Tú eres mi mejor amigo. Ya cállate —la voz de Liam se entrecortó, reunió todas sus fuerzas para continuar—. Llamaré todos los días, en Navidad, en tu cumpleaños, te contaré todo. Hasta haremos bromas por teléfono. No es muy lejos, Wolverhampton está a 3 horas de Bradford, cuando me instale tal vez algún fin de semana podrías venir a hacer pijamada.

Aquellas promesas devolvieron la sonrisa a Zayn, se limpió las lágrimas y lo abrazó.

—Si me estás mintiendo, iré a esa tonta ciudad y te jalaré hasta aquí —creyó que eso no sonaba tan varonil.

A Liam no podía importarle menos si sonaba o no varonil. Esas palabras lo calmaron y se sintió importante.

—Estoy de acuerdo. Ahora sí quiero la limonada.

Pasaron sus últimos días juntos, el verano ya se despedía con agosto, fueron a nadar, a comer helados y más actividades. Esperaban que el viaje fuera antes del cumpleaños de Liam, lamentablemente, la fecha de partida fue una semana antes. El día de la despedida fue lo más doloroso que tuvo que hacer Zayn en su vida. 

A Geoff no le agradaba la idea de que Zayn fuera, mas no pudo hacer mucho con la cara que tenían todos, como si fuera el fin del mundo.

Temprano por la mañana, la familia, Trisha y Zayn tomaron un bus hasta el aeropuerto Leeds Bradford. Geoff había confesado una noche antes a Liam que estarían viajando a Dublín por esta semana, para hacer unos mandados antes de instalarse en Wolverhampton. Le pidió que lo tomara como unas últimas vacaciones antes del nuevo año escolar y como un regalo de cumpleaños. Cuando Zayn se enteró, mediante la llamada telefónica tarde aquella noche, comenzó a sentir una angustia aguda que lo asfixiaba, no podía quedarse tranquilo a pesar de las dulces palabras de ánimo del otro.

Luego del chek-in, Geoff y Karen se despedían de sus familiares, Zayn tuvo tiempo para hablar con Liam. Sentía la garganta seca, las piernas débiles y las manos temblorosas. Juraba que se moriría allí mismo.

Liam notaba la aflicción de su amigo. Soltó una de sus más suaves sonrisas y le acarició el brazo.

—No te pongas así, no pasa nada, hoy te llamaré.

Inevitable |Ziam| En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora