7. Sanya No Uta

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El lobo se paseaba por el colorido jardín. Sus cuatro patas se movían una delante de la otra, pasando con sumo cuidado entre las flores de distintas tonalidades y pétalos que era como si no quisiera embadurnarlas con el mugre que recogía de la tierra en sus almohadillas negras.

Bajaba su mandibula hacia cada una, casi a la altura de su nariz, y olisqueaba el aroma que salía de ellas. Al lobo le parecía esto suficiente y ahí acababa todo, volvía a levantar su cabeza animal, reaunando su camino hacia dónde fuera que se dirigiese.

Allí, en el campo lleno de flores, podría tratarse de su hogar, pero aceptar que era suyo no le parecía, pues las flores se encontraban allí antes de que él hubiera aparecido. Sin embargo, tanto él como las flores sabían que su hogar era una tierra distante, cruzando el vasto oceano que se encontraba luego del valle, hacia un lugar con montañas altas y otros lobos como él.

Su lugar no era aquel, pero sin su custodia el valle desaparecería ante la llegada de los invasores, arracando cada una de las fores, tan diferentes e iguales las unas de las otras. El campo desaparecería sin su guardian, y este simple pensamiento hacía que el lobo se estremeciera en sus adentros.

Entonces uno de tantos días, en su patrullaje habitual, vio como entre los dientes de león algo se movía agitandolos y perturbando sus petalos voladores. El lobo observó con detenimiento si se trataba de un invasor o del viento; fue para la sorpresa cuando la pequeña figura amarillenta de ojos saltones y orejas largas saltó entre las flores y se acomodó sobre su lomo. El animal de cola felpuda chilló encima de su cabeza mientras le golpeaba con sus pequeñas y blancas patas.

El lobo soltó un bufido y decidió ignorar al zorro que parecía hallarse a gusto donde se encontraba. Le parecía bien mientras no molestara a las flores.

Varios días después, luego de que el nuevo animal se hubiera ganado la confianza de las flores, llegaba con regalos en su ocico hacia ellas. Bayas silvestres, uno que otro pescado y animales pequeños en su gran mayoría. Pensando que el nuevo inquilino había sido el menor de sus problemas, desde el oeste se escuchó un alarido caracaqueo.

Las plumas saltaban entre los pétalos y el gallo galo se montaba entre las piedras para no herir a los habitantes, que cuando el lobo hizo su aparición junto al zorro buscó arrancarle los ojos con el pico pues pensaba que se trataba del maligno.

Y así pues el jardón eterno se consolido con sus tres nuevos guardianes. Resguandolo del enorme peligro de las tierras extranjeras de dónde parecían preceder estos animales. Sin embargo, todo ello cambió cuando el último de los animales apareció.

Fue durante la noche y el lobo patrullaba junto a sus compañeros de una manera cautelosa bajo la luna. Fue cuando notó el chillido del zorro que entre las flores se mostraba un camino de sangre, y entre la oscuridad se movió con el gallo galo hasta ver a la enorme figura de la melena dorada con el pequeño animal en sus fauces.

El zorro pegó un último salto y una de sus patas traseras fue arrancada por las fauces de este.

Al león poco le importaba el jardín eterno, paseaba sus enormes patas sobre las flores, aplastandolas y cubriendo de tierra el espacio donde estas habían estado antes. Pero esto no alertó al gallo galo, quien se lanzó hacia sus ojos, agitando sus pelirrojas las y crespando su cuello negro. Mandando sus cañas y pico hacia este, pero el león era lo suficientemente listo y fuerte, moviendo su cabeza de lado a lado el gallo hizo poco y salió volando de vuelta a su lugar inicial, mientras el zorro seguía arrastrandose en sus tres patas sobre la tierra.

Entonces el lobo atacó, llevó sus colmillos hacia el cuello del león y lo mordió, el enorme animal soltó un rugido y zarpó sus garras sobre el cuerpo del cazador logrando que se quitara. Este canino volvió a atacar dando saltos sobre las piedras hacia el lomo del león y yendo de un lado a otro como si el destino del mundo estuviera ligado a esa pelea.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #3 - Jauría de Lobos y LeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora